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La joven María Belén Fariña era una estudiante que cursaba el último año de la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de Asunción (UNA). También era funcionaria del Ministerio de Justicia y Trabajo y estaba comisionada en el Congreso Nacional, donde se desempeñaba como secretaria en la Comisión de Salud de la Cámara de Senadores.
Esa mañana, como lo hacía normalmente, salió de su vivienda localizada en la Zona Sur de Fernando de la Mora, alrededor de las 05:50, para dirigirse a pie hacia la ruta Mariscal Estigarribia, donde debía tomar el ómnibus que lo acercaría a su lugar de trabajo.
Pero a una cuadra de su casa, en la esquina de las calles Zavala Cue y Sargento Candia, fue abordada por un “peajero” que había trepado las ramas de un ficus, con un cuchillo en la mano, y le saltó por el cuello, con la intención de arrebatarle el bolso.
Todavía en la penumbra, la joven trató de resistirse y debido a su acción, el delincuente le infligió una puñalada en el costado izquierdo, cerca del corazón. Ya reducida en el suelo, el criminal le asestó una estocada en el abdomen y otra en la muñeca izquierda.
Dejando malherida a su víctima, el “peajero” agarró el bolso que contenía dos celulares, maquillajes y los documentos personales de María Belén para posteriormente desaparecer de la escena del crimen.
Vecinos de la cuadra que escucharon los gritos de auxilio salieron a la calle y encontraron a la estudiante que agonizaba en la vereda, bañada en sangre. Momentos después, fallecía en el lugar y el fiscal Federico Espinoza ordenó el traslado del cuerpo a la morgue del Hospital Maternoinfantil de la ciudad para la autopsia correspondiente.
Investigación y captura del asesino
Horas después del crimen, la Policía ubicó el bolso de la víctima con uno de los dos celulares y el arma homicida en un baldío situado distante a unas diez cuadras del lugar del crimen. El asaltante se había quedado con el otro teléfono móvil, hecho que facilitó a los investigadores su localización y captura en Ciudad del Este, el día después de haber concretado del mortal golpe.
Se trataba del adolescente J. C. V. C. (16), quien tenía medidas sustitutivas de prisión por robo agravado y es hijo de otro convicto por homicidio. El menor de edad confesó el crimen y dijo que actuó drogado, bajo los efectos del “crack”.
El detenido fue procesado y condenado a ocho años de prisión hallado culpable del hecho punible de robo con resultado de muerte. En la audiencia pública, las pruebas exhibidas fueron contundentes para demostrar su responsabilidad.
No obstante, el asesinato de María Belén Fariña puso en entredicho la inoperancia policial ante la galopante inseguridad.
A una cuadra de su casa, en la esquina de las calles Zavala Cue y Sargento Candia, fue abordada por un “peajero” que había trepado las ramas de un ficus, con un cuchillo en la mano, y le saltó por el cuello, con la intención de arrebatarle el bolso.
cazenave@abc.com.py