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Aldo Rojas era un poderoso capomafioso paraguayo de la frontera seca, más conocido en la zona y por la mafia brasileña como “Aldo Rocha”. Conforme a los antecedentes, esa noche salía de un conocido shopping de la capital del Amambay y se disponía a abordar su automóvil Volkswagen Cross Fox verde oscuro, con chapa FOX-6119 del municipio de São Bernardo do Campo, estado de San Pablo (Brasil), cuando se le arrimaron unos tres automóviles de cuyos interiores sus ocupantes abrieron fuego contra su humanidad, dejándolo malherido.
Varios de los guardaespaldas del narcotraficante persiguieron a los atacantes, pero estos consiguieron escapar hacia el lado brasileño.
El acompañante de Rojas, identificado como Severiano Chamorro, resultó herido en la balacera y ambos fueron trasladados de urgencia hasta un nosocomio de Pedro Juan Caballero, donde se constató el deceso del hombre vinculado con el mundo del hampa.
Las primeras hipótesis del crimen
Los primeros resultados de la investigación fiscal-policial iniciada para esclarecer el crimen apuntaron en un principio hacia un ajuste de cuentas entre bandas rivales que luchaban por la monopolización de la cocaína colombiana y boliviana que pasaban en “tránsito” por Pedro Juan Caballero para luego ser traficadas a centros de grandes consumos en Brasil y Europa.
Otras versiones daban cuenta de que “Rocha” en los últimos tiempos habría colaborado con agentes antidrogas con informaciones que facilitaron la captura de varios traficantes en Brasil y que estos habrían encomendado su muerte.
Venganza de Mendes Mesquita
Dos días después surgió la versión de que la ejecución a tiros de “Aldo Rocha” aparentemente fue ordenada por el brasileño Iván Mendes Mesquita, quien lo culpó de ser el que facilitó datos a antidrogas del Paraguay y del Brasil para dar con su captura, efectuada el 24 de noviembre de 2004 en la localidad de Carmelo Peralta, departamento de Alto Paraguay (Chaco).
Mendes Mesquita, quien estuvo preso en una cárcel de los Estados Unidos tras ser extraditado desde nuestro país el 27 de julio de 2005, había acusado directamente a “Aldo Rocha” de proveer informaciones a los antidrogas para ubicarlo y detenerlo con 260 kilos de cocaína que traficaba vía aérea en el Chaco.
Tras la captura de Mesquita, los miembros de su banda desconfiaron de que había un soplón en el grupo y comenzaron a indagar de los contactos que mantenía el brasileño. Según esa misma fuente, todos los datos apuntaron a “Rocha”.
Los investigadores tampoco descartaron que el también narco brasileño Igor Fabrizio Silveira Machado haya sido quien comandó los operativos que acabaron con la vida de “Rocha”, luego de fugarse de la cárcel de Tacumbú.
Conforme a los antecedentes, la situación de “Aldo Rocha” se habría complicado con la captura de Marcelino Niteroi, hombre de confianza de Fernandinho Beira Mar, ocurrida meses atrás en Pedro Juan Caballero.
Según fuentes, la situación de “Rocha” se complicó ya que media hora antes de su captura Niteroi mantuvo una reunión con él en una de sus viviendas de la capital de Amambay. Apenas abandonó el lugar, fue seguido y detenido por los agentes antidrogas, quienes después le entregaron a la Policía Federal brasileña. Con esto se frustró el plan de Beira Mar de instalar las actividades de narcotráfico en Capitán Bado.
Al ganarse la desconfianza de Beira Mar y Mendes Mesquita comenzó a ganar fuerza la hipótesis de una posible acción de sus “exsocios comerciales”, quienes tras ser engañados por él pudieron ordenar su ejecución.
Su vínculo con asesinatos de políticos
Aldo Rojas o “Aldo Rocha” fue vinculado con el crimen del político colorado y abogado Faustino Villaalta, ocurrido en la noche del 22 de octubre de 2006 en el portón de su domicilio.
También estuvo sindicado como supuesto responsable del crimen del exintendente de Pedro Juan Caballero Julio “Capelú” Benítez, que se produjo el 7 de diciembre de 2006.