Juzgados están en condiciones deplorables

Llama la atención la decisión de la Corte Suprema de Justicia y sus directores administrativos de autorrepartirse en forma de bonificaciones y gratificaciones el millonario excedente de los ingresos judiciales, ya que son numerosos los juzgados que funcionan en la total precariedad, tanto por falta de infraestructura edilicia como por falta de insumos.

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De hecho, en el propio Palacio de Justicia de Asunción se escuchan a diario quejas debido a la falta de papel, tinta para impresora y otros elementos necesarios para la elaboración de resoluciones, y son varios los jueces que llevan sus computadoras e impresoras particulares para poner al servicio del juzgado.

A pocos minutos de Asunción, las instalaciones de los juzgados de Lambaré y Capiatá son motivo de constantes quejas por parte de los usuarios.

El edificio de departamentos ubicado en la avenida Cacique Lambaré, actualmente sede de los juzgados penal y civil de Lambaré –que atienden, además, las populosas ciudades de Villa Elisa, San Antonio y Ñemby–, es a todas luces insuficiente para la cantidad de causas que se tramitan a diario.

Por falta de lugar, los expediente son guardados en alacenas de cocinas y a los funcionarios no les queda otra que realizar sus labores en las instalaciones destinadas al área de servicio.

Las audiencias se realizan en una lamentable condición de hacinamiento y no son pocas las veces que los partícipes deben permanecer parados, por falta de sillas. La situación empeora en días de lluvia, cuando las goteras limitan más aún el poco espacio que queda para transitar.

En Capiatá, los juzgados penales y de la niñez funcionan en un vetusto edificio ubicado a la entrada de la ciudad. La falta de ventilación del local convierte los estrechos pasillos en un verdadero “horno” en días de calor.

Por falta de recursos, ni siquiera se remiten copias de las resoluciones a Estadística, paso fundamental para la legalidad de cualquier resolución.

Es que no hay tinta, papel ni impresoras y, salvo que la persona interesada tenga recursos para absorber los gastos que implica dicho trámite, este simplemente no se hace.

Por falta de armarios, los expedientes son apilados en cualquier rincón disponible. Cualquiera, en serio, pues hasta en el baño se los puede encontrar.

A menudo los usuarios se quejan de las instalaciones de los juzgados de San Antonio, Ñemby y otros que, a juzgar por las condiciones de los que se encuentran más cerca de la capital, probablemente estén en igual o peor condiciones que los ya citados.

Precisamente hoy el Sindicato de Funcionarios Judiciales del Paraguay realizará un recorrido por los distintos juzgados del país, para constatar las condiciones en que sus compañeros trabajan.

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