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Salsa dulce de mostaza
Para un frasco de 200 g
25 g de cebolla
5 g de ajo
15 g de mostaza en polvo
30 g de semillas de mostaza
25 g de azúcar morena
15 g de miel
1,5 g de cúrcuma
1 g de semillas de comino
1 g de jengibre en polvo (o ½ cdita. de jengibre rallado)
1 g de nuez moscada
2 g de sal fina
20 g de vinagre de manzana
80 a 100 cc de agua caliente
Un chorrito de aceite de oliva virgen extra (opcional).
1. Preparar todos los ingredientes, midiéndolos con la balanza y/o las cucharas medidoras para cantidades pequeñas. 2. Pelar la cebolla y rallarla; hacer lo mismo con el ajo, retirándole previamente el germen del interior. 3. Colocarlos en un recipiente y añadir las especias, mostazas, cúrcuma, comino, jengibre, nuez moscada y sal. 4. Añadir también la miel, el azúcar moreno, el vinagre y finalmente el agua. Mezclar bien y a continuación triturar hasta que quede una salsa fina o dejando algunas semillas de mostaza enteras. Probar la salsa y rectificar, si es necesario, agregando un poquito más de alguna especia, de vinagre o de agua. 5. Por último, incorporar el aceite de oliva virgen extra, que sea de sabor suave, (que además de enriquecer la salsa, le aporta brillo). Mezclar bien hasta emulsionar. 6. Cerrar el recipiente y mantener en la heladera unas 24 horas antes de usar.
Esta salsa es potente en sabor, especiada y algo picante, pero se pueden modificar algunas cantidades de ingredientes para hacerla a su gusto. También se puede hacer más densa o ligera según la finalidad de la salsa, simplemente añadiendo un poco más o menos de agua tibia.
Mayonesa de mostaza
Para 4 porciones
2 yemas de huevo
1 cdita. de mostaza de Dijón
1 cdita. de jugo de limón natural
Aceite de girasol y/o aceite de oliva virgen extra, cant. nec.
Sal y pimienta negra, a gusto.
1. Cascar los huevos y separar las yemas de las claras, reservando estas últimas en un recipiente bien tapado en la heladera para otra elaboración. 2. Poner las yemas en un bol, añadir la mostaza y el jugo de limón, y empezar a batir con las varillas manuales de forma rítmica. 3. Ir volcando el aceite en forma de hilo, de a poco, ya que esta salsa emulsiona con mucha facilidad. Se puede comenzar con aceite de girasol y, a lo último, cambiar por aceite de oliva para darle un toque más sabroso. La cantidad de aceite a añadir irá a razón de la densidad que se quiera obtener, y la intensidad de sabor. 4. Una vez emulsionada esta salsa, salpimentar a gusto, volver a batir y probar para rectificar.
Esta salsa está lista para aderezar una ensalada, unas verduras asadas, unas papas al horno o fritas, un sándwich, una carne o pescado al asador… Se puede hacer más intensa si le añade unas gotas de salsa inglesa.