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Lamentablemente, la única perjudicada con esta situación es la ciudadanía, ya que la institución creada para defenderla es fácilmente rebasada a causa del descreimiento, sospechas de corrupción y la falta de liderazgo de algunos miembros del comando institucional.
El debilitamiento de la institución policial es un caldo de cultivo para el aumento de la inseguridad en las calles, lo que ocurre actualmente en la capital y las principales ciudades del interior del país.
Cuando los líderes de la institución no tienen la solvencia necesaria para defender a los subalternos, estos directamente hacen la vista gorda a los hechos punibles que a diario afectan a los ciudadanos comunes. “Mejor evitar los problemas, en estos momentos no hay nadie que nos pueda defender”, es la excusa común de los agentes para no realizar su trabajo, ya que ante cualquier incidente ellos se exponen a denuncias o procesos judiciales, que a la larga pueden poner en peligro su carrera, explicaron.
Ante esta situación los asaltos callejeros, golpes a establecimientos comerciales y robo de vehículos rápidamente han ido en aumento en estos últimos meses, según las estadísticas.
La nueva Ley orgánica de la Policía –la 5757– ha generado más problemas que soluciones a la institución, ya que con ella se creó una serie de nuevas unidades en especial en el área de investigación, que lo único que hizo fue dispersar a los agentes capacitados para dar solución o un combate eficaz a los problemas mencionados.
Es más, la percepción que tienen la mayoría de los agentes sobre la nueva ley es que la misma fue creada con la única finalidad de crear más cargos para comisarios generales. De 17 comisario generales, con la nueva legislación pasaron a 42, algo totalmente innecesario, según algunos.
Precisamente, este fue el origen de las postergaciones de los estudios de los ascensos en el Senado, pues la cantidad requerida obligó a que varios uniformados con serios cuestionamientos sean propuestos para el rango. Sin embargo, tras un espectáculo mediático del senador Payo Cubas con el comisario principal Aurelio Marín, todos recibieron el acuerdo menos este último, a más de Amado Cantero y Zacarías Centurión, estos dos por los incidentes del 31M. Durante los disturbios de ese día de 2017, el dirigente liberal Rodrigo Quintana fue asesinado por un efectivo policial.
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