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El tribunal de sentencia de San Pedro del Ycuamandyyú que condenó al asesino estuvo conformado por Carina Von Tumpling, Guido Mareco y Ninfa Aguilar.
Los magistrados aplicaron la pena de 25 años de encierro a Neri Mareco Giménez, oriundo de San Pedro del Ycuamandyú, quien actualmente tiene 33 años de edad.
El fiscal Jorge Encina, quien fue el que concluyó la investigación iniciada por sus colegas Fanny Aguilera y Alberto Torres, destacó que el trabajo técnico de la Policía Nacional (cruce de llamadas) fue fundamental para probar la implicancia del gatillero.
Inicialmente, los investigadores no contaban con suficientes elementos para direccionar la pesquisa, aunque el caso adquirió un rumbo distinto cuando se encontró una denuncia policial hecha por el propio intendente Carrillo.
En ella, el jefe comunal de Tacuatí advertía que si algo le pasaba el responsable directo sería su principal rival político, el concejal municipal de la misma ciudad, Alfredo Sosa Riella, en esa época de 33 años de edad.
Aparentemente, Carillo Vera y Sosa Riella mantenían serias diferencias políticas, que derivaron posteriormente en amenazas de muerte.
Muchos decían que el concejal quería desplazar al intendente de su cargo.
La planificación y ejecución
Según los datos, la planificación del crimen sucedió de la siguiente forma.
El concejal Alfredo Sosa Riella contactó con un conocido criminal pedrojuanino, Gildo Villa Alta, quien en 2016 tenía 38 años de edad.
Este tenía fama de ser un asesino a sueldo y además de conocer a varios otros sicarios que operaban en la zona Norte del país.
Villa Alta, a su vez, habría rechazado ejecutar personalmente el “trabajo”, pero en cambio recomendó y contactó a Neri Mareco Giménez.
Este aceptó el encargo y procedió a la búsqueda de un cómplice que manejara la motocicleta en la que iban a actuar.
Así, finalmente, llegó aquel fatídico 24 de abril de 2016.
En horas de la tarde, el intendente participó de la inauguración del campeonato de la liga de fútbol local y después regresó a su casa.
Ni bien llegó a su domicilio, Carrillo recibió el llamado de una de sus hijas, que tenía cuando eso 13 años, quien le pidió que fuera a buscarla de la casa de una compañera a la que se había ido para estudiar.
Entonces, el jefe comunal abordó de nuevo su moto y fue a recoger a su hija. Cuando la niña salía de la casa ajena, su padre fue atacado a balazos por un sicario que bajó de otra motocicleta.
El matón era Neri Mareco Giménez, según se probó en el juicio. Sobre el cómplice del sicario, hasta ahora no se sabe nada.
De ese modo, la mafia política acabó con el intendente de Tacuatí, ciudad del departamento de San Pedro.
En los días, semanas y meses posteriores, toda la comunidad se movilizó en reclamo de justicia para el jefe comunal, quien pese a que tenía adversarios políticos era muy querido por sus compueblanos.
Recién ahora, tres años después, llegó la justicia parcialmente en este caso.
¿Qué pasó de todos los involucrados?
Tras el asesinato del intendente Gualberto Ramón Carrillo Vera, en Tacuatí, fue arrestado como presunto autor moral el concejal local Alfredo Sosa Riella.
Luego de una fuerte presión política, este fue liberado y consiguió prisión domiciliaria.
Pero ni bien obtuvo dicha medida, el concejal colorado se fugó. Nunca más se supo nada de él.
El autor material ahora condenado, Neri Mareco Giménez, fue capturado herido y bajo una identidad falsa el 23 de agosto de 2017.
Fue después de que junto a un cómplice atacaran a tiros en Pedro Juan Caballero a un brasileño integrante del primer anillo del capo Jarvis Chimenes Pavão, quien sin embargo sobrevivió al atentado. De hecho, el guardaespaldas de este fue quien hirió con su pistola al matón.
El presunto intermediario que contactó a Neri Mareco Giménez, Gildo Villa Alta, alias Corea’i, fue apresado por la Policía el 20 de marzo de 2018, en una vivienda de la colonia Lorito Picada de Pedro Juan Caballero, donde lo sorprendieron en posesión de varias armas.
Cuando eso, Corea’i era buscado por otros homicidios. Recién tras su detención fue conectado al caso del intendente de Tacuatí.
Además del sicario, el otro condenado por el crimen es el padre del concejal fugitivo Alfredo Sosa Riella, quien recibió una pena simbólica de tres años de encierro por esconder a su hijo cuando este era buscado.
La viuda fue electa intendenta
Una de las paradojas que se configuraron con este crimen fue que la viuda del intendente asesinado, Miguela Colmán, decidió continuar con el legado de su marido y se candidató para completar el periodo municipal.
De hecho, la mujer ganó ampliamente las elecciones y actualmente es la jefa comunal de Tacuatí, en representación del Partido Colorado.
Su periodo vence en 2020, cuando se llevarán a cabo las nuevas elecciones en todos los municipios del Paraguay. Ella podría hacer el rekutu, ya que es muy querida en la ciudad.
ileguizamon@abc.com.py