Remesaban toneladas de marihuana al Río de la Plata

Fueron necesarios ocho meses de intenso trabajo, seguimientos y escuchas telefónicas autorizadas por un magistrado para que finalmente se pueda lograr la captura en Itapúa de dos integrantes de la mayor estructura que actualmente se encargaba de remesar toneladas de marihuana hacia el Río de la Plata. Sin embargo, ni con todo el despliegue humano ni tecnológico se pudo identificar y detener al patrón del clan.

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Los dos detenidos fueron identificados como Ignacio Cubilla (43), quien se desempeñaba como el jefe visible de todas las operaciones de la estructura en la zona sur del país, y su primo Juan Vidal Cubilla Martínez (39), quien aparece como un gerente, el encargado de la compra, movilización y comercialización de toda la droga que enviaban al exterior. 

Aparentemente este último mantenía contacto con todos los productores de la droga instalados en el norte, en el departamento de San Pedro, de donde se surtían de las cargas. De las misma forma Juan Vidal era el nexo con los traficantes bonaerense y del Uruguay a quienes proveía casi semanalmente de la “macoña”.

De acuerdo al extracto de llamadas del celular de Juan Vidal y de los recorridos que realiza, este hombre tiene contactos en casi todo el país y las principales ciudades de Argentina y Uruguay.

La captura de ambos se dio tras cuatros allanamientos simultáneos efectuados por agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), bajo la dirección de la fiscala antidrogas Lorena Ledesma, en la localidad de San Pedro del Paraná, departamento de Itapúa.

Ambos sospechosos fueron capturados tras ocho meses de investigaciones, seguimientos y escuchas telefónicas que fueron autorizadas por un magistrado competente de la capital. Pese a ello los agentes no pudieron llegar a identificar al verdadero líder de la organización criminal, a quien todos los investigados se referían solo con la palabra Patrón. 

Este enigmático personaje no habla por teléfono, solamente uno o dos miembros de la banda preferentemente Ignacio accedía a él, por lo que no pudo ser identificado y, lo más grave, tampoco se lo pudo detectar en qué zona del país estaba escondido. 

En este caso los miembros de la estructura criminal se aseguraron perfectamente para cubrir todas sus huellas para evitar la captura del Patrón, quien desde el anonimato maneja todos los tentáculos de la organización y presumiblemente se encarga de lavar o legalizar en empresas y otros emprendimientos todo el dinero proveniente la venta de marihuana.

De acuerdo con los investigadores, actualmente estos son los mayores “exportadores” de la droga hacia el Río de la Plata, Argentina y el Uruguay, países a los que periódicamente remesaban toneladas de la hierba, tanto vía aérea como en embarcaciones. Aparentemente, la red mafiosa tiene distribuidas pistas clandestinas en varias parte de Caazapá e Itapúa, desde donde remesan periódicamente en pequeñas avionetas unos 500 kilos de la droga hacia el sur del continente.

Las evidencias colectadas en estos ochos meses de investigación confirman que ellos operaban impunemente ya que contaban con la protección de las autoridades de la zona, principalmente de los agentes del orden. En una de las llamadas de celular que fueron interceptadas por los agentes especiales se puede escuchar que un jefe policial de la zona le aconseja a uno de ellos que cambie su camioneta ya que todos la habían identificado y era peligroso que la siguiera usando, relató uno de los intervinientes en el caso.

Igualmente, se pudo averiguar que ambos detenidos no tenían ninguna propiedad ni vehículos registrados a sus nombres.

En la mañana del 14 de noviembre del 2017 uno de los envíos por agua de la red fue detectado en pleno cauce del río Paraná, frente a las costas de la ciudad de Carmen del Paraná. 

Los narcos al verse acorralados aceleraron la marcha y cubrieron su huida con un recio tiroteo, lo que dejó como resultado dos agentes especiales de la Senad heridos, al igual que dos militares de las Fuerzas Especiales. Durante la operación también se logró la incautación de cuatro toneladas de la droga que fue abandonada en una isla de la zona, pero los narcos lograron escapar con otros 1.500 kilos de la hierba hacia el lado argentino.

Esa operación fue monitoreada y transmitida en forma directa por Juan Vidal a los demás integrante de la banda, que en ese momento no estaban involucrados en la persecución acuática. 

Casi tres meses después, el 13 de febrero último, la misma estructura perdió otros 434 kilos de marihuana prensada cuando la avioneta en que la iban a llevar al vecino país se despistó antes de tomar vuelo en una pista clandestina en Caazapá, según informaron.

brlopez@abc.com.py

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