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El operativo a cargo de los agentes de Antinarcóticos y de la sección Robos y Hurtos de Investigación de Delitos de la Policía Nacional se efectuó en horas de la madrugada del viernes en la casa quinta “Ñande Róga mi”, ubicada en el barrio Fátima de Encarnación y a la vera del río Paraná.
Los uniformados detuvieron en el procedimiento a Juan Ramón Gómez Villalba (31), Nelson Raúl Gómez (29), Martín Denis Esquivel (48), Silvio Cañete Maldonado (30) y Nicolás Ramón Delvalle Roa (33).
“Hace más de un mes que estamos detrás de esta gente, en una investigación que hicimos conjuntamente con los agentes de Robos y Hurtos; nosotros investigábamos el tráfico de drogas y ellos el de armas. Cuatro de los detenidos son de Pedro Juan Caballero, mientras que Nicolás Ramón Delvalle es de San Pedro del Paraná. Este último era el encargado de la vigilancia de la quinta”, explicó el comisario Críspulo Sotelo, jefe del Departamento Antinarcóticos.
“Ellos traen la cocaína desde Pedro Juan Caballero por tierra, a través de vehículos lujosos y legales; en el laboratorio la mezclaban con los precursores químicos. Se trata también de una banda de criminales dedicada al tráfico de armas”, añadió el jefe policial.
El procedimiento policial contó además con el acompañamiento de los fiscales de la Unidad Antidrogas de Itapúa, Cristian Garelli, Luis Albertini y Laura Benítez, quienes dispusieron la detención de los implicados y la incautación de todas las evidencias.
La orden de allanamiento de la finca fue firmada por el juez de Encarnación, Máximo Ortega.
El “modus operandi”
Como una manera de evitar los riesgos innecesarios y el costoso flete que implica el traslado de los cargamentos de cocaína desde Bolivia, Colombia o Perú, las estructuras criminales se las ingeniaron para la elaboración de la pasta base y el clorhidrato de cocaína en Paraguay, antes de su envío a otros mercados.
Para ello, introducen legalmente las hojas de coca supuestamente para el consumo interno, al igual que otras materias primas usadas para su efecto. Los elementos son trasladados a una serie de laboratorios clandestinos en distintos puntos del país, algunos de los cuales ya fueron descubiertos en procedimientos efectuados por agentes de la Policía Nacional o la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).
Una vez que llegan a destino, se inicia el proceso de elaboración de la cocaína, a través de diferentes métodos de preparación: la pasta base, el hidrocloruro de la droga y el alcaloide. Cada uno presenta diferentes niveles de potencia e intoxicación, debido a los variados niveles de pureza.
En los laboratorios también se procesan grandes cantidades de crack, que es un alcaloide de la cocaína que se extrae de una sal en polvo, al mezclarla con bicarbonato sódico y luego secarla en pequeñas piedras. El crack difiere de otras formas de cocaína por ser fácilmente vaporizable y cuando se inhala sus efectos son muy rápidos.
El comisario Críspulo Sotelo destacó en su momento la estratégica ubicación de la quinta allanada, en la costa del río Paraná, lo que permite el envío de grandes cantidades de cocaína hacia Argentina, a través de embarcaciones con motor fuera de borda.
Sin embargo, no descartó que el verdadero destino de la droga traficada apunta hacia otros mercados importantes, como por ejemplo Brasil y los países europeos.
cazenave@abc.com.py