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Los fiscales se acostumbraron a llegar tarde a su lugar de trabajo y esto lo confirmó el propio Díaz Verón, cuando días pasados realizó una visita sorpresiva a la sede del Ministerio Público de Lambaré. Encontró solo a unos pocos agentes, mientras que la mayoría fue llegando mucho después del horario de ingreso, previsto para los funcionarios.
Las fiscalas sorprendidas en flagrancia intentaron justificar alegando que volvían de una diligencia judicial. Sin embargo, las agentes no pudieron justificar este argumento con algún documento que avale dicha afirmación.
Los agentes del Ministerio Público tienen que ser conscientes de que prestan un servicio a la sociedad y que tienen la obligación, además de estar a hora en sus lugares de trabajo, de atender a los ciudadanos que quieran conversar con ellos sobre las causas a sus cargos.
Quieren dejar todo a cargo de los asistentes. La Cámara de Apelación ya anuló varias audiencias en las cuales dejaron de asistir los fiscales. El Tribunal de Apelaciones encontró que la ausencia de los agentes viola varias disposiciones legales e incluso constitucionales.
Es importante controlar la hora de llegada y salida de los fiscales, pero es esencial para mejorar la gestión, la auditoría permanente de las carpetas que tienen a su cargo. Las quejas contra los representantes de la sociedad son numerosas.
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