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Benjamín Adaro Monzón es un abogado que llegó a ser juez de paz en su ciudad, Yuty, ubicada a 75 kilómetros de la Caazapá, la capital del sexto departamento, y 280 kilómetros de Asunción, la capital de la República. Como el poder siempre fue su obsesión, se metió a la política, aunque ella nunca le dejó cumplir uno de sus principales caprichos, ser intendente de Yuty. A cada elección que se presentaba por la ANR, perdía. Su habitual verdugo en las urnas era Nelson Javier Vera Villar, el otro caudillo político de Yuty, afiliado este al partido opositor, el PLRA.
Resignado a ver a Nelson Vera como intendente, Adaro entonces tanteó ser diputado, pero tampoco llegó. Era un fracaso tras otro. La rivalidad política pronto se convirtió en una encarnizada puja que llegó a ribetes personales con el político liberal. Atentados consecutivos allá por el 2010, la radio pirata que tenía Benjamín Adaro Monzón fue clausurada tras denuncias ante Conatel. Al año siguiente, la radio de su rival Nelson Vera fue parcialmente destruida en un atentado perpetrado por sicarios que tomaron la emisora en plena emisión de un programa.
Un tiempo antes de ese atentado, Adaro había declarado en otra radio local que la emisora de Nelson Vera debería desaparecer como sea. En 2012, Benjamín Adaro Monzón sufrió un atentado en el marco de una aparente venganza. ¿De quién? En el ataque de sicarios murió un docente que acompañaba a Adaro en su vehículo. Los matones que cometieron la emboscada dispararon varios tiros contra el chofer del rodado, pensando que era Adaro el que lo conducía.
Sin embargo, justo ese día el político iba como acompañante. A raíz del hecho, el por entonces miembros del movimiento Honor Colorado (HC) quedó postrado en una silla de ruedas, ya que un tiro le afectó la columna. Ya electo como concejal departamental de Caazapá, Benjamín Adaro Monzón fue directamente acusado por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) de haber ordenado el atentado a balazos que sufrió en 2014 el otro caudillo yuteño, Nelson Vera, quien sin embargo se salvó gracias al blindaje de su camioneta.
Este último aparentemente ya estaba preparado para una reacción de su adversario político, si es que fue él quien autorizó el ataque. Desde entonces, todos en Yuty y en el departamento de Caazapá sabían que Adaro y Vera se culpaban mutuamente de sus respectivos atentados. Ambos ya eran colegas concejales departamentales. En 2017, Benjamín Adaro Monzón fue detenido en su residencia de Yuty, tras ser denunciado por el comerciante Jorge Baeza, quien dijo que Adaro y sus guardias (policiales y civiles) lo raptaron, torturaron y obligaron a firmar cheques en blanco y pagarés.
Supuestamente, Adaro culpó a Baeza de haber aportado dinero, junto al concejal liberal Nelson Vera, para el atentado que sufrió el primero de los citados en el año 2012. Durante el allanamiento a su casa, la comitiva fiscal-policial encontró también una trascendental prueba que involucraba en un homicidio con tintes políticos a un policía que trabajaba como guardaespaldas de Adaro. Esa prueba había sido reportada como robada del despacho del juez Waldemar Ortiz, amigo íntimo de Adaro.
El 8 de agosto de 2019, un grupo de sicarios irrumpió en la Junta Departamental de Caazapá. Supuestamente, dijeron que tenían la misión de matar a Adaro, pero este “se salvó” porque no había asistido a la sesión. Adaro actualmente ya operaba en el movimiento Colorado Añetete, del presidente de la República, Mario Abdo Benítez. La Policía y la Fiscalía descubrieron posteriormente que el ataque fue un montaje para incriminar como mandante al comerciante Jorge Baeza, denunciante de Adaro, y a la vez para deshacerse de una vez por todas del concejal liberal Nelson Vera, quien era el que aparentemente tenía que morir pero que tampoco había llegado aún al recinto.
Un mes después, el comerciante itapuense Carlos Jorge Delvalle Lugo, alias Carlos Gordo, dueño de un comedor en la zona conocida como Cruce Kimex, sobre la Ruta PY06, apareció en una comisaría y en dos Fiscalías a avisar que Benjamín Adaro Monzón lo mandaría a matar porque se negó a hacerse responsable del atentado en la Junta Departamental.
Efectivamente, Carlos Gordo fue asesinado por sicarios en la noche del 14 de setiembre pasado. El crimen fue cometido con las mismas armas usadas en el ataque en la Junta Departamental de Caazapá. Justamente, ambos casos son atribuidos como mandante a Benjamín Adaro Monzón. De hecho, por estas dos últimas causas Adaro está preso en la cárcel de San Pedro de Ycuamanduyú.
¿Hasta cuándo estará encerrado? ¿Será que ahora sí lo van a condenar? ¿Le servirán ahora sus reconocidas influencias políticas? Solo el tiempo nos lo dirá.