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El Tribunal de Sentencia, presidido por la jueza María Fernanda García de Zúñiga e integrado por Héctor Capurro y Juan Carlos Zárate Pastor, dictó condena la semana pasada, luego que el fiscal Ysaac Ferreira haya demostrado en el juicio oral y público que Rotela Ayala lideraba una banda que traficaba crack y cocaína en el Bañado Sur y otros barrios de Asunción.
Rotela Ayala, oriundo de Tobatí, departamento de Cordillera, se instaló en el Bañado Sur y empezó a distribuir drogas en pequeñas cantidades, convirtiéndose en el pionero del microtráfico.
Fue el primero en traer el “crack” a Asunción y traficar esta droga en las zonas ribereñas.
Durante la audiencia oral, iniciada el 19 de febrero pasado, el fiscal Isaac Ferreira demostró que el ahora condenado introdujo al país la modalidad delivery para el microtráfico y utilizó incluso a menores de edad para la entrega de la droga en motocicletas.
Además de cubrir varios barrios de la capital, el grupo de Rotela Ayala distribuía los estupefacientes en locales nocturnos como Brunetto, Face’s y Dylan.
Fuga y recaptura
El ahora condenado fue detenido por la Policía e imputado por el Ministerio Público en julio de 2011.
En el año 2013, el delincuente lideró una espectacular fuga masiva de la Penitenciaría de Misiones, acompañado de otros ocho presos.
Tras fugarse, el zar del microtráfico continuó operando desde la clandestinidad, hasta que en noviembre de 2016 fue capturado en una compañía de Itauguá.
En ese operativo, la Policía también detuvo a otros seis presuntos integrantes de su organización.
La Fiscalía demostró que incluso en una oportunidad, Rotela Ayala usó a su hija de doce años para intentar ingresar un kilo de cocaína al penal de Tacumbú, donde se encuentra recluido actualmente.
La menor de edad tenía la droga escondida en su mochila, entre sus cuadernos de la escuela.
Fiscalía pidió más años de cárcel, la defensa menos
En sus alegatos finales, el fiscal antidrogas Ysaac Ferreira pidió una pena de 22 años y 6 meses de condena más 10 años como medida se seguridad; mientras que la defensa solicitó solo 7 años de pena.
El tribunal de sentencia analizó ambas peticiones y, tras el estudio de las pruebas y testimonios de los testigos, dictó la condena de 27 años de prisión.
No soy jefe de ningún clan
Antes de los alegatos finales en el juicio oral y público, Armando Javier Rotela ejerció su derecho a declarar y aseguró ser inocente. Manifestó que se hace responsable de las evidencias que incautaron de su vivienda el día del allanamiento en el Bañado Sur: dos cadenas de plata, dos teléfonos celulares y la suma de 2 millones de guaraníes en efectivo.
Añadió que las demás evidencias presentadas por el Ministerio Público en su contra, como las armas de fuego y municiones, fueron incautadas de otras viviendas y que no le pertenecen. Negó que haya intentado escapar de los intervinientes el día del operativo.
La prensa le atribuyó
“La prensa me atribuye ser el jefe de un grupo de microtraficantes, pero no es así. Yo no vendo marihuana, nunca vendí. Tampoco soy el jefe de ningún clan (…) no tengo entrenamiento militar porque ni siquiera fui al cuartel. A la escuela me fui solo hasta el 5° grado”, expresó el ahora condenado en parte de su declaración ante el Tribunal de Sentencia.
Consultado sobre por qué se fugó de la cárcel de Misiones, en el 2013, Rotela Ayala dijo que se escapó porque tuvo la oportunidad de hacerlo.
“He visto el portón abierto y me fugué. Salí porque ya no aguantaba más que me tengan aislado y que los guardias me golpeen”, enfatizó. Rotela, actualmente se encuentra recluido en la Penitenciaría Nacional.
Aparte de ser considerado peligroso, también se lo protege debido a que está en la mira del PCC.
Van a apelar la sentencia
Los abogados Daniela Cuevas y Mario Escobar, quienes ejercieron la defensa de Rotela Ayala en el juicio oral, anunciaron que presentarán una apelación contra la sentencia del tribunal por considerarla arbitraria.
Cuevas aseguró que las pruebas ofrecidas por el Ministerio Público fueron insuficientes para la condena dictada por el tribunal. “Ninguno de los elementos ofrecidos demuestra que mi cliente haya cometido los hechos punibles de tenencia, comercialización y asociación criminal”, expresó la abogada.
Negó que su defendido haya intentado huir de los agentes policiales que allanaron su vivienda en julio de 2011 y que estos hayan encontrado, en ese procedimiento, algún tipo de droga en poder del “zar del microtráfico”.
Trabajo de inteligencia nada serio
Por su parte, Escobar manifestó que el trabajo de inteligencia realizado por la Policía Nacional no fue nada serio y no demuestra ninguno de los hechos punibles por los que fue condenado Rotela Ayala.
Agregó que la hija del delincuente nunca intentó meter cocaína al penal de Tacumbú y que hubo un error en cuanto al nombre.
Una vez que entreguen el texto íntegro de la sentencia, la defensa presentará el escrito ante la Cámara de Apelaciones.
Este juicio fue uno de los pocos que siguió durante las restricciones impuestas en el Poder Judicial, por la corte Suprema, por el tema del coronavirus.