Cargando...
“Queremos tener a un fiscal general que pueda formar a colegas y no que esté formándose, queremos a un formador de formadores para ese cargo”, manifestó el presidente del Consejo de la Magistratura, Osvaldo González Ferreira, al revelar que el organismo a su cargo preparó un reglamento sobre el perfil que debe tener todo candidato o aspirante a ocupar el principal despacho del Ministerio Público.
El organismo que elige y propone candidatos para cargos en la administración de justicia actualmente se encuentra trabajando en un programa de selección de aspirantes para integrar la terna de la que saldrá el nuevo fiscal general o reemplazante del actual fiscal general, Javier Díaz Verón, si es que este no hace el famoso rekutu.
Díaz Verón cumplió su mandato de cinco años el 24 de noviembre del año pasado y actualmente sigue en el cargo en base a esa ley conocida como “reconducción tácita”, la norma que permite a los magistrados seguir en el cargo hasta que llegue a su despacho el reemplazante.
De acuerdo a las previsiones, Díaz Verón continuará al frente del Ministerio Público hasta el momento que aparezca el nuevo fiscal.
Según el presidente del Consejo de la Magistratura, Osvaldo González Ferreira, no existen impedimentos legales para que Díaz Verón vuelva a postularse al cargo que ocupa actualmente.
Sin embargo, González Ferreira advirtió: Si Díaz Verón desea el rekutu en el cargo, tendrá que competir por el puesto como cualquier otro profesional del derecho, o sea someterse a las normas del Consejo de la Magistratura.
Es bueno el proyecto anunciado por el presidente González Ferreira, la de contar con un titular del Ministerio Público que sea un ejemplar fiscal preparado para enseñar a sus agentes o subalternos.
Al perfil que espera el titular del Consejo de la Magistratura para el futuro fiscal me gustaría agregar algunas habilidades o aptitudes que debería contar el nuevo jefe del Ministerio Público.
Sería interesante que el nuevo fiscal general del Estado sea un verdadero erudito en leyes, con gran experiencia docente a quien la mayoría de los magistrados respeten, admiren, imiten o lo tienen como un gran maestro.
Me gustaría ver al frente del Ministerio Público a un avezado instructor del derecho, jovial, disciplinado, atlético, sabio, sensible, actualizado, amante de la naturaleza, deportista o habitué del parque con sus caminatas o trotes mañaneros diarios.
Además de esas cualidades, el nuevo fiscal general tendría que ser una persona valiente, carente de todo temor, para quien el deber de investigar, imputar o detener a mafiosos con poder o sinvergüenzas del poder debería ser norma y rutina en todas las fiscalías del país.
El nuevo fiscal general tendría que ser un abogado con capacidad y determinación para allanar, por ejemplo, un ministerio a fin de llevar preso al ministro ladrón y sus cómplices.
El flamante titular del Ministerio Público de este año debe estar preparado y listo para liderar o tener a su cargo una brigada de élite preparada para intervenir cualquier cuartel general, en donde tendría que esposar, apresar y encarcelar al comandante maleante que generalmente roba la galleta y los salarios de sus oficiales.
Necesitamos un fiscal general fuera de serie que infunda admiración en la comunidad de los leguleyos y respeto en la ciudadanía.
El nuevo jefe de la Fiscalía General del Estado tendría que tener la suficiente personalidad para ignorar presiones, sugerencias, órdenes o pedidos del Presidente de la República de turno.
El titular del Ministerio Público tiene que generar temor o terror en las corporaciones de ladrones o criminales.
Los saqueadores de las arcas estatales, los mentirosos y estafadores públicos deben sentir escalofríos o sufrir pesadillas cuando ven o escuchan el nombre del nuevo fiscal general del Estado.
Los lavadores de dinero sucio, que usan frac, corbatas o smoking cuando cargan sus cajas y cofres con monedas o billetes del crimen, tendrían que sentir malestar o tener decididas ganas de tomar alguna pastilla de cianuro al saber que las millonarias coimas ni los maletines con fajos de dólares no importan ni interesan al flamante titular del Ministerio Público.
Como nuevo jefe de los fiscales de la República del Paraguay tendría que ser elegido, nombrado y puesto en funciones un respetable gran señor de la ley, un verdadero karai guasu, que pueda marcar pautas y brindar lecciones en las persecuciones y castigos de los forajidos con poder o de los bandidos en el poder, desde donde deben ser sacados y llevados a los calabozos.
eruizdiaz@abc.com.py