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Cabrera relató que ese fatídico día cocinaba en la casa de Vilmar Acosta Marques.
A las 11:00, Cabrera recibió la llamada de Flavio Acosta, considerado uno de los supuestos sicarios junto a Wilson Acosta Marques.
Flavio le pidió que le comunicara con su tío Vilmar, a quien le informó que Pablo ya estaba en un determinado lugar.
“Oîma ko’ápe pe karai” (ya está quí ese señor), le dijo en alusión a Pablo Medina. Cabrera llegó a escuchar lo que Flavio le dijo a su tío.
Luego Vilmar se retiró a su habitación para seguir hablando.
Quince minutos después llegaron a la casa sus hermanos Lorenzo y Wilson, con su hijo Gustavo. Lorenzo bajó de la camioneta en la que llegaron y fue a hablar con Vilmar.
Tras la reunión se dirigió a la camioneta y se retiró del lugar.
Almorzaron en la casa junto a un tal Rolando Ramírez y Chiquiña, el apodo de una de las hermanas de Vilmar.
Luego Cabrera y su jefe fueron a una comunidad indígena a entregar víveres para la merienda escolar.
La llamada de la muerte
A las 15:30, Vilmar Acosta llamó desde el celular de Cabrera a Wilson.
Le preguntó si terminó el trabajo, y al escuchar la respuesta, dijo textualmente: “Beleza pura”, con lo cual expresaba su satisfacción por el desenlace que tuvo Pablo Medina.
Luego le ordenó a Cabrera que lo llevara a la chacra de su padre, Vidal Acosta.
Al llegar se encontraron con Wilson, Lorenzo y Vidal, este último padre de “Neneco”.
Vilmar apartó del grupo a Wilson y fue a hablar con él.
Luego el exjefe comunal fue a conversar con su padre, Vidal, y con su hermano Lorenzo.
A la tardecita se incorporó al grupo Flavio Acosta, sobrino de los hermanos Acosta Marques.
Todo lo relatado por Cabrera López se desarrolló durante el 16 de octubre pasado.
Arnaldo Cabrera López, detenido el pasado lunes, está recluido por seguridad en la Agrupación Especializada. Así lo dispuso el juez Carlos Martínez.
Previamente, declaró ante los fiscales Sandra Quiñónez, Cristian Roig y Lorenzo Lezcano.
Acosta está implicado en el hecho en calidad de cómplice, ya que el chip adquirido por él fue utilizado por su jefe Vilmar Acosta para monitorear el atentado.
Cabrera dijo en su descargo que cuando le entregó su celular a Vilmar, tras la llamada de Flavio, este ya no le devolvió.
Cabrera trabajaba como chofer particular para Acosta Marques y estaba nombrado en la Municipalidad de Ypejhú como funcionario para ese cargo.
Cabrera trabajaba en Asunción como tapicero. Vilmar lo había contratado para ir a trabajar en Ypejhú en ese oficio. Luego lo nombró como su chofer, cuando renunció otro funcionario.
Tras la detención de Cabrera, los prófugos en este caso son los hermanos Vilmar y Wilson Acosta, además de Flavio Acosta.
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