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Esta historia tiene una trama que bien podría ser llevada al cine por los giros que presentó y por cómo se dio la detención del único sospechoso.
Un abogado, de 39 años, saltó al tapete de las noticias hace unas semanas luego de tomar estado público las denuncias ante el Ministerio Público de siete mujeres que lo denunciaron como la persona que les transmitió VIH. El caso fue tomado por la fiscala Fátima Britos, quien inició las primeras diligencias tendientes a comprobar las graves denuncias.
Agentes de Robos y Hurtos, del departamento de Investigación de Delitos, también recibieron varias denuncias de mujeres que aseguraban haber estado en la intimidad con el profesional del Derecho y asustadas por todo lo que se publicó en los medios de prensa, pidieron detener al sospechoso.
Desde la referida unidad policial se montó una celada para tratar de dar con el escurridizo hombre, quien no se hacía encontrar por ningún lado. Hasta que una de las víctimas proporcionó algunos datos del abogado que fueron bien aprovechados por los uniformados para montar un plan.
Los policías sospechaban que el hombre estaba siempre alerta a cualquier oportunidad que se le presentase en el camino, para poder seguir acosando a más mujeres.
Con algunos datos personales del abogado, desde Investigación de Delitos se crearon varios perfiles falsos en las redes sociales, en que el sospechoso mostraba mucha actividad y al parecer era el sitio en el cual más potables víctimas conseguía.
Tiraron el cebo y el pez picó. El hombre comenzó a tener contactos a través de las redes sociales con una persona que él creía que era una bella mujer, sin saber que se trataba de un agente de policía.
Hubo un intercambio de números de celular y seguidamente el abogado comenzó el acoso a través de mensajes de Whatsapp. El buscado comenzó con los galanteos propios de los varones, y el agente al otro lado hacía que de a poco fuera cayendo en las redes de seducción de su acosador.
Para no levantar sospechas, estas conversaciones se extendieron por unos días, hasta que el abogado pidió a la que pensó era su próxima víctima un encuentro para conocerse en persona, y de ahí en más, presuntamente, concretar algún encuentro sexual.
En principio la “mujer” no aceptó la invitación, pero la insistencia fue lo que sobrevino en el acto siguiente. Luego vino el “sí” de la cortejada.
El abogado le pidió encontrarse en las calles 25 de Agosto y 8 de Diciembre del barrio Santa María de San Lorenzo en la mañana del viernes; la otra parte aceptó.
La emboscada estaba preparada, y se esperó solo la presencia del sujeto en la esquina indicada. El hombre llegó en su camioneta Nissan granate, presto para una conquista más.
En ningún momento se vio al letrado nervioso; esperó con calma la llegada de la que pensó era esa hermosa mujer con la que mensajeaba desde hace días, pero, para su sorpresa, los que sí asistieron a la cita fueron los agentes de Robos y Hurtos, que lo rodearon y no le dieron chances de escapar. Con un simple engaño se detuvo a un hombre sindicado por una veintena de mujeres como una persona enferma y que les transmitió VIH de forma intencional.
Tras su captura, el abogado ya fue imputado y procesado por lesión grave. Las siete víctimas que lo denunciaron en la fiscalía también presentaron sus estudios médicos en los que se les diagnostica que están afectadas por el VIH y acusan al ahora imputado de ser el culpable.
victor.franco@abc.com.py