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Recibe amplia difusión por los medios debido a su apariencia de ser al azar y falta de motivación.
Si se tiene en cuenta las evidencias convencionales de un crimen sexual, ellas pueden estar ausentes en la escena del crimen.
Los investigadores pueden no darse cuenta de la dinámica sexual subyacente en estos crímenes. Además, los investigadores no suelen compartir sus hallazgos.
Se considera asesinato cuando una persona causa la muerte de otra y lo lleva a cabo con alguno de los tres supuestos (o los tres juntos) de ‘alevosía’ (se realiza a traición y/o cuando se sabe que la víctima no va a poder defenderse), ‘ensañamiento’ (aumentando deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la víctima) o ‘concurrencia de precio’ (cometiendo el crimen a cambio de una retribución económica o material).
Se considera homicidio cuando una persona causa la muerte a otra, pero en el crimen no se contempla ninguno de los tres supuestos citados en el apartado referente al asesinato. Se puede tener la intención de matar a alguien, pero no ensañarse, ni realizarlo alevosamente o bajo recompensa, por lo que se diría que se ha cometido un ‘homicidio doloso’, aunque habitualmente no solemos verlo acompañado del término ‘doloso’ (esto se refiere a España).
Pero en el Código Penal Paraguayo se refiere solamente a Homicidio, artículo 105, y en los incisos 3, 4 y 5 se refieren como agravantes, a los tres supuestos mencionados
Lo que ocurre en los homicidios por placer, es que la motivación es el placer sexual asociado a la crueldad y al dolor que provoca. Es por este sentido que se trata de una estructura perversa y no psicopática como se suele diagnosticar. Además, la psicopatía carece de mecanismo psíquico organizador por lo tanto no existe desde el punto de vista de las estructuras psíquicas, es una noción que por consenso dice algo de lo asocial de un sujeto pero no aclara los componentes que interactúan en sus actos.
En los crímenes sexuales existen alevosía y ensañamiento por estar asociados con exclusividad a componentes sádicos de la propia sexualidad humana, que provocan una intensa excitación sexual. Muchos de los criminales sexuales experimentan orgasmos en el momento en que comenten el hecho.
Estos criminales suelen tener una historia previa en la niñez de sadismo con animales, o de daños materiales o a la propiedad, y provienen de hogares disfuncionales y violentos.
La conducta sexual agresiva se caracteriza por ser sumamente repentina, impulsiva, sin control y muchas veces con un marcado sadismo.
Los crímenes seriales están muy relacionados con los crímenes sexuales por lo que se ha creído de que el delincuente serial actúa siempre impelido por fuertes deseos sexuales, sin embargo esto se ha visto desacreditada en la actualidad, al menos como explicación genérica.
2- El crimen matar por placer es un acto que indica, mejor que cualquier otro, que lo que se ha aniquilado es lo insoportable de la tensión-excitación. En el acto de matar por placer se mata un goce suelto insoportable del sujeto que el mismo identifica y lo localiza en otro sujeto que le hace de espejo. El placer, el alivio y reducción de tensión, radica en liberarse, momentáneamente, de un goce suelto, inamarrable… por eso se vuelve necesidad de repetir y es así que se convierte en serie, placer en serie, crimen en serie. Franquear los límites de la palabra es el signo axiomático de un crimen; y en el crimen matar por placer se presenta dicho acto como ejemplo inequívoco de un goce absolutamente independiente a toda significación humana, precisamente porque es un goce que traspone toda significación que la palabra constituye. Es decir, el crimen de matar por placer no lleva ningún mensaje, no tiene sentido, no significa nada más allá del placer. De ahí es que tiende a su reiteración una y otra vez y otra vez y es lo que produce justamente la sensación de siniestro en la sociedad.
3- Cuando la función de la palabra, que constituye significaciones y sentido, se hace pedazo, se fragmenta, entonces, lo único que queda es aferrarse a objetos de goce directo, que por otro lado son signos de nuestra época hipertecnológica; de lo que se puede deducir que estos tipos de crímenes son o serán las nuevas formas del goce directo. El mercado, al crear deseos lo convierten a éstos en necesidad de satisfacción directa y así no se cesa de buscar satisfacción continua.
La víctima es un objeto de goce, de satisfacción directa y el criminal no se suelta de esa satisfacción porque los límites de las palabras ya están atravesadas, traspuestas en el sujeto. Así el crimen 1-2-3… no varía en su significación porque no tiene significación alguna ninguno de ellos. El crimen por placer es un pasaje al acto, que no varía de uno a otro crimen porque ya el lazo social, con el discurso común está roto, está fuera de sentido. Gira en redondo; puede parecer diferente uno de otro pero no lo es, no hay vecindad significativa entre uno y otro crimen. Son variaciones del mismo tema: goce suelto, inamarrable e insoportable. Son actos que vuelven y vuelven y no se trasforman, tienen el mismo contorno. A estos actos sin culpa los psiquiatras de la nueva ola los clasifican, erróneamente, como psicopatía. En primer lugar no son las únicas conductas que no tienen remordimientos de sus actos ni las únicas con núcleo narcisista importante sino y sobre todo no tienen o carecen de mecanismo específicos psíquico de formación psicológica, de conformación psicopática por decirlo así como si lo tiene las perversiones sexuales.
4- El crimen por placer se encuadra en una perversión por la alegría festiva que produce el hacer-sufrir. Freud señala en sus Tres ensayos para una teoría sexual (1905) que “la pulsión sexual y la crueldad se copertenecen” y que la agresión es” un resto de apetitos caníbales”. El matar por placer, que involucra el placer por el dolor y la crueldad, es una perversión descrita por Schrenk-Notzing (1899) denominada Algolagnia, que significa dolor-placer, erotismo del dolor (como la excitación ante la agonía por ejemplo) y está tomado y citado por Freud dentro de sus postulaciones sobre la Sexualidad infantil y no tienen causas innatas, pertenecen a los llamados factores adquiridos estudiados y desarrollados por Freud en sus ensayos.
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