Dos fugitivos

Con la presentación ante la justicia de la ingeniera agrónoma Zonia Ignacia Muñós Peres, de 35 años, ya solo quedan dos prófugos del grupo de 14 procesados iniciales por el secuestro de Luis Lindstron que habían sido liberados con un aberrante fallo del entonces juez Gustavo Bonzi.

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El secuestro de Luis Alberto Lindstron Picco se prolongó desde el 31 de julio de 2008 hasta el 12 de setiembre de 2008. 

Sus tres hermanos y tres hijas pagaron 130.000 dólares de rescate al grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).

Sin embargo, las primeras 14 detenciones por el caso se dieron recién en 2010, luego de la liberación del siguiente secuestrado, Fidel Santiago Zavala Serrati.

Según comprobaron en su momento la Policía y la Fiscalía, desde el campamento donde estaba secuestrado Lindstron, los captores efectuaron varias llamadas a distintos números y hasta recargaron saldo a varios celulares, la mayoría de ellos pertenecientes a parientes, parejas, amigos o simplemente cómplices, que a su vez les abastecían de víveres durante el cautiverio.

Los 14 procesados iniciales fueron Alcio Alcides Soria Riveros, Julián Dejesús Ortiz Achucarro, Águedo Ramón Giménez y los hijos de este Alcides Ramón Giménez González y Rumilda Estela Giménez González. 

La lista seguía con los hermanos Juana Bernal Maíz y Antonio Ramón Bernal Maíz, además de Mary Blanca Bracho Martínez, Juan Simón Ovelar Irala, Sindulfo Agüero Insauralde y la hija de este, Estela Agüero De Meza.

Los últimos eran Sixto Sánchez, Zonia Ignacia Muñós Peres, José Mariano Villalba Ayala y Antonio Ramón Bernal Maíz.

El 28 de junio de 2010, el entonces juez Gustavo Bonzi otorgó el sobreseimiento definitivo a los 14 procesados, pero el fallo fue revocado y Bonzi destituido.

Después de eso, 11 de los 14 procesados iniciales se entregaron de nuevo o cayeron presos. Casi todos obtuvieron condenas simbólicas y salieron libres inmediatamente después. La última en entregarse fue Zonia Muñós, quien lo hizo el martes último en Concepción.

Seguramente, luego de aceptar declararse culpable, va a ser sentenciada a una pena mínima y a recuperar su libertad.

Los únicos dos prófugos son José Villalba, hermano mayor de la condenada Carmen y de los prófugos Osvaldo y Liliana, así como Antonio Ramón Bernal Maíz, hermano del abatido “Coco” Bernal y del fugitivo Feliciano. 

José sería el actual jefe logístico del EPP y Antonio es uno de los fusileros.

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