Escalofriante historia de dos hermanas violadas en la cárcel

La sentencia judicial que condenó a los reclusos Abel Pereira Colmán y Feliciano López López a 20 años de prisión y 10 años de medidas de seguridad revela el terror que vivieron dos hermanas (15 y 17 años) que fueron abusadas sexualmente por los presos. La historia es increíble y escalofriante a la vez. Colmán Pereira se hizo pasar por una mujer para contactar a través del Orkut con una de las hermanas. Luego la sedujo y la violó en reiteradas ocasiones en uno de los pabellones de la Penitenciaría Nacional, junto con López López. Ambos filmaron y fotografiaron todo. Con ello comenzaron a amenazar a sus víctimas.

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El Ministerio Público acusó a Jorge Abel Pereira Colmán y Feliciano López López, con base en los siguientes hechos: aproximadamente en la segunda quincena de junio de 2010, la adolescente AAA fue contactada por Pereira Colmán, quien se hizo pasar por Sandra Almada, a través de la red social Orkut.

El acusado le solicitó a AAA que “la” aceptara como amiga, y a partir de allí la comenzó a seducir. Le ofreció estudiar modelaje, que es una actividad que siempre les gusta a las adolescentes.

Sandra Almada o Pereira Colmán contactó varias veces con AAA. El acusado la convenció a la adolescente que era una mujer y por ello la víctima no se inhibió cuando después le pidió que le enviara fotos. Le pidió que le remitiera su currículum y también fotos en varias poses.

AAA tenía una computadora con acceso a internet, porque sus padres le habían comprado para que la usara para sus estudios, ya que estudiaba para técnico en informática

Luego de que AAA le haya enviado sus fotos a Sandra, que siempre fue Pereira Colmán, este le planteó y le pidió una ayuda personal. Le pidió que se fuera a visitar a su hermano en la cárcel de Tacumbú. Le dijo que su hermano estaba en prisión por su culpa, porque mató a alguien para defenderla.

Luego de varias tentativas, AAA con la fragilidad de una adolescente, aceptó hacerle el favor a su amiga Sandra.

AAA ingresó a la Penitenciaría de Tacumbú siguiendo precisas instrucciones de Pereira Colmán, quien le dijo que alguien le iba a esperar en la entrada al penal, atendiendo que es menor de edad. AAA prestó la cédula de identidad de una vecina, que era mayor edad, y con eso ingresó al cárcel, lo que demuestra lo vulnerable del sistema de control.

Así, AAA ingresó al penal y contactó por primera vez con Pereira Colmán.

La víctima contó que para su ingreso todo le fue facilitado por los guardias. Cuando estaba para ingresar, los guardias ya la estaban esperando, ya sabían que ella se iba a ir de visita.

Después la adolescente ingresó al pabellón donde estaba Pereira Colmán, quien tenía todos los datos sobre ella: su currículum, fotos, datos sobre su familia, dónde estudiaba, etc. Claro, porque AAA había revelado toda esta información a su amiga Sandra, quien en realidad era Pereira Colmán.

Con las fotos y los demás datos, el acusado obligó a la menor a mantener relaciones sexuales con él.

En el transcurso de la investigación se supo que Pereira Colmán tenía un cómplice, y este era Feliciano López López, quien filmó las relaciones sexuales que la niña tuvo con Pereira y, en otras ocasiones, con él. Es decir, Pereira filmaba porque la adolescente también fue extorsionada para acostarse con López López.

Pero las cosas no terminaron ahí. Las filmaciones fueron utilizadas para extorsionar a la adolescente. Incluso fueron exhibidas en la penitenciaría.

AAA se desesperó, porque recibía amenazas enviadas a través del messenger, como por el orkut y por teléfono. En las amenazas decían: “No solo publicaré las fotos, sino que asesinaré a tu madre”. Incluso le decían qué hora salía la madre para ir a su lugar de trabajo, también le dijeron que iba a pasar lo mismo con su hermana menor que estaba en el colegio.

Las amenazas resultaban creíbles para AAA como para someterse a las exigencias de los acusados.

Ante esta situación desesperante, AAA conversó con su hermana mayor, que en ese entonces tenía 17 años. Le contó lo que estaba ocurriendo. Entonces, la hermana contactó a través del correo de AAA y contestó a Pereira Colmán. Le dijo que ella se iba hasta la penitenciaría y que le entregara las fotos de su hermana menor, porque, si no, le iban a denunciar.

EEE, de 17 años, va hasta la penitenciaría pensando que iba a resolver el problema. En la cárcel también fue sometida por ambos acusados, hecho que también está registrado en las filmaciones.

En el caso de EEE se puede notar en el video que estaba narcotizada en el momento en que fue coaccionada sexualmente.

Ese día, según el relato de la víctima, ella salió de la penitenciaría fuera del horario normal de salida, pasada las 19:00.

Según la acusación, la coacción sexual fue realizada tanto por Pereira como por López López, desde el 3 de julio de 2010, fecha en que AAA entró por primera vez a la cárcel.

Vale más que mil palabras...

En más de 200 imágenes que fueron extraídas de los equipos incautados de la penitenciaría, del pabellón 4 donde vivía López López. Allí, en la entrada a la capilla que está en dicho pabellón, los acusados tenían una computadora con un monitor en que se podía exhibir las filmaciones.

En el pabellón cuatro había una piecita que usaban como privada, que era administrada por López López y que no forma parte de las privadas del referido pabellón.

Es una pieza que se construyó dentro de un pabellón y que no era administrada por las autoridades del penal; lo administraba López López.

Otras evidencias fueron incautadas de la oficina de Pereira Colmán, quien tenía acceso irrestricto a internet en el pabellón libertad.

VIOLACIÓN DE LA ADOLESCENTE DE 17 AÑOS

Según el Tribunal de Sentencia, la adolescente de 17 años en el penal fue recibida por Abel, quien la obligó a consumir bebida alcohólica en exceso. Luego, la menor fue sometida sexualmente de forma salvaje por Abel y López López, quienes se turnaron por la víctima. A su vez filmaron y fotografiaron todo. La víctima, que estaba bajo los efectos del alcohol, ofrecía nula resistencia, ya que estaba inconsciente.

Una vez que las hermanas se negaron a volver al penal, Pereira Colmán envió a través de un exrecluso las filmaciones y una carta en la que amenazaba a las víctimas con enviar las fotos al colegio donde asistían.

Las víctimas igual se negaron y Abel cumplió su amenaza y envió un sobre al colegio. El remitente decía Gilberto Rodríguez. Esta situación motivó que las docentes hagan una denuncia ante el Ministerio Público, que allanó el pabellón donde estaban los acusados.

Se incautaron computadoras, discos compactos, fotografías, notas o apuntes en pedazos de cartulina como si fueran pequeñas agendas, pendrives, celulares, cámara fotográficas y otros, que fueron sometidas a peritaje bajo la figura del anticipo jurisdiccional de pruebas.

“Todos los testimonios brindados en el debate oral y público resultaron esclarecedores y veraces, para producir la convicción del tribunal y la certeza de los hechos más arriba detallados y que se consideran demostrados en juicio”, señalaron los jueces Juan Carlos Zárate, Gustavo Santander y María Ester Fleitas, quienes durante el desarrollo del juicio oral observaron las fotos y filmaciones, que, además de los testigos, confirmaron los abusos de los que fueron víctimas las dos hermanas menores.

cbenitez@abc.com.py

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