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La celiaquía es la intolerancia permanente al gluten, un conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y productos derivados de estos cuatro cereales. Pueden padecerla tanto niños como adultos. Actualmente, la incidencia es mayor en mujeres que en varones. La prevalencia de la enfermedad es en 1 de cada 100 personas. En el 60 % de los casos, la celiaquía se manifiesta en la edad pediátrica, en algunos casos poco después de incorporar la leche a los cereales, pero puede aparecer a cualquier edad.
Se dice que la celiaquía es una condición autoinmune, es decir, que el sistema de defensa de los celíacos reconocería como "extraño" o no perteneciente al organismo, al gluten, y produciría anticuerpos o "defensas" contra el mismo. Estos anticuerpos provocarían la lesión del intestino con destrucción o atrofia de su mucosa (capa interior del intestino), produciéndose una alteración en la absorción de los alimentos. Esta intolerancia se puede manifestar de múltiples formas: diarreas, cambios de humor, retraso en el crecimiento, entre otros.
Datos importantes
La celiaquía se presenta en personas que tienen predisposición genética a padecerla. Se sabe que aparece con más frecuencia entre miembros de la misma familia. Los padres pueden transmitir la enfermedad a sus hijos, aunque esto no es así en todos los casos.
Esta intolerancia produce una lesión característica de la mucosa intestinal provocando una atrofia de las vellosidades del intestino delgado, lo que altera o disminuye la absorción de los nutrientes de los alimentos (proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas). Este fenómeno produce el clásico cuadro de mala absorción.
La característica principal que define a esta atrofia vellositaria es que la mucosa intestinal se normaliza cuando se inicia la dieta sin TACC.
También se presenta asociada a enfermedades autoinmunes y genéticas y se puede descubrir en pacientes asintomáticos.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la enfermedad pueden variar en función de la edad de diagnóstico. Los más comunes en edades pediátricas son: falta de apetito, retraso en el crecimiento, abdomen abultado, pérdida de peso, cambios de carácter, náuseas, vómitos, estreñimiento, etc. En la adolescencia, la enfermedad celíaca puede manifestarse como dolor abdominal, estreñimiento, anemia, dermatitis atópica o, en el caso de las chicas, con menarquía tardía.
Ante cualquier sospecha de la enfermedad conviene consultarlo con el médico. Cuanto antes se realice el diagnóstico, la enfermedad dejará un menor número de secuelas en el desarrollo del niño. En los casos más extremos, la celiaquía puede producir complicaciones, como talla corta, aparición de enfermedades autoinmunes (hipotiroidismo o diabetes), anemia, etc.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
En ocasiones, para llegar a un diagnóstico firme pueden pasar años de médico en médico, con síntomas y sin saber qué está ocurriendo, debido a la variedad de síntomas digestivos y extradigestivos. A veces, han aparecido ya otras enfermedades asociadas a la celiaquía. De ahí que sea fundamental que se realicen estudios a familiares de primer grado de celiacos para tratar de diagnosticarla lo antes posible y que los profesionales de la salud entiendan el carácter sistémico de una enfermedad que no es solo digestiva. Para diagnosticarla se realizan, en función de cada caso, un análisis de sangre para comprobar los niveles de hierro o el déficit de determinadas vitaminas (vitamina B12, ácido fólico ), un estudio de marcadores en sangre, que consiste en detectar los anticuerpos antigliadina, antitransglutaminasa y antiendomisio, aunque su presencia no siempre indica la existencia de celiaquía, ya que estos marcadores pueden encontrarse en otras enfermedades. Y finalmente una biopsia intestinal, que es la única prueba que puede confirmar o descartar la enfermedad.
Niveles de gravedad
Es importante destacar que NO existen grados de celiaquía, este es quizás el mito más extendido, porque al no ser una simple intolerancia sino una enfermedad autoinmune, ningún celiaco puede ser más o menos celiaco que otro.
