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Por su parte, Christian José Ferraro Duarte se desempeñó como gerente de la casa matriz desde octubre de 2009. En diciembre del mismo año se vincula con Pereira Johannsen.
Según la manifestación de bienes, Ferraro Duarte no poseía otra fuente de ingreso diferente a su empleo en el BBVA.
La auditoría realizada en la entidad financiera pudo comprobar que entre noviembre de 2010 y mayo de 2011 recibió depósitos de parte de Pereira Johannsen, en varias cuentas bancarias en otras entidades financieras. Además, cobró varios cheques de la misma persona en ventanilla del BBVA. También se comprobó que Ferraro Duarte entregó a Pereira Johannsen un cheque por la suma de G. 98.000.000 el 14 de febrero de 2011, librado contra la cuenta corriente del Citibank, que fue depositada en la cuenta del BBVA, cuyo titular era Pereira Johannsen.
El 29 de noviembre de 2010 y el 14 de diciembre de 2010, Ferraro Duarte cobró sendos cheques librados por Pereira Johannsen por la suma de G. 15 millones.
Cinco cheques librados por Pereira Johannsen por un total de G. 812 millones fueron depositados en la cuenta número 0197525002 del Citibank, cuyo titular es Christian Ferraro.
Además, 17 cheques cargo BBVA librados por Pereira Johannsen, por un total de G. 1.177.806.00 fueron depositados presumiblemente por Ferraro en la cuenta de los bancos Integración, Regional y Citibank. Once de estas operaciones fueron realizadas en Ciudad del Este, coincidente con el nombramiento de Ferraro como gerente de la sucursal del BBVA en la capital del Alto Paraná, desde noviembre de 2010.
Todo esto se desprende de la imputación que presentó contra los ex directores del referido banco, el fiscal Miguel Vera.
LA ACUSACIÓN
La fiscala Silvia Cabrera ya acusó a Alberto Pereira Johannsen por estafa de más de G. 8.000 millones a un grupo de amigos.
Según la acusación Pereira Johannsen, a mediados de 2010, invitó a Walter Enrique Insfrán, Carlos Georgi Samarán, Francisco González Rahi, Juan Francisco Benza Raggio, Juan Agustín Encina Pérez, Fernando Scorza Arrúa, Pablo Díaz Guerín y José Miguel Marín Bestard, a invertir en un negocio de compra y posterior venta de ganado vacuno. Les prometió que sus inversiones generarían importantes ganancias a corto plazo.
Pereira Johannsen era conocido en el rubro de la ganadería, lo que le permitió que las personas citadas más arriba le entreguen la suma de G. 8.366.588.928. Este dinero fue usado por Pereira para otros fines y no al negocio de compra y venta de ganado, como prometió a sus amigos.
Conforme a los extractos bancarios, Pereira utilizó las inversiones de las víctimas para pagar a otras personas a las que también ofrecía el mismo negocio. También destinó parte de las inversiones a las cuentas bancarias de Palumbo, quien en ese momento se desempeñaba como gerente de riesgos en el BBVA y para pagar sus deudas con el mismo banco. Además de todo lo expresado, Pereira descontaba los cheques entregados por las víctimas para pagar a otros deudores.
Otra circunstancia importante y que fortalece la teoría “que las compras de animales vacunos jamás existieron” en la proporción ofrecida, se relaciona con los movimientos registrados en las ferias locales durante los años 2010 y 2011.
Los informes remitidos por Ferusa y el Rodeo reflejan que Pereira en los años 2010 y 2011 solo adquirió 225 animales vacunos.
En esta causa fue imputado Rodrigo Palumbo.
“Tuti” Pereira fue imputado como cómplice
El fiscal Miguel Vera había imputado a Alberto “Tuti” Pereira Johannsen en carácter de cómplice del hecho de lesión de confianza en perjuicio del BBVA, en donde el primer imputado fue Rodrigo Palumbo, ex gerente de riesgos mayoristas.
