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El apriete sucedió el martes 11 de octubre de 2016, a las 17:23, cuando la patrullera M-116 de la comisaría 11ª de Asunción interceptó el automóvil Kia Picanto de la joven empresaria del rubro de calzados Tania María Villalba Falcón, quien en aquel entonces tenía 29 años de edad.
El procedimiento “de revisión” se hizo sobre la calle Pedro Getto casi avenida Mariscal López, detrás del supermercado Gran Vía que queda junto al viaducto de Madame Lynch, ya en la jurisdicción de la comisaría 2ª de Fernando de la Mora.
Básicamente, la treta consistió en “sorprender” a la víctima con una porción de cocaína para que esta fuera procesada y, eventualmente, enviada a prisión.
La coacción fue ordenada y financiada por el narco pedrojuanino Ronaldo Osvaldo Caballero Cantero (39 años), alias Careconi, quien coincidentemente moriría decapitado tres meses después al estrellar su camioneta contra un tractor varado sobre la Ruta PY05, en el municipio concepcionero de Yby Yaú.
Careconi se molestó porque Tania, en su carácter de consejera espiritual, le sugirió a una de sus amigas que le dejara al traficante, de quien era su amante.
Paradójicamente, esa misma amiga aconsejada por Tania estaba con el traficante en el vehículo siniestrado en Yby Yaú.
Los cuatro policías que fueron condenados el viernes 15 de noviembre pasado, por la extorsión ocurrida hace tres años, son el entonces jefe de la comisaría 11ª, comisario principal Sergio Antonio Paredes Vera (51); el que era jefe de patrulla, oficial primero Gustavo Damián Narváez Gamarra (31); el chofer de la patrullera, suboficial segundo Arnaldo Lezcano Martínez (28), y el agente de Investigaciones de Central, suboficial mayor Roberto Lezcano Martínez (37), hermano de Arnaldo.
La suboficial ayudante Petrona Juliana Ovelar Martínez (20), quien estuvo en aquel operativo, fue utilizada como testigo ya que sus propios compañeros la sacaron de la comisaría y la utilizaron para “revisar” a la empresaria.
Las edades de los policías señaladas entre paréntesis corresponden a la época del procedimiento.
Consintió el operativo y después quiso sacarle dinero a la víctima
La acusación del fiscal Ysaac Ferreira Villamayor dice sobre el comisario principal Paredes, quien sufrió una condena de cuatro años de cárcel (no está recluido), que “como superior jerárquico directo de quienes encabezaron y dirigieron el operativo, del cual tenía acabado conocimiento y que culminó en la supuesta incautación de drogas del poder de la víctima, en la misma fecha pretendió beneficiarse económicamente con la actuación de los agentes a su cargo y por intermedio de los mismos intentó obligar a la víctima y a sus familiares al pago de una retribución para desvincular y liberar a la misma, y además compelió a la señora Tania Villalba Falcón a tolerar una privación de libertad a sabiendas de las numerosas irregularidades del procedimiento desplegado por sus subordinados”.
Ejecutaron el apriete
Sobre el oficial primero Narváez y el suboficial segundo Lezcano, penados a 15 años de prisión, la acusación fiscal señala que “tuvieron plena facultad de disposición de un paquete con 310 gramos de cocaína, que los mismos emplearon para incriminar a la señora Tania María Villalba Falcón como autora del hecho punible de posesión de drogas, para obligar y forzar a la misma al pago de una retribución económica en provecho de los mismos y del comisario principal Sergio Antonio Paredes Vera, a cambio de su desvinculación del supuesto hecho realizado, con el agravante de que los acusados actuaron como agentes de la Policía Nacional, cuya tarea principal es prevenir la comisión de delitos. Sin embargo, a pesar de ello, ambos procesados fueron los autores de la posesión ilícita de drogas y de los demás hechos atribuidos”.
Hizo la inteligencia previa
El suboficial mayor Lezcano, sentenciado a 15 años, “proporcionó a sus dos asociados (el oficial primero Narváez y su hermano el suboficial segundo Lezcano) las informaciones de inteligencia como datos personales, prontuario policial y movimientos de la víctima, fotografías de su local comercial, de su vehículo, lugar de ubicación, para que el personal policial de la comisaría 11ª Metropolitana consumara el plan criminal que se representaron los acusados”, manifiesta el documento que sirvió como base para las condenas.
“Dicha finalidad criminal implicó una distribución de roles. Por un lado, el acusado (suboficial mayor Roberto Lezcano Martínez) se encargó de la inteligencia para que el oficial primero Gustavo Damián Narváez Gamarra y el suboficial segundo Arnaldo Lezcano Martínez montaran el operativo en la vía pública, y en consecuencia suscribieran y asentaran hechos falsos de relevancia penal del cual el acusado es coautor en el acta de procedimiento de fecha 11/10/2016, documento público de trascendencia jurídica por el cual se certificó el hallazgo de la cocaína en el interior del vehículo de Tania Villalba”, añade la acusación.