Lo que sí existen son los grados de lesión intestinal, que refleja la Clasificación Marsh. El grado de lesión se determina tras el análisis de la biopsia intestinal desde la más común y menos grave, Marsh 1, hasta las formas más graves, los diversos subtipos de Marsh 3, que indican atrofia vellositaria y un mayor daño, y, por tanto, más tiempo para una completa regeneración.
La celiaquía no se cura. Aunque actualmente existen varias investigaciones, no se ha desarrollado aún ningún medicamento para paliar sus efectos. Independientemente del grado de lesión vellositaria, la dieta sin gluten ha de ser siempre estricta y de por vida, ya que es el único tratamiento efectivo a día de hoy para las personas con celiaquía.
Hacer una dieta sin gluten implica aprender a alimentarse de una manera diferente, recurriendo especialmente a todos aquellos productos y alimentos que de manera natural no llevan gluten (carne, verduras, frutas, pescado, huevos, leche ). Además, es fundamental poder identificar aquellos productos procesados que no llevan gluten, los que sí lo llevan y evitar siempre la contaminación cruzada.
Saltarse la dieta sin gluten
Es algo que tendrá sí o sí consecuencias en el organismo, independientemente de que sea contaminación accidental o transgresión voluntaria por gluten, provoque síntomas externos o no. Saltarse la dieta sin gluten de manera más o menos ocasional, ya sea por accidente o de forma intencionada, es un comportamiento que se debe evitar siempre. El intestino del celiaco, una vez que comienza la dieta sin gluten, comienza poco a poco a recuperarse hasta poder llegar a regenerarse por completo, pero cada vez que ingiere gluten, se produce de nuevo esa reacción y a la larga las consecuencias pueden ser realmente graves.
Los síntomas habituales de la contaminación por gluten varían desde diarreas y vómitos, hasta brotes de dermatitis herpetiforme, cansancio, cefaleas, etc. Estos síntomas son la señal inequívoca de la reacción que ha causado el gluten en nuestro organismo.
Si saltarse la dieta es algo que se realiza con cierta frecuencia, las vellosidades intestinales no terminan de recuperarse, se producen problemas relacionados con bajos niveles de nutrientes y lesiones que a la larga pueden ser graves (como es el caso del Linfoma intestinal asociado a la celiaquía). Además, un celiaco que no realiza correctamente la dieta sin gluten, es decir que se salta la dieta sin gluten por error o intencionadamente de vez en cuando, puede desarrollar enfermedades, como fatiga crónica, depresión, retraso en el crecimiento, apatía, anemia, osteoporosis, déficit de vitamina D, diarreas, vómitos reiterados, abortos de repetición, diabetes o linfoma y problemas de fertilidad (en ambos sexos), llegando incluso a problemas graves de desnutrición, con déficits nutricionales propios de celiacos.
Saltarse la dieta sin gluten, fuera de casa, es lo que se denomina transgresiones sociales. Muchos celiacos, cuando salen a comer con amigos o familiares, optan por saltarse la dieta sin gluten. En ocasiones se debe a la necesidad de no saber decir que «no», en otras ocasiones se debe a la presión social, «por un poco no te pasa nada» y en otras ocasiones, se debe a que el propio celiaco considera que por una vez no pasa nada e ingiere algún plato con gluten a modo de recompensa.
Lo cierto es que saltarse la dieta sin gluten siempre tiene repercusiones y cuántas más veces lo haga, sea por error o de forma intencionada, más tiempo tardará en recuperarse y mayores posibilidades de sufrir daños más graves.
* Un plato sin gluten no es un plato apto para un celiaco. La información alimentaria sobre la presencia de los llamados alérgenos (alimentos que causan alergias e intolerancias) no es suficiente. Aunque ninguno de sus ingredientes contenga gluten, un plato solo es apto cuando se garantiza una elaboración cuidadosa sin contaminación accidental.
* La Fundación Paraguaya de Celiacos (Fupacel) invita hoy y mañana a la Expo Sin Gluten en la Unión Industrial Paraguaya, avda. Santísimo Sacramento 945, Asunción. O consultar su página web o en Facebook: Fupacel (0981) 332-270.