Justicia y fiscalía complacientes con marido de diputada

A partir de un expediente que se “extravió” y que se encontró tras las publicaciones de nuestro diario se pudo conocer la historia de un homicidio que envolvió a Félix Abente, esposo de la diputada Cristina Villalba. Del expediente y de la carpeta fiscal se puede ver que se montó una historia para llegar a un final complaciente en el que el procesado salió limpio, sin pisar la cárcel, pese a las múltiples dudas sobre lo ocurrido. La víctima fue Ramón Villamayor, quien recibió dos impactos de balas, según el médico forense. Sin embargo, el imputado y los testigos declararon que solo fue uno.

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El 4 de octubre de 2005, en horas de las noche Villamayor pidió un servicio de flete al ciudadano Félix Osorio. Además, solicitó a Prisciliano Gómez y Abner Monzón que le ayuden a cargar ladrillos en la camioneta fletada.

Para el efecto se dirigieron a una planta procesadora de leche de soja de la colonia Brítez Cue. En este lugar, habilitado por Itaipú Binacional, Villamayor trabajaba como albañil.

Uno de los testigos señaló que Villamayor le dijo que esos ladrillos le habían regalado, pero este punto en realidad no quedó claro. En el expediente no se explica qué hacían en ese lugar. Como tampoco se explica por qué fueron llegando en horas de la noche Félix Abente, Pascual Domínguez y Hugo Noria.

Los tres, si bien eran consultores de la Itaipú, llegaron a una hora poco usual al lugar.

Los colegas de Abente señalaron que vio un movimiento raro en un sector de la planta y fue a verificar qué pasaba.

Los que estaban retirando los ladrillos dijeron que Abente, al llegar hasta ellos, los increpó porque estaban robando ladrillos.

Según el testimonio de los que acompañaban a Villamayor, Abente les ordenó que bajen los ladrillos que estaban en la carrocería de una camioneta F-4000.

Para el efecto hizo un disparo intimidatorio al aire con una pistola 9 mm. Como no le hacían caso, se dirigió hacia la puerta lateral, lado derecho de la carrocería que estaba abierta. Allí intentó realizar otro disparo intimidatorio.

En ese momento, esto ya según el testimonio de Abente al levantar el arma, la golpeó por el soporte de la puerta. Esto, según dijo, impidió que se levante el tubo del arma, lo que produjo que caiga el arma. En esa situación se registró el disparo.

Abente dijo que ni siquiera se percató de que fue herida una persona que estaba en la carrocería y que se trataba de Villamayor.

Todos los que declararon hablaron de disparos y se esmeraron en señalar que uno de ellos fue el mortal, pero en forma absolutamente casual.

Sin embargo, la primera intervención de la Policía y de la Fiscalía contradice la versión de los testigos.

La comisaría de Brítez Cue informó que hubo tres disparos intimidatorios y el fiscal Leonardo Cáceres dejó constancia de que la víctima recibió dos disparos.

“Seguidamente, el cuerpo fue inspeccionado por el Dr. Luis Arestivo, quien manifiesta que tiene herida puntiforme de un cm de diámetro, en región posterior del hemitórax, otra herida puntiforme de un centímetro de diámetro en franco izquierdo lado derecho, causa probable de muerte de shock hipovolémico, por herida penetrante tracto abdominal de arma de fuego (sic)”, según refiere el acta de intervención de Cáceres.

En el acta de imputación de la fiscala Fani Villamayor se repite esto e inclusive se habla de tres disparos. Pero durante la investigación no se observa ninguna pericia para determinar la cantidad de disparos y la trayectoria de las balas.

Toda la investigación se basó en siete declaraciones: tres de ellas fueron de los que estuvieron en ese momento, dos correspondientes a los colegas de Abente que llegaron después de los disparos y otras tres de testigos propuestos por la defensa que se presentaron ante la fiscala para tratar de delincuente a Villamayor, sin evidencia alguna.

La fiscalía no tomó en cuenta su misma imputación, los informes del médico interviniente y de la policía, además de la querella que argumentó una cuestión amorosa.

Dio el tiempo suficiente a la defensa para que negocie con familiares de la víctima y luego pidió la extinción de la causa. El juez Silvio Flores no puso oposición y sin rodeos decretó la impunidad de este caso.

perla.silguero@abc.com.py

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