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El fiscal Marcelo Pecci anunció que apelará el fallo del tribunal que estuvo presidido por Tito Gauto e integrado por los jueces Alejandro Fiandro y Wilfrido Ovelar.
“He sostenido, junto a la agente fiscal Sara Torres, la acusación contra Juan Miguel Cuenca Garcete, como autor del violento crimen ocurrido en la madrugada del 10 de junio de 2011, del que resultó víctima la joven Sadi Beatriz Medina Quiñónez”, señaló.
Siguió diciendo: “Las pruebas científicas, técnicas y laboratoriales producidas en juicio acreditaron con contundencia que Sady Medina fue aplastada, arrollada y arrastrada por el vehículo que conducía Cuenca Garcete, lo que le produjo traumatismos de tórax, abdomen y pelvis, a más de laceración hepática y pulmonar, que la sumieron en una agonía, hasta morir por hemorragia interna (shock hipovolémico)”.
Sin embargo, el criterio de los jueces fue otro. Relataron que la víctima abordó el rodado del acusado, salieron de paseo e ingirieron whisky desde las 20 horas aproximadamente, aunque el hecho ocurrió cerca de las 4 de la madrugada. El cuerpo fue encontrado alrededor de las 07:00.
Los jueces dijeron que la víctima se sentó en la ventanilla del automóvil del cual cayó y quedó bajo el rodado.
Es por eso que calificaron el hecho como accidente, ya que ambos estaban alcoholizados. Luego, Cuenca abandonó a la víctima, que quedó con vida y agonizando, por lo que le atribuyeron el delito de omisión de auxilio.
Pecci señaló que ante la gravedad de lo cometido, Cuenca huyó del país: “Se probó que Cuenca Garcete la abandonó; Sadi Medina quedó sufriendo en extremo, depositada en una cuneta, desangrándose por dentro. El autor no la auxilió y con ello, tal cual lo confirmó el médico forense interviniente y el perito médico, cerró la posibilidad de que ella sea asistida para sobrevivir. Cuenca Garcete decidió huir y mantenerse prófugo de la justicia por seis meses”.
Pecci dijo que los defensores de la familia Cuenca Garcete quedaron desorientados ante el rigor de las pruebas, impotentes. “En los alegatos finales divagaron sobre aspectos insustanciales, tergiversando los hechos. Sin embargo, no necesitaban más que eso”, aseveró.
Señaló que este fallo podría tener otras derivaciones producto de la impunidad con que queda el caso.
“La conducta del acusado fue despreciativa de la vida, culminó en violencia, agonía, abandono y muerte para Sady Medina, en eterno dolor para sus familiares y en indignante consternación. El desalentador mensaje que estos jueces dieron a la sociedad es que conductas criminales de esta índole son absurdamente minimizadas a accidente. Manifiesto mi preocupación respecto del peligro de justicia por mano propia que podrían conllevar esta verdadera negación de justicia”, dijo.
De acuerdo al corresponsal de ABC en San Pedro, Osmar Acosta, los parientes de la víctima anunciaron que apelarán la decisión y gritaron corruptos y vendidos a los magistrados.
Incluso se llegaron a escuchar gritos de que no existía justicia, por lo que solo quedaba hacer justicia por manos propias.
ocaceres@abc.com.py