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Al desorden y confusión protagonizados por senadores de la ANR, en torno a la impensada destitución del senador cartista Óscar González Daher del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) y el reemplazo de este por su colega y correligionario Enrique Bacchetta, se sumaron la ejecución a balazos del ex diputado colorado Magdaleno Silva y la matanza de otros tres ciudadanos en el Norte, crimen múltiple cuyas consecuencias amenazan influenciar en la actual refriega interna del partido color sangre.
En medio de ese barullo y desorden apareció el presidente Horacio Cartes con un desafiante veto a Linneo Ynsfrán, el elegido por el Senado para el cargo de ministro de la Corte Suprema de Justicia.
Como diciendo “aquí yo mando y se hace lo que quiero”, Achecé tiró al tacho centenares agitadas horas de trabajo de selección del Consejo de la Magistratura y mató la esperanza de un magistrado con 35 años de experiencia que decidió resignarse ante el capricho de HC al vetar a Linneo. El actual mandamás del Ejecutivo dio a entender que igualmente quedarán sin posibilidades de ocupar el sillón en la Corte otros dos electos para ese lugar, los también nominados Emiliano Rolón Fernández y Miryam Peña.
La arrogante bravuconada de HC, considerada una verdadera incitación a la pelea innecesaria en tiempos de paz, pareció motivar a la Corte Suprema, cuyos ministros se metieron sin asco en los vigentes problemas partidarios colorados dando trámite a una inconstitucionalidad de González Daher, quien sufrió todo tipo de pesadillas por su destitución del JEM, según allegados que le aconsejaron accionar contra la decisión de sus correlíes en el Senado.
¿Por qué está sucediendo este alboroto cuyos ruidos parecen ir en aumento?
Porque los políticos quieren manejar a su antojo a los fiscales y jueces para tener más poder, pero con extorsiones, chantajes y amenazas.
¿Qué debe hacerse para combatir o frustrar esos métodos politiqueros abyectos que afectan a todos?
Poner en marcha manifestaciones de repudios, personales o multitudinarios, con escraches en tiendas, bares, supermercados, calles, plazas, restaurantes, comercios diversos, shoppings, cafés y peluquerías.
La contienda política de tinte judicial con argumentos leguleyos es pasajera y no sirve para nada, porque después de las internas habrá una reconciliación y abrazo republicano, como ya lo anunció el actual inquilino del Palacio de López.
eruizdiaz@abc.com.py