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“Descartamos totalmente la hipótesis de un incendio accidental”, afirmó el fiscal Alan Schaerer, tras exhibir el resultado del examen laboratorial que confirmó la presencia de petróleo en una de las planillas encontradas durante el incendio sobre el escritorio.
El primer informe toxicológico del 11 de junio de 2008 detectó la presencia de acelerantes de combustión en un pedazo de alfombra del piso y en un libro semicombustionado de la oficina. Una parte de los documentos y archivos electrónicos fue salvada por la rápida intervención de los bomberos voluntarios.
En ocasión de apelar el fallo que absolvió a los exfuncionarios a quienes acusó por producción de riesgos comunes, el fiscal Alan Schaerer sostuvo que la sentencia está viciada por una errónea interpretación, errada aplicación de la ley e inobservancia de la misma.
“Se limitaron a interpretar de manera muy restrictiva y reducida las informaciones proveídas por los testigos quienes en todo el proceso proveyeron suficientes elementos de convicción que ubicaron a los acusados en el lugar del hecho y sus intenciones maliciosas de eliminar las pruebas que se encontraban en la oficina administrativa de la Gobernación del Departamento de Boquerón, oficina en la que ‘coincidentemente’ trabajaron los acusados, y que ameritó en todo momento la relación causal del hecho punible con los acusados”, afirmó Schaerer.