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El lunes 16 de octubre poco antes de las 14:00, mientra se realizaba el juicio contra Henry Danniels Acosta Martínez, por hurto y producción de documentos no auténticos, la víctima del hecho Víctor Fretes, quien en ese momento estaba declarando, comenzó a sentirse mal y se desmayó en plena sala de juicios orales.
Se pidió auxilio y se trasladó al hombre hasta la sanidad en el Poder Judicial, pero Fretes sufrió un fulminante ataque al corazón. Cuando se dio a conocer el caso también saltaron los antecedentes de todo lo que se venía arrastrando detrás; una gran desidia judicial en la que fiscales y jueces dilataron el caso.
Según Florencio Díaz, abogado de Fretes, el caso se inició en julio de 2010 cuando el hoy fallecido se percató que le sustrajeron varias hojas de su chequera. Fue a verificar en el banco con el que trabajaba y le dijeron que efectivamente los cheques fueron completados y que se retiró poco más de 60 millones.
Fue entonces que Fretes contrató un abogado y comenzó su batalla judicial. Pronto se comprobó que las firmas en los cheques no pertenecían a Fretes, luego se pidió el video del circuito cerrado del banco, para ver quién fue el que cobró ese dinero y apareció Henry
Danniels Acosta, quien en ese entonces era el empleado de Fretes. Teniendo como pruebas la filmación, la denuncia del robo de los cheques, una pericia que demostraba que Fretes nunca firmó esas hojas, parecería que demostrar la culpabilidad de Acosta sería una cosa de cajón. Sin embargo, todo cambió cuando la fiscala Teresa Sosa no tomó en cuenta las pruebas y pidió desestimar la denuncia, pero se planteó un trámite de oposición y el caso fue a la Fiscalía General del Estado, que dispuso que la investigación continúe.
Para ese entonces ya se recusó a la fiscala Sosa. El caso pasó a su colega Édgar Sánchez, quien pidió sobreseimiento provisional, por lo que también fue recusado.
La causa pasó a cargo de la fiscala Lorena Ledesma, y luego de mucho tiempo acusó a Henry Acosta por hurto, pero no por producción de documentos no auténticos. El juzgado interviniente planteó el trámite de oposición y la Fiscalía General del Estado rectificó la acusación, en la cual esta vez pidió que se juzguen los dos hechos punibles.
Se llegó a juicio oral y el tribunal integrado por Víctor Alfieri, Elio Ovelar y Daniel Ferro condenó a Acosta a tres años y medio de cárcel. La sentencia fue apelada y la Cámara -tras analizar el fallo- dijo que no se cumplieron varias diligencias y ordenó el reenvío del caso para un nuevo juicio y que es el que se estaba llevando a cabo en aquel momento.
Pasaron siete años, Víctor Fretes ya llevaba gastado en el juicio casi el doble del robo que sufrió, comentó uno de los familiares del hoy malogrado hombre.
Recién con la muerte de Víctor, la Corte decidió auditar la causa, ante un irremediable final. Si bien el querellante ya falleció y sus familiares decidieron abandonar la infructuosa lucha judicial que Fretes llevó a cabo. La fiscalía tiene la obligación de proseguir con el juicio, ya que se trata de un delito de acción penal pública . Por ese motivo, el proceso continúa.
victor.franco@abc.com.py