Pereira era cliente del BBVA desde diciembre de 2009, y el detalle de su cuenta indica que al 3 de junio pasado su deuda era de G. 27.420 millones (casi US$ 7 millones).
Según “las investigaciones primarias del banco, este incremento en los saldos deudores fue originado casi en su totalidad por las acreditaciones anticipadas de cheques depositados en la cuenta de Pereira, autorizadas y realizadas por el gerente de Riesgos Mayoristas”, dijo Vera en su imputación.
Agregó: “Palumbo autorizaba en el acto la acreditación de los depósitos realizados en la cuenta del cliente Pereira Johannsen de cheques cargo otros bancos. Al depositarse los mismos se pagaban otros cheques librados por él, que entraban al cobro ese mismo día, por lo tanto con este movimiento no incrementaba en forma relevante el saldo deudor de las cuentas corrientes del cliente, pero a su vez se iba generando una deuda como consecuencia de ese anticipo de fondos”.
Como prueba, el BBVA presentó una serie de siete cheques, por un valor total de G. 10.284 millones, presentados y liberados para la consignación de los montos en las cuentas del citado cliente en el lapso que va entre el 26 de mayo y los primeros días de junio, llegándose al colmo de que el gerente de Riesgos aprobó hasta unos cheques (tres en total) que ya habían sido rechazados anteriormente por la entidad por insuficiencia de fondos.
En el marco de la auditoría interna realizada por el BBVA consta también que Palumbo llegó a exigir a otros funcionarios de inferior nivel jerárquico que colaboraran voluntaria o involuntariamente con esta operatoria irregular.
Por estos y otros indicios, el fiscal Vera Zarza dice que se puede sospechar que ambos imputados “actuaban sobre la base de un acuerdo previo para la realización de estas conductas”.
La auditoría interna confirmó implicancias
Según el informe elaborado por el gerente de auditoría interna del BBVA Paraguay, Juan César Ríos, se ha identificado a 10 grupos de riesgos por un total de US$ 108,6 millones, cuyas operaciones fueron autorizadas excediéndose las atribuciones conferidas por el Grupo BBVA al BBVA Paraguay, que podía aprobar operaciones hasta US$ 6 millones.
“Este hecho es imputable al Sr. (Fernando) Rodríguez como responsable del departamento de riesgos y a quien se le habían conferido facultades equivalentes a la totalidad de atribución otorgada al propio BBVA Paraguay”, refiere el informe de Ríos, que posteriormente fue adjuntado a la demanda por “despido justificado” que le inició la entidad bancaria a Rodríguez.
Rodríguez había mencionado, según la auditoría, que permitía a sus colaboradores realizar operaciones por encima de sus delegaciones, basándose en la confianza depositada en ellos.
Sin embargo, “la delegación se confiere y ejercita a título personal, respondiéndose de su utilización de la misma forma (...). En consecuencia, el Sr. Rodríguez es responsable directo del mal uso de las atribuciones que le fueron conferidas”, concluye la auditoría.
El fiscal Miguel Vera Zarza procesó a Palumbo Villalba como autor y a Pereira Johannsen, como cómplice, el 13 de junio de 2011.
Según la imputación, Palumbo podía aprobar como gerente de riesgos mayoristas operaciones de créditos hasta un máximo de dos millones de dólares y cualquier operación superior quedaba a instancias del comité técnico de operaciones de la entidad. Pereira era cliente del BBVA desde diciembre de 2009, y el detalle de su cuenta indica que al 3 de junio pasado su deuda era de G. 27.420 millones (casi US$ 7 millones), monto que no pudo cubrir, siendo demandado.
De acuerdo a la auditoría, otro de los principales responsables de la concesión irregular de más de US$ 7 millones a Alberto “Tuti” Pereira Johannsen sería Fernando Rodríguez, ex director de finanzas y riesgos del banco, que la semana pasada fue imputado por el fiscal Miguel Vera.