El principio del fin de Pablo Medina

El fiscal Néstor Cañete cumple funciones en Curuguaty desde el 7 de abril de 2014, aunque la causa por la cual lo separaron de la investigación del asesinato del periodista Pablo Medina se inició ya el 16 de febrero de 2011 y estuvo al frente su colega Ninfa Aguilar.

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El expediente ahora cuestionado fue abierto a raíz de una denuncia presentada por el señor Estanislao Argüello, quien dijo que en noviembre de 2010 fueron asesinadas tres personas en el predio de la estancia “Dos Naciones” de la familia Acosta Marques, en Ypejhú, y que dos de las víctimas eran un tal “Loco’i” y un tan “Mykurê’i”.

El informante le detalló incluso que los responsables del triple homicidio fueron Vilmar Acosta Marques y sus hermanos Wilson y Vidal Yuner, los tres ahora prófugos por el hallazgo de un campamento narco en la estancia “Dos Naciones”. También sindicó en aquel momento a un tal “Eugenio” y a otro “Laíno Rodríguez”.

Asimismo, el tal “Juan Carlos” le contó a Estanislao Argüello que los tres cuerpos estaban enterrados cerca de dos hornos, a unos 500 metros de la casa donde vivía el señor Vidal Acosta González, padre de Vilmar, Wilson y Vidal Yuner.

Las primeras diligencias ordenadas por la fiscala Ninfa Aguilar fueron allanamientos en la casa de los sospechosos, aunque no se encontraron los cuerpos, pero sí había armas de fuego y hasta gases lacrimógenos, y ahora no se sabe qué pasó de esas evidencias.

Recién después, se procedió a cavar en algunos sectores de la propiedad, hasta que se encontraron cabellos aparentemente humanos a dos metros de profundidad en el suelo. También había restos óseos que en ese momento no pudieron determinarse de qué o de quién se trataban, si de humanos o de animales.

El 18 de febrero, con base en estos indicios, se ordenó la captura de Vidal Acosta González y de su hijo Vilmar Acosta Marques, quienes fueron remitidos a la penitenciaría regional de Coronel Oviedo.

Otros “testigos”

Pero el caso dio un giro rotundo el 2 de marzo de 2011, cuando se presentó en la fiscalía la señora Olinda Antúnez González, quien dijo ser hermana de Esteban González, alias “Mykurê’i”, uno de los supuestos asesinados por los Acosta Marques

La mujer explicó que su hermano, efectivamente, estaba muerto. También comentó que “Mykurê’i” fue asesinado el 19 de setiembre de 2010 en la vía pública de Ypejhú y que su cuerpo estaba enterrado no en la estancia de los Acosta Marques, sino en el cementerio de la ciudad, por lo que la primera víctima del “clan” fue prácticamente descartada en la investigación.

Ese mismo día, también compareció un hombre identificado como Mario Núñez López, hermano de Epifanio Núñez López, alias “Loco’i”, el otro supuesto asesinado por los Acosta Marques.

Mario relató que nunca más supo nada de su hermano “Loco’i” desde que salió de la casa familiar con destino a Ypejhú, para celebrar el aniversario del Partido Colorado, el 11 de setiembre de 2010.

La acusación

Finalmente, las dos muestras de huesos levantadas de la estancia “Dos Naciones” no pudieron ser reconocidas como de especie humana, porque no se detectó sangre y otro elemento, aunque con relación al cuero cabelludo sí se comprobó que eran de personas.

El 18 de agosto de 2011, la fiscala Ninfa Aguilar acusó formalmente por homicidio doloso a Vidal Acosta González y a Vilmar Acosta Marques, quienes sin embargo para aquel entonces ya estaban en libertad.

Luego, el expediente quedó congelado y coincidió con el traslado de la fiscala Ninfa Aguilar a Santa Rosa del Aguaray, aunque actualmente la funcionaria trabaja en San Estanislao.

La intervención de Cañete

Luego de asumir en Curuguaty, el fiscal Néstor Cañete se hizo cargo de la carpeta, justo en los momentos procesales previos a la audiencia preliminar.

Entonces, tras leer detalladamente el expediente, el fiscal Cañete decidió pedir el sobreseimiento provisional de los dos sospechosos.

En su descargo, expresó que “al no tener un nexo causal entre los supuestos autores y el supuesto homicidio, y al no haberse establecido una relación precisa y circunstanciada del hecho punible al momento de concurrir a la audiencia preliminar, solicité el sobreseimiento provisional porque no tenía elementos de convicción suficientes para sostener la acusación”.

Añadió que “en esas condiciones, de llevarse a cabo el juicio oral, los mismos podrían resultar sobreseídos de la causa, lo que a su vez implicaría la imposibilidad de juzgarlos nuevamente por esos hechos y, por ende, quedarían completamente impunes”.

El sobreseimiento provisional fue ratificado por la Fiscalía Adjunta, a cargo de Alejo Vera, por lo que la causa seguía abierta en espera de la inclusión de más elementos de convicción a la carpeta investigativa. El abogado de los Acosta Marques, incluso, solicitó el sobreseimiento definitivo a los sospechosos, pero el agente Cañete explicó que sí se opuso a esta estrategia.

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