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Los tres son camaristas con vasta experiencia en el Poder Judicial y producto de un concurso ante el Consejo de la Magistratura, que a la vista, resultó más transparente que otros, pero que en su última parte generó dudas.
Se insistió hasta el cansancio que no primaría el cuoteo político y casualmente la terna está integrada por magistrados que son colorados.
Justamente el exministro que dejó vacante en la Corte Suprema de Justicia es Víctor Núñez, también colorado.
Otro punto llamativo fue que el Consejo no dio la opción de tener entre los candidatos a un abogado pasillero. Y eso que cuatro de ellos –Jorge Bogarín, Óscar Rodríguez Kennedy, Marco Antonio Kohn y Darío Cabalero Bracho– estaban entre los mejores puntuados.
Se sabe que en la sesión del Consejo, los nombres de Miryam Peña y Emiliano Rolón fueron consensuados de inmediato, pero que el de Ynsfrán apareció porque se bloqueó la posibilidad de que un “pasillero” integre la terna.
Ahora, en plena etapa de elección uno de los integrantes de la terna –Rolón– firma un fallo que sin entrar a discutir si es correcto o no, favorece a un senador colorado (Víctor Bogado), que representa un voto en la elección para ministro y a la vez puede simbolizar el conocido corporativismo que impera en el Parlamento, cuando uno de sus miembros es llevado al banquillo de los acusados por la Justicia.
Es de esperar que estas sean cuestiones aisladas y que el electo o la electa para el máximo tribunal honre la poca confianza que la ciudadanía tiene sobre el inicio de una reforma judicial. O si no, será más de lo mismo.
ocaceres@abc.com.py