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El caso se inició con cuatro procesados, quienes fueron sindicados por la víctima de haber abusado sexualmente de ella, pero con el correr de las investigaciones, con las pruebas aportadas y todos los incidentes que se dieron en casi cinco años de proceso, el fiscal Rogelio Ortúzar acusó a solo uno de ellos, a quien responsabiliza de la violación de la adolescente en el Club Centenario ocurrida en noviembre de 2012.
De esta manera, tras destrabarse varios incidentes en la Cámara de Apelación, se fijó para el 26 de junio pasado el inicio del juicio oral y público para el único acusado que quedó de los cuatro.
El tribunal de sentencia fue integrado por los jueces Juan Carlos Zárate, como presidente, y como miembros los jueces Cynthia Lovera y Héctor Capurro.
El único menor de edad que afronta actualmente el juicio tiene cargos por coacción sexual y violación de una adolescente en el club Centenario, hecho ocurrido en el 2012. Los otros tres imputados inicialmente lograron quedar desvinculados del proceso gracias a sobreseimientos definitivos que se les otorgaron a medida que iba avanzando la investigación.
La defensa del único acusado, ejercida por el abogado Carlos Bogado, alegó que existen muchas cuestiones que se manejaron mal y que su cliente es inocente. Además, argumenta que el hecho de violación nunca se concretó y que todo fue montado, que se indujo a la víctima a dar una versión para acusar a jóvenes inocentes, como su cliente.
Según dijo el profesional del Derecho, desde la misma declaración de la menor de edad en la cámara Gessel, ya se vinieron cometiendo errores y nulidades, pero el proceso prosiguió y ahora se llegó a juicio.
El juicio oral y público para el único acusado sigue actualmente y completó un mes. A decir de las fuentes judiciales, recién en poco más de un mes se tendría una sentencia, ya que existen todavía muchas diligencias que se deben realizar.
Desaparece evidencia
Pero el caso cada día tiene un condimento de enredo más. La semana pasada, por ejemplo, cuando se tenían que presentar en juicio unas grabaciones de la declaración de la víctima en sesiones con las psicólogas, se detectó que esas grabaciones habían desaparecido.
Una caja que estaba lacrada y en la que tenían que estar un reproductor de DVD y varios CD, al ser abierta, no contenía esas pruebas. Solo estaban dos cuadernos que no tenían anotación alguna y unas cuantas cintas de embalaje que se cargaron para darle peso para que no se notara que las evidencias habían sido sustraídas.
El hecho fue denunciado, pero hasta el momento no se tienen mayores avances en las pesquisas sobre el robo de las evidencias que debían ser exhibidos en juicio.
El caso fue tan grave que hasta la Corte tomó intervención en el suceso y ordenó a la Dirección General de Auditoría de Gestión Judicial que investigara lo ocurrido. Se debe indagar el hilo conductor de por cuáles manos pasaron esas evidencias y bajo el custodio de quién o quiénes estaba.
No es la primera vez que la Dirección General de Auditoría hace un seguimiento de todo lo que se desarrolla en torno a este caso que tiene demasiadas cosas extrañas.
El último sobreseído
En mayo pasado los camaristas de la Niñez Manuel Silvio Rodríguez y Fulvia Núñez de Vera y Aragón, con el voto en disidencia del camarista en lo civil Juan Carlos Paredes, otorgaron el sobreseimiento definitivo a un imputado como coautor del denominado caso Centenario. Este fue el último en ser desvinculado del proceso. En el momento en que ocurrió el hecho, el joven era menor de edad. Con esta resolución también se destrabó el último incidente que quedaba pendiente, para que la causa sea elevada a juicio oral y público para el único acusado. Luego de esto ya se conformó el tribunal de sentencia y se inició el juzgamiento.
“Nunca hubo violación”
Para el abogado Carlos Bogado, defensor del único acusado, no hubo violación en el club Centenario. El letrado basa su hipótesis en que el informe de la junta médica que revisó las 22 fotografías de las partes íntimas de la víctima concluyó que esta no presentaba lesiones y se contrapone al reporte de dos médicas, entre ellas, la forense de la fiscalía. También Bogado tiene sus cuestionamientos a la declaración de la joven en la cámara Gessel, y alega que ese acto fue nulo, ya que considera que la entonces jueza Edith Coronel nunca debió permitir esta diligencia porque la defensa no pudo presentar su perito y asegura que la adolescente fue víctima de una mala praxis de sus psicólogas.
