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El hecho que mucha gente lo despidió en medio de lamentaciones y lágrimas no cambia que Nelson Gustavo López fue un sanguinario delincuente y no un buen hijo que siempre cuidó de su familia, como lo decían varios vecinos que conocieron a “Yacaré Po”.
En realidad el prontuario judicial y las investigaciones policiales aseguraban que era un frío asaltante. Tras la muerte del joven, en las redes sociales muchas personas trataron de hacer creer que por el simple hecho de repartir merienda entre los niños de su barrio o hacer algún que otro regalo lo convertían en un hijo dilecto de la ciudad de Villa Hayes, pero en realidad así como repartía cosas, todo fue conseguido con dinero robado y muchas veces manchado con sangre de inocentes trabajadores.
La intención de elevar tal vez a López González a la categoría de un Robin Hood chaqueño fracasó, ya que en realidad no pasaba de ser un criminal como hay muchos, pero tal vez su sangriento accionar y la gran “publicidad” que le dio la misma Policía que en cada atraco lo sindicaban a él y a sus cómplices como los culpables del hecho, lo hicieron más renombrado en los últimos meses.
Detrás de “Yacaré Po” no va a existir leyenda alguna, solo será recordado por sus familiares y pasará a formar parte de la galería de delincuentes abatidos por la Policía, como lo fueron en su momento Pedro Mello y Juan De Dios Martínez, ambos conocidos robacoches de la década de los noventa, y otros más, de quienes solo se los recuerda en crónicas policiales y nada más.
Protección policial
Una investigación llevada a cabo desde el mismo Ministerio del Interior dio a conocer que Nelson Gustavo López y su gavilla tenían protección policial para cometer los diferentes asaltos. Agentes de alta graduación están siendo investigados como los que pasaban a los delincuentes la información y también le daban vías de escape seguros. Era tal vez la razón por la cual nunca los miembros de esta banda criminal eran detenidos ni perseguidos por las fuerzas del orden.
En hechos puntuales como el mortal intento de asalto a un transportador de caudales de la empresa “Guardián SA” en Luque, así como el asesinato del empresario y político liberal Miguel Ángel Simón Galeano, emboscado cuando retiraba dinero de su estación de servicios ubicada en Boggiani y Eusebio Ayala, y otros hechos tuvieron cobertura policial para cometer los asaltos y luego tener un escape sin mayores complicaciones.
Un comisario de apellido Careaga, otro subcomisario de apellido Monges y un oficial inspector Zelaya serían sobre los que giran las pesquisas.
Al parecer parte de los botines que se llevaban los asaltantes iban a parar en manos de estos uniformados. En torno a Nelson Gustavo López giraba todo un sistema de corrupción, violencia y muerte, por lo que queda más que claro que el asaltante no era un benefactor, mucho menos una persona preocupada por los más desprotegidos, era más bien el asaltante del momento, al que la misma Policía le hizo “marketing” para ir cubriendo sus propias falencias o la complicidad misma de los jefes policiales que ahora están en la mira de una investigación.
Antecedentes de un sangriento criminal
Nelson Gustavo López desde hace solo un par de años es buscado por la Policía, pero en este tiempo acumuló más de 40 antecedentes policiales, tenía varias órdenes de captura y se le atribuían unos 15 violentos asaltos a negocios, bancos, cajeros automáticos y transportadores de caudales.
Su sangriento accionar al momento de perpetrar los atracos catapultaron a “Yacaré Po” a un nivel de líder de una gavilla que encontró gran vulnerabilidad en los cajeros automáticos y transportadores de caudales, que eran sus blancos preferidos. Sin embargo, cuando entró a regir el sistema de “entintado” de billetes en los cajeros automáticos la banda dejó de cometer estos hechos y apuntó a los transportadores de caudales. Pero las cosas comenzaron a salir mal en la mañana del 9 de noviembre cuando la banda de “Yacaré Po” esperó que el transportador de caudales de la empresa Guardián SA llegara hasta la esquina de Cerro Corá y Valeriano Zeballos para dejar una fuerte suma de dinero en el banco Continental, y fue entonces que los asaltantes disparon a mansalva para hacerse con el botín. Un guardia murió, otros cuatro resultaron heridos a más de tres peatones y también fue herido uno de los integrantes de la banda. El segundo fallido atraco se dio el 20 de noviembre cuando interceptaron un móvil de una casa de cambios, pero no contaron con que dos policías iban en el rodado y abrieron fuego. Nelson López fue mortalmente herido y Orlando Benítez también acusó impactos de bala.
Orlando Benítez se recupera
El mismo día que murió Nelson Gustavo López, la fiscala Teresa Rojas lo imputó por robo agravado al igual que a Orlando Efrén Benítez Portillo, quien también fue herido en el asalto perpetrado el 20 de noviembre sobre las calles Cerro Corá casi Bomberos Voluntarios del Paraguay, de Asunción.
En relación con Benítez Portillo, el último informe médico señalaba que ya estaba fuera de peligro y una vez que esté en condiciones será llamado a declarar, ya que los investigadores manejan algunos nombres de quienes forman la banda que era liderada por “Yacaré Po” y necesitan de la colaboración del detenido para llegar a ellos.
Extraoficialmente se maneja que los prófugos de esta banda de asaltantes serían Amado Ramón Benítez y Sergio Daniel Ramírez, alias “Mala visión”.
Aparte de esta imputación de la fiscala Rojas, ahora también se sumó otra para el asaltante herido y proviene del agente fiscal de Villa Hayes Armín Echeguren, quien procesó a Benítez Portillo por robo agravado, por el robo de G. 300 millones a empleados del Hospital del Instituto de Previsión Social (IPS), el 22 de junio pasado cuando atacaron el local ubicado en la ciudad de Benjamín Aceval y se llevaron todo el dinero que era para pagar el sueldo de ese mes a los jubilados.
Sicario y asaltante
Orlando Efrén Benítez no es un improvisado en el mundo delincuencial; inició su carrera delictiva siendo sicario para grupos criminales en el Este y Sur del país.
Estuvo preso en la cárcel de Encarnación hasta el 2009 y a poco de salir en libertad perpetró varios asaltos para ir juntando dinero. Volvió a la cárcel un par de veces, pero siempre logró salir, sus conocimientos en explosivos lo hicieron un elemento importante para la banda de Amado Ramón Benítez, que se especializaba en asaltos a cajeros automáticos y fue entonces que también conoció a “Yacaré Po” y sus caminos se unieron para seguir delinquiendo.
Por eso la captura de Orlando Efrén Benítez Portillo es importante para los investigadores, ya que es un eslabón muy importante en la gavilla que ahora está descabezada.
victor.franco@abc.com.py