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Poco antes de las 06:00, Silvia Mercedes Vera de Vera (55), bañada en sangre por una herida abierta en el brazo lado izquierdo y acompañado de su hermano Miguel Vera Martínez (48), llegaron hasta la comisaría 5ª de Carapeguá, donde la mujer denunció que su marido, Jesús María Vera Rojas (35), herrero de profesión, había llegado en aparente estado etílico a la casa y sin razón aparente se abalanzó sobre ella con un cuchillo y le aplicó alguna heridas.
Silvia, entre llantos, siguió relatando que gracias a un golpe de suerte logró zafar de su atacante y le arrebató el arma con la cual también hirió a su pareja, quien quedó tendida en la cama, mientras ella logró escapar y pedir auxilio a los familiares.
Sin embargo, cuando los primeros efectivos de la comisaría llegaron hasta la vivienda ubicada en el barrio San Roque, sobre el camino que conduce a Nueva Italia, el panorama que, al principio pintó la mujer, comenzó a desvanecerse.
La víctima estaba tirada bocada arriba en la cama, su rostro prácticamente estaba cubierto de sangre a causa de un tremendo golpe que sufrió en la cabeza, lo que según la médica forense del Ministerio Público, Mercedes Montiel, fue la causa del fallecimiento. Igualmente, el cuerpo de Jesús María presentaba varias cuchilladas, principalmente en el pecho.
A raíz de esto, el fiscal del caso, Rafael Ojeda Mendoza dispuso la detención de la mujer en la comisaría jurisdiccional en libre comunicación.
Luego, personal de Criminalística verificó minuciosamente la residencia, donde encontraron las dos armas homicidas, un mazo de hierro de unos cinco kilos de peso y un gastado cuchillo de mesa con serrucho, ambas con manchas parecidas a sangre, por lo que fueron enviadas al Laboratorio Forense de la Fiscalía.
Celos y rumores
Vecinos del barrio comentaron que la notable diferencia de edad entre ambos siempre fue la causa de algunos problemas menores. Sin embargo, nunca llegaron a hechos violentos. En la comisaría de la ciudad confirmaron de que no tienen registradas denuncias de violencia doméstica de parte de ambos.
Pero los constantes rumores sobre los amoríos del herrero con algunas jovencitas, que los mismos vecinos le hacían llegar con suma malicia a Silvia, azuzaban los sentimientos de celos de esta. Sin embargo, el hecho que aparentemente llevó a la mujer hasta el borde de la locura fue que el último fin de semana, Jesús María, tras unos tragos de cerveza dejó olvidado su teléfono en la cocina y allí su pareja pudo confirmar todas sus sospechas al revisar el celular, en cuya memoria habría quedado grabados todos los mensajes que el hombre intercambiaba con sus “amigas”.
A raíz del incidente, el hombre amenazó con pedir el divorcio o en todo caso a abandonar la casa que compartían, situación a la que la mujer definitivamente no se iba a resignar.
De acuerdo a las evidencias, el hombre fue muerto a causa del tremendo golpe que sufrió en la cabeza, que aparentemente hasta le causó la pérdida de la masa encefálica y una hemorragia aguda. Luego, ya con la mente más fría y tratando de maquinar una coartada, la sospechosa habría acuchillado en el pecho el cadáver, pero de acuerdo a los profesionales, estas heridas ya no sangraron, precisamente porque la víctima ya estaba muerta, explicaron.
El fiscal del caso, Rafael Ojeda, imputó por homicidio doloso agravado y solicitó la prisión preventiva de Silvia, en el penal de mujeres El Buen Pastor. Teniendo en cuenta la alevosía y la premeditación, la supuesta homicida tiene una expectativa de pena carcelaria de hasta 30 años, explicó el fiscal Ojeda.
Tremendo golpe
El hombre falleció a causa del tremendo golpe que sufrió en la cabeza, lo que le produjo el desprendimiento de la masa encefálica. Las cuchilladas en el pecho fueron posteriores a la muerte, explicaron los intervinientes del caso.
brlopez@abc.com.py