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Diariamente numerosas personas son víctimas de “motochorros” en el país, en cualquier horario. Sin embargo, el ataque de los delincuentes que utilizan esa modalidad se intensifica en las últimas horas de la tarde y las primeras de la noche, según datos estadísticos de la Policía Nacional.
Los malvivientes mantienen en jaque a la población paraguaya, debido a la poca respuesta de los organismos de seguridad para contrarrestar la acción delictiva.
Las principales víctimas son personas que se desplazan a pie, mujeres que acuden o regresan de sus lugares de trabajo u otras actividades, estudiantes e incluso automovilistas que son atacados cuando llegan a su destino.
La situación genera un temor permanente en los ciudadanos, quienes al sentirse indefensos y desprotegidos recurren en ocasiones a cualquier recurso para intentar defenderse. Pero esa acción necesariamente implica un peligro inminente, y desgraciadamente en muchas oportunidades terminan falleciendo como consecuencia de heridas producidas por proyectiles disparados por los criminales.
Desde febrero de 2013 y lo que va de este año los “motochorros” asesinaron a 16 personas (ver infografía de la derecha). Es decir, casi una víctima por mes, según los reportes oficiales. Otras tantas pudieron sobrevivir a las lesiones ocasionadas, pero quedaron con secuelas.
El auge de la delincuencia en el país obedece a la poca eficiencia de los operativos implementados por la Policía, y a la “benevolencia” de los fiscales y jueces a la hora de tomar decisiones sobre medidas a ser adoptadas contra los asaltantes, muchos de ellos con frondosos antecedentes policiales y judiciales.
A pesar de numerosos proyectos expuestos por organismos oficiales y privados, y las ideas lanzadas por autoridades de turno, miles de motocicletas circulan tranquilamente sin la chapa obligatoria. Y en ocasiones sus ocupantes no poseen los documentos exigidos. Todo esto facilita el accionar de los malvivientes.
Justicia por mano propia
En lo que va del año cinco delincuentes fueron eliminados mientras asaltaban o planeaban perpetrar el hecho (ver infografía de la izquierda). Tres de ellos resultaron abatidos por policías y los otros dos por sus propias víctimas.
Los dos maleantes ultimados por sus víctimas resultaron ser “motochorros”.
El último caso se produjo en la noche del martes pasado en pleno microcentro de la capital del país. Específicamente sobre la calle Palma e Independencia Nacional el cambista Vicente López Benegas (56) fue sorprendido por dos sujetos a bordo de una motocicleta. Uno de ellos le atacó y golpeó en la frente, tras lo cual le arrebató de la cartera que contenía alta suma de dinero.
El guardia de seguridad de la zona, Pedro Delgado Franco (49), también fue golpeado en el rostro por otro de los delincuentes, pero evitó ser despojado de su arma de fuego.
Los “motochorros” abordaron nuevamente su vehículo y emprendieron la fuga, pero el custodio efectuó varios disparos que impactaron contra uno de los malvivientes. Este cayó muerto en Palma y Nuestra Señora de la Asunción, y fue identificado como Israel Benítez (26), quien cuatro días antes había salido de la cárcel. Su cómplice logró escapar con el dinero.
Este atraco puede ser utilizada precisamente para demostrar que la delincuencia va en aumento precisamente por el mal funcionamiento de algunas instituciones del Estado.
Según testigos, a la hora en que se produjo el hecho, cerca de las 22:30, no había un solo policía en las inmediaciones, pese a que es una zona muy concurrida por la ubicación de las plazas, el Panteón de los Héroes y un conocido local gastronómico.
Por otro lado, Israel Benítez estaba en libertad pese a que cuenta con frondosos antecedentes y la existencia de serios indicios de su participación en un robo ocurrido en diciembre del año pasado, donde cayó abatido su presunto cómplice Luis Alberto Machado Ovelar (26). Precisamente por este caso estuvo preso hasta el 5 de setiembre, cuando recuperó la libertad al ser sobreseído a pedido de la fiscala Gilvi Quiñónez.
El “motochorro” contaba con antecedentes por homicidio en 2000, dos robos agravados en 2004 y otro homicidio en 2006.
acardozo@abc.com.py