Sí, hubo abuso
Así como la defensa del acusado alega que no hubo abuso, la declaración en juicio de la doctora Nidia Dávalos de Oxilia –la primera que inspeccionó a la víctima– fue contundente al afirmar que existió la coacción sexual. Durante su declaración testimonial a pedido de la propia defensa, la médica dijo que encontró desgarro y recomendó la inmediata intervención de la fiscalía, e inclusive dijo que la menor de edad fuera revisada con anestesia. De esta forma, confirmó que existió el abuso.
Relato en cámara Gessel
En juicio también será presentado el video de la declaración de la víctima en la cámara Gessel. Esta prueba fue muy atacada por los abogados de los cuatro imputados, que a toda costa querían que sea excluida y anulada, bajo varios argumentos. Los jueces rechazaron todos los pedidos y los agregaron como prueba fundamental. El fiscal Édgar Sánchez y el abogado José Ignacio González Macchi tienen como prueba importante esta declaración.
Investigación del robo
Una vez que salió a luz el hecho del robo de evidencias del caso Centenario, el tribunal de sentencia denunció ante la Fiscalía Barrial N° 3 la sustracción de una caja lacrada que contenía dos DVD, en los que estaba parte de la sesión de terapia de la víctima. Esos elementos probatorios fueron sustituidos con dos discos vacíos, lo que llama la atención, porque se intentó encubrir el hecho e indefectiblemente se tuvo que contar con la complicidad de funcionarios judiciales.
La víctima y su declaración
Un año después de que ocurriera el abuso la víctima dio su versión de lo sucedido esa noche del 5 noviembre de 2012. Lo hizo en una declaración en la cámara Gesell.
La menor de edad había relatado que asistió a un cumpleaños en el club Centenario donde estuvo con otro joven, quien la abordó con tinte sexual.
Luego siguió señalando que cuando eran las 23:00, fue retenida por otros jóvenes quienes la llevaron hacia las canchas de tenis lejos del salón donde la fiesta de cumpleaños proseguía.
Uno de los hoy imputados, según relató la adolescente, le hizo aspirar una sustancia que la dejó muy débil y casi sin poder oponer resistencia en ese momento.
En su relato la menor dijo que fueron cuatro los jóvenes que la retuvieron y abusaron sexualmente de ella. Con la ayuda de los psicólogos, la joven logró identificar a todos. Por esta declaración, menores de edad fueron imputados.
Después de lo relatado por la adolescente, se procedió a hacer la reconstrucción de los hechos con una comitiva fiscal que llegó hasta la cancha de tenis donde la víctima dijo que fue llevada hasta ser interceptada por los muchachos.
Muchas contradicciones, incidentes de las partes y denuncias de malos manejos en la investigación, recolección de pruebas y hasta sustracción de evidencias, rodearon y rodean a este enredado caso que ahora parece llegar a su etapa final con un solo acusado.
Muchas son las dudas en torno a lo que relató la víctima, quien en principio acusó a cuatro muchachos y que al final la misma fiscalía solo logró acusar a uno, dejando a tres libres de toda culpa.
La misma Corte Suprema de Justicia, a través de la Dirección de Auditoría de Gestión, tiene sus ojos puestos en todo cuanto se da en el presente proceso.
Si bien todavía no hay un informe sobre el robo de evidencia que se denunció el 18 de julio pasado, se espera que esta dependencia tenga un resultado antes que el juicio finalice.
El juicio ya concluyó en la parte testifical y ahora se inició la presentación de pruebas, por eso es que saltó que faltaba una de ellas, que desapareció misteriosamente.
Se estima que de no haber incidentes mayores, como recusaciones, el juicio tendría que estar finalizando en la última semana de agosto o inicios de setiembre. El caso avanza lentamente y las audiencias son muy espaciadas por el recargo de trabajo del tribunal de sentencia.
victor.franco@abc.com.py