Un bronceado saludable

Esta es la época en que podemos aprovechar lo mejor del sol: su efecto antidepresivo y relajante, y la ayuda que nos da para sintetizar la vitamina D dentro del organismo y fijar mejor el calcio en los huesos.

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La exposición al sol, ya sea en el campo o en la ciudad, a la orilla de un río, del mar o de un arroyo, en el jardín y en la piscina, amerita cuidados nutricionales y dermatológicos para obtener un atractivo y duradero bronceado sin sufrir los potenciales riesgos (insolación, quemaduras solares, envejecimiento prematuro y hasta cáncer de piel) que producen sus radiaciones (rayos UVA y UVB) en nuestra salud y piel.

Para evitar los efectos negativos del sol debemos consumir alimentos que sean antioxidantes, como los que tienen vitamina C, betacarotenos, selenio y cobre, y seguir algunos consejos para cuidar nuestra piel y alargar el bronceado.

Cuidados básicos

- Unos 20 a 30 min antes de exponerse al sol, aplicar un buen protector solar con factor de protección (SPF) de al menos 30 y, preferiblemente, resistente al agua. Usar en toda la piel (rostro y cuerpo, incluyendo manos, cuello y orejas) en forma uniforme y generosa. Lo ideal es que antes de hacer esto usted se bañe y use un exfoliante, se seque y entonces se aplique el protector solar, para que así la piel de todo su cuerpo y rostro esté bien limpia y preparada para recibir el protector.

- En la playa, reaplique el protector solar cuando tenga 40 min o más de haber estado en el agua o de sudar mucho.

- Lleve gorra y lentes de sol.

- Use frecuentemente una barrita labial hidratante y mejor aún si esta tiene protector solar.

- Hidrátese muy bien. Beba agua potable y agua de coco (es el mejor suero de rehidratación oral que la naturaleza ha creado), en abundancia (al menos 8 vasos o 2 litros al día). Lleve su botellita llena de agua potable o de agua de coco a la playa y recuerde que también es importante tomar líquido al hacer ejercicios (aproximadamente cada 15 min).

- Coma variado y balanceado, cuide muy bien la procedencia (que sea higiénica) de los alimentos y bebidas que consume fuera de casa. Evite todo tipo de alimentos que hayan estado mucho tiempo expuestos al sol.

4 Resguárdese siempre del sol del mediodía, entre las 12:00 y las 14:00, en un lugar con sombra.

4 Al regresar a casa, báñese con jabón líquido de aloe vera y humecte su piel (rostro y cuerpo) con una buena loción hidratante con aloe.

Para cuidar mejor la piel

Incluya fuentes de antioxidantes naturales para aminorar los riesgos del estrés oxidativo que producen las radiaciones del sol en la piel y el envejecimiento prematuro:

- Vitamina A: Obténgala del betacaroteno (provitamina A) contenido en la zanahoria, naranja, mango y otras frutas y vegetales amarillos.

- Vitamina C: Obténgala de frutas cítricas, como la piña, naranja, mandarina y limón, y de vegetales como el tomate (bien lavado con agua potable) y el locote.

- Selenio: Presente en buenas cantidades en las nueces, cereales integrales, pescados y lácteos (prefiéralos descremados).

- Zinc: Puede consumirlo a través de la levadura de cerveza, mariscos, ostras, pescados de mar y semillas de girasol.

- Vitamina E: Obténgala del aguacate (una o dos lonjas al día son convenientes), germen de trigo, aceite de oliva (una cucharada en el almuerzo y otra en la cena), aceitunas, o un puñado de maní al día (preferentemente con piel).

- Cobre: Incluya alimentos ricos en cobre (ayuda a sintetizar el pigmento melanina que nos da el bonito tono bronceado), como por ejemplo, frijoles, chocolate light, hongos y nueces.

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