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Fotos: Nancy Duré.El primer punto de encuentro fue la finca Los Almendros, ubicada en el departamento de Maipú, Mendoza. Es uno de los campos en los que se encuentra plantada una gran variedad de hortalizas, como cebolla, ajo, pimiento, lechuga, coliflor, zapallo y puerro, entre otras, cuya producción se destina a la elaboración de sopas y caldos Knorr. El dueño de la finca, José Gamez, explicó durante la visita que los vegetales se cultivan respetando el calendario de siembra y los tiempos de la naturaleza. “Seleccionamos cuidadosamente la materia prima, de manera a garantizar el producto final, para luego obtener el máximo sabor, que es lo que finalmente se busca”.
Gamez dijo que adoptan un moderno sistema de riego por goteo. “Esto nos permite optimizar la producción y ahorrar agua. También cuidamos la selección de los productos agroquímicos, ya que esto no se trata de un cultivo orgánico. El fin primordial es preservar que el trabajo productivo afecte lo menos posible el medioambiente”.
Marcelo Rivara, ingeniero agrónomo de la planta, manifestó que el máximo esfuerzo es garantizar que las verduras utilizadas tengan el mejor sabor. "Utilizamos los mejores ingredientes. Cada producto que llega a la planta es previamente analizado para respaldar la calidad. Obviamente, los que no reúnen los requisistos son desechados, pero no pasa nunca porque trabajamos con productores competentes. Tenemos campos en todo el mundo en los que se cultivan productos exclusivamente para nuestra marca y para obtener lo mejor de cada cosecha", sostuvo Rivara.
Gamez agregó que apuestan a la agricultura sustentable para cuidar la tierra y no destruirla, aunque admite que su principal secreto e ingrediente es el cariño que le pone a su trabajo. "Siempre hago una comparación ...un pintor pone todos los colores en su cuadro y uno queda impresionado; es lo que trato de hacer, sin el ánimo de ponerme a la altura de los grandes artistas. Esto es lo que sé hacer; es mi esfuerzo, mi pasión, el amor al trabajo y la tierra", dice.
Rivara señaló que dan a conocer el trabajo artesanal que realizan en cada etapa "pensando en nuestro modelo productivo no solo como un proceso, sino también como un compromiso con las próximas generaciones ".
Paula López Landívar, directora de marketing de la firma, durante el recorrido por la planta, resaltó que lo bueno de los productos industriales es que pueden llegar masivamente a muchas personas. "Estamos presentes en casi todos los países del mundo; nuestro mayor exportador es Alemania. Nuestro portafolio es muy grande. Tenemos calditos saborizados, granulados, en polvo; toda la línea de sopas: cremas, con fideitos, instantáneas; salsas, arroces con verduras y mucho más. Este año, por ejemplo, además de zanahoria, zapallo, espinaca, albahaca, cebolla, repollo, puerro, espárrago, arveja, papa y batata, incorporamos ajo y tomate, siendo 13 los vegetales que cultivamos de forma sustentable”, puntualizó.
La firma lleva 52 años en el mercado, evolucionando constantemente. "Tenemos un compromiso y un desafío permanentes que es ofrecer productos sabrosos y fáciles de preparar. Cada vez tenemos menos tiempo y necesitamos simplificarnos la vida. Ahí estamos nosotros para presentar sabor y calidad, trabajando permanentemente para brindar nuevos sabores", expresó López Landívar.
La planta de deshidratación de Mendoza fue construida en 1964 y es la única que tiene Unilever en todo el mundo. Funciona, según describen sus propios empleados, como una “cocina a gran escala”. De esta salen las sopas sin conservantes, con ingredientes naturales y pueden estar lista, en la mesa, en solo tres minutos.
Así se procesa
Para hacer una sopa de zapallo deshidratada, se seleccionan los zapallos de mejor calidad. Se cortan, pasan por un primer pelado a vapor y, luego, por otro a cepillo. Terminado este proceso, pasa a la zona limpia y a otro análisis de calidad, para luego ser troceados y, posteriormente, picados.
Entonces comienza el proceso de deshidratado. Se pasa a un tratamiento de secado primario, que se realiza en hornos alternativos (hay siete en total). Cada uno tiene diez bandejas, que son cargadas con 160 kg de productos picados, a una temperatura de 70 u 80 ºC. Luego van al secado final, que dura dos horas aproximadamente. Terminado este trabajo, se pasa por otros detectores de impurezas. Se envasan, pasan por un control de calidad nuevamente; más tarde, a la molienda y ¡listo el polvo!
Con la sustentabilidad como fuente de inspiración del trabajo diario, el 98 % del agua utilizada en la planta para llevar adelante los procesos de lavado, deshidratado y cocción de los vegetales es recuperado y se reutiliza para el riego en las fincas.
UNA IDEA CON CALDO EN CUBOS
Guiso de carne y verduras en olla a presión
Para obtener un caldo desgrasado, dejar enfriar el caldo en la heladera durante la noche y luego retire la grasa de la superficie.
1 kg de carne vacuna (falda, carnaza, osobuco)
2,5 litros de agua
3 zanahorias
3 ramitas de apio
1 cebolla
1 puerro
1 cubo de caldo de carne
500 g de zapallo
4 papas
1 ramito de hierbas (orégano, tomillo, laurel, romero)
12 cdas. de perejil o cebollín picado
2 dientes de ajo enteros
1 cdita. de pimentón
1. Cortar la carne en trozos. Pelar las papas y cortarlas en cuartos. Pelar las zanahorias y cortarlas en rodajas gruesas. Cortar el zapallo en cubos no muy chicos. Picar el puerro y la cebolla.
2. Colocar todos los ingredientes en la olla a presión: el agua, la carne y las verduras, las hierbas de olor, los dientes de ajo enteros, el cubo de caldo y el pimentón.
3. Cerrar la olla, ajustar el regulador de presión y colocarla sobre la cocina a fuego alto por 25 min aprox. o hasta que salga vapor constante. Luego bajar el fuego y cocinar 10 min más si el guiso es de verduras solamente, 20 min si contiene pollo o 30 min si contiene carne.
4. Retiras la olla del fuego y liberar el vapor. Cuando suelte toda la presión, abrir la olla y pescar el ramito de hierbas y los ajos enteros. El caldo se debe haber reducido a 1 ½ litros.
5. Colar el caldo si desea servirlo por separado. O servir el guiso con su jugo, espolvoreando por encima con perejil o cebollín picado.
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Fotos: Nancy Duré.