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Gabriel de los Santos Rojas, quien fue expulsado de las Fuerzas Armadas en 1992 por mala conducta, llegó a liderar una peligrosa banda que a lo largo de las décadas de los 90 y 2000 perpetró millonarios golpes a bancos, financieras, empresas privadas, transportadores de caudales y domicilios particulares, como también robo de vehículos.
Al menos nueve veces pisó la cárcel de Tacumbú luego de ser capturado por la Policía, pero transcurrido un breve tiempo volvía a recuperar su libertad al ser favorecido por polémicos otorgamientos de medidas sustitutivas a la prisión, mientras continuaba su proceso judicial. Los jueces que le otorgaron tal beneficio jamás tuvieron en cuenta sus frondosos antecedentes penales y, una vez que abandonaba la prisión, volvía conformar gavillas para consumar nuevos hechos delictivos.
La última “gracia”
El última medida alternativa le había concedido el juez penal de garantías Hugo Sosa Pasmor, el 8 de abril de 2013, luego de ser detenido e involucrado en el asalto a la casa del diputado liberal Pedro González, ocurrido el 12 de abril de 2012. El magistrado argumentó ausencia de evidencia, pero le impuso como condición la reparación del daño particular ocasionado a la víctima, consistente en la suma de G. 24 millones.
No obstante, Rojas volvió otra vez a las andanzas y, al día siguiente de su salida de la cárcel, encabezó una serie de asaltos simultáneos. La tarde del miércoles 10 de abril encabezó el asalto a la vivienda del ingeniero Augusto Acosta Cazal, ubicada en la Villa Universitaria de San Lorenzo, y junto con cuatro cómplices se robó la vehículo Nissan Bluebird crema y un televisor plasma Sony Bravia. Fue tras tomar de rehenes a la familia del dueño de casa.
Al día siguiente, en horas de la mañana, la gavilla volvió a perpetrar un nuevo golpe, esta vez, en la residencia de la familia Fernández-Vera, situada en el barrio Villa Amelia de San Lorenzo. Se llevaron G. 2.500.000 más un órgano Yamaha y un equipo PlayStation.
Pero fue el golpe del día siguiente el que marcó el fin de su historial delictivo. La mañana del 12 de abril la banda encabezada por Rojas asaltó la casa de Fernando Javier Ceuppens Quiñónez, localizada en el barrio Mburucuyá de Asunción.
Los delincuentes se llevaron 3.000 dólares, un lote de joyas, dos notebooks y varios celulares, para luego darse a la fuga. Lo que ellos no sabían es que uno de los móviles contaba con rastreo satelital, y esto permitió localizar al instante el “aguantadero” de la gavilla en el barrio Calle’i de San Lorenzo.
Tras rodear la vivienda y enfrentarse a tiros con los agentes policiales, Gabriel de los Santos Rojas fue, finalmente, reducido y capturado, junto con Gervasio Chávez Alvarenga. En la casa usada como “aguantadero” los intervinientes hallaron el vehículo del ingeniero Acosta Cazal, así como otros objetos robados.
Juicio y condena
El juicio por robo agravado contra los detenidos se realizó en el año 2016. Tras la presentación de las evidencias incriminatorias y los testimonios de las víctimas, Gabriel de los Santos Rojas y Gervasio Chávez Alvarenga, finalmente, el 23 de noviembre de 2016, ambos fueron condenados a 15 años de prisión más otros 5 como medida de seguridad.
cazenave@abc.com.py