Cargando...
La acusación relata el resultado de la investigación iniciada a partir de la denuncia del padre de la víctima, una joven de 21 años, el 9 de noviembre del año pasado.
En aquella oportunidad, el denunciante solicitó la intervención de la fiscalía ante la imposibilidad de comunicarse ni siquiera vía telefónica con su hija, de quien sospechaba que estaría privada de su libertad y gravemente herida. Cabe recordar que ya había antecedentes anteriores de violencia doméstica, una de ellas registrada en un juzgado de paz.
Una fotografía enviada por la joven a una compañera de trabajo para justificar su inasistencia, en la que se veía su pierna con muchos hematomas, causó alarma a familiares y amigos.
Denunciado por su propio padre
Ese mismo día, el padre del acusado había realizado una denuncia en la comisaría de Ñemby contra su propio hijo. Relató que se fue a llevarle comida y como no le dejaba entrar, empujó la puerta y pudo ver a su nuera con el rostro hinchado y muchos hematomas, por lo cual ponía a conocimiento de la Policía esta situación.
Con la ayuda de agentes de la comisaría local, una comitiva se constituyó en la casa donde la joven vivía con Pedro Heriberto Galeano, con quien mantenía una relación de casi tres años.
“Desde aproximadamente el 30 de octubre hasta el 9 de noviembre del 2017, el acusado Pedro Heriberto Galeano Giménez mantuvo encerrada a su concubina en el interior de la vivienda (...) del barrio Pa’i Ñu de la ciudad de Ñemby, tiempo durante el cual el hoy acusado propinó múltiples utilizando varios objetos para agredir a su víctima, en una oportunidad con un martillo, objeto con el cual le había lastimado en el muslo, dejándole hematomas, repitiéndose la agresión en otras ocasiones”, refiere la acusación.
Daños físicos y psicológicos
La presentación destaca que a raíz de las lesiones sufridas, la víctima incluso tuvo que ser sometida a cirugía. Reportes del Hospital de Ñemby, del Hospital de Trauma y del Sanatorio Británico detallan las múltiples lesiones y traumatismos sufridos por la joven.
La fiscalía también acompaña la evaluación psicológica realizada a la víctima, que da cuenta del daño psicológico sufrido por la tortuosa situación que pasó en manos del ahora acusado.
“Se ha detectado un quiebre importante en el eje emocional de la víctima, entre los que podemos mencionar: realizar esfuerzo para ahuyentar pensamientos, disminución del interés ante las cosas o actividades, sentimiento limitado en su capacidad afectiva, tristeza, incapaz de disfrutar la vida, insomnio, culpabilidad, se siente despreciable, pensamientos recurrente de muerte y otros que guardan estrecha relación con la experiencia traumática”, refiere el informe.
“La percepción de la amenaza a la vida y a la seguridad personal provoca una sensación de temor continuo como bien se ven en los resultados de la evaluación, los cuales son: dificultades de concentración, irritabilidad y un estado de hipervigilancia. Asimismo, la víctima experimenta trastornos de sueño, pesadillas y pensamientos recurrentes en relación con el maltrato y el maltratador”, agrega la evaluación psicológica.
Acuerdo no afecta acción fiscal
El abogado Arnaldo Martínez, quien asumió la representación de la joven víctima, comentó que cuando se disponía a presentar la querella, se enteró en la fiscalía de que su clienta había firmado un acuerdo con la madre de su agresor.
“Yo me enteré por la asistente fiscal, me cayó como un balde de agua fría. Demasiado apenado me sentí. Ella no me avisó nada, yo me enteré en la fiscalía, le llamé y me confirmó. Yo me siento defraudado y no pienses que es por dinero porque no le cobré ni un guaraní. Nosotros somos vecinos y la conozco de chiquita porque conozco a su papá. Yo no le cobré nada. Tengo hermana, hija, mamá. Yo me puse a su disposición por la indignación que sentí al ver lo que le pasó, porque ella estuvo al borde de la muerte. Ella necesitaba más contención, más apoyo”, explicó.
Mediante el acuerdo citado, la joven aceptó ante escribanía G. 25 millones y a cambio, se comprometió a no accionar penal ni civilmente contra Pedro Heriberto Galeano.
La fiscala Claudia Aguilera destacó que el acuerdo referido no afecta la intervención del Ministerio Público, y que las pruebas existentes son suficientes para sostener la acusación en un juicio oral y público.
Tras golpizas, pedidos de disculpas
“Durante el tiempo en que estuvo encerrada en la habitación, la joven era constantemente agredida con cualquier objeto que Pedro Heriberto Galeano encontraba a su paso. En una oportunidad, tomó una tabla de picar carne con la cual le había pegado por la espalda y piernas. Después de cada agresión, pedía disculpas a su concubina por haberla golpeado”.
Latigazos y golpes con palos
“Pedro Galeano tomó un pedazo de alambre con el cual le aplicaba latigazos en la espalda y piernas. Asimismo, la tomaba del pelo y continuaba propinándole golpes de puño a la altura del rostro y golpes con el palo de escoba a la altura de la cabeza”. Un mazo y un pedazo de tabla de picar carne con sangre de la víctima son evidencias ofrecidas por la fiscalía.
Salir, solo en un “ataúd”
“La víctima continuaba en mal estado de salud y sin posibilidad de recibir asistencia por los múltiples golpes que había recibido; pese a que pedía a su pareja que la deje ir a la casa de su mamá y que la misma no pensaba presentar denuncia alguna en su contra, el hoy acusado se negaba a su petición asegurándole que solo saldría de la habitación en un ataúd”.
rferre@abc.com.py