Cargando...
Evidentemente, los feriados largos afectan en gran meda la conducta de muchos en nuestro país, mientras los comerciantes aprovechan para hacer dinero, la mayoría de los paraguayos se empecinan en beber la mayor cantidad de alcohol posible y salir a las calles para protagonizar desmanes.
Tras los cuatro días de descanso, de sábado a martes de la semana pasada, la Policía Nacional informó de la muerte violenta de al menos 41 personas, ya que estas cifras casi nunca son exactas, pues algunos casos registrados en los confines de la patria nunca son denunciados. Catorce de las muertes en accidentes de tránsito, ocho motociclistas, diez casos de homicidios, siete suicidios y el resto por diversas causas a determinar, indicaron.
Por su parte, el director del Hospital del Trauma informó que 916 personas fueron atendidas en dicho nosocomio, de las cuales 196 víctimas de accidentes de tránsito, 130 de ellas motociclistas. Igualmente, llegaron a dicho hospital 61 personas víctima de agresiones, cinco de ellos menores, uno con desenlace fatal.
El sábado, un herrero identificado como Alfonso Ramón Acosta Giménez (36), mató a un niño de seis años con un rifle calibre 22. El hombre estaba sentado en el patio de la casa bebiendo cerveza y contemplaba los detalles de un cumpleaños infantil que se desarrollaba en el sitio. En ese momento se le ocurrió jugar tiro al blanco para eliminar ratas que se habían instalado en el patio.
Sin embargo, en un descuido y presumiblemente por el efecto de la bebida se le escapó un tiro que impacto en la criatura que falleció en el sitio. Tras superar la borrachera, Acosta se dio por detenido en la comisaría jurisdiccional y entre lágrimas pidió perdón a los familiares de su víctima. Pero todo es inútil, su tremenda irresponsabilidad enlutó una familia y destruyó la vida de un niño..
Cuatro días después, en la tarde del marte pasado, en medio de la jornada de festejos por el Día de la Madre, un operario de un frigorífico identificado como Carlos Ramón Franco (39) tenía planeado terminar el día en la casa de su novia ubicada en el barrio Tablada Nueva de la capital.
Sin embargo, el excesivo consumo del alcohol y el descontrol que esto trae aparejado cambió el destino del trabajador. Poco después de las 17:00, los abuelos de su novia se vieron envueltos en una gresca con miembros de otra familia que viven en la casa contigua.
Tras insultos y agresiones físicas, Franco en un arrebato de bravuconada tomo presumiblemente un revólver y abrió fuego contra los ocasionales rivales de sus suegros.
El proyectil traspasó una pared de madera e impactó en el pecho de un chico de cinco años, que jugaban tranquilamente en el patio de su casa. El chico dio un par de pasos y cayó al suelo, donde fue auxiliado por los familiares y derivado al Hospital de Trauma, a donde llegó muerto.
Una vecina que había filmado al sospechoso efectuar el disparo mortal, rápidamente alzó las imágenes a las redes sociales.
Aparentemente, Franco al percatarse de lo ocurrido tiro su arma y se lavó las manos, cambió de ropas y al intentar escapar de la zona fue detenido por agentes policiales que llegaron al lugar tras la denuncia efectuada por los lugareños.
El hombre fue derivado a la comisaría 20ª Metropolitana, donde negó rotundamente ser responsable del crimen. Minutos después vecinos del barrio rodearon la dependencia policial, donde intentaron ingresar para hacer justicia por manos propias.
Pero ante la intermediación de algunos oficiales, las personas se calmaron y el detenido fue trasladado al departamento de Investigación de Hechos Punibles de la capital, donde quedó detenidos. El mismo fue imputado por el hecho de homicidio doloso y está en prisión.
brlopez@abc.com.py