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Todos los años, en Paraguay tenemos muy bien marcados dos grandes periodos para los consumidores de vinos: el de consumo más elevado (abril a setiembre) y el de consumo muchísimo más moderado (octubre a marzo). Este fenómeno se da, principalmente, debido a que el 90 % del vino consumido en Paraguay es tinto, un 7 % es blanco, un 2,8 % es espumante y solo el 0,2 % es rosado. Es indiscutible que el vino tinto es más agradable con el clima fresco, pero en un país donde el 70 % del año la temperatura es superior a los 25 ºC, creo que, de alguna forma, deberíamos cambiar un poco los hábitos del consumidor nacional para nivelar un poco más la balanza entre tintos y blancos o rosados.
Blancos
Por más que representan solo el 7 % del mercado, creo que poco a poco los consumidores y enófilos se están acostumbrando cada vez más a estos vinos que son excelente compañía para platos como pastas, risottos, aves, cerdo, ensaladas e, inclusive, postres. Ya sabemos reconocer los vinos de varietales como Sauvignon Blanc, Chardonnay, Viognier, Albariño, Torrontes o Riesling, que son los principales vinos blancos comercializados en el país. Inclusive tenemos consumidores que poco a poco buscan aquellos vinos blancos que tienen crianza en roble, porque les gusta más su estilo, tanto en boca como en nariz. Y la verdad es que son muy diferentes, con roble o sin roble, convirtiéndolo en un vino aun más gastronómico para hacer maridajes.
Rosados
Pero quiero insistir en ese 0,2 % de los vinos rosados, un mercado que ha decaído enormemente, ya que recuerdo cómo, 35 años atrás, el paraguayo promedio consumía principalmente este tipo de vino que se encontraba en el mercado con marcas hasta hoy recordadas por muchos, como Lancer, Mateus (ambos de Portugal) o el Rosé de Anjou, el Tavel y el Barón d´Aginac (estos tres últimos de Francia).
Hoy, las principales referencias en el mercado nacional no son muchas, pero las importadoras están apostando nuevamente a este estilo de vino, y creo que se logrará el éxito deseado en el público consumidor de este país.
Decanter es una de las que más vinos rosados tienen en el mercado: cuatro etiquetas en total, pero una específicamente proveniente de Francia. Se llama Les Dauphins Reserve, un vino proveniente del AOC Côtes du Rhône, elaborado de uvas Garnacha (75 %), Cinsault (15 %) y Syrah (10 %), un corte bien típico de la región, que hace de este un vino muy perfumado y, sobre todo, agradable en boca. Su precio aproximado en góndola de supermercado es de G. 114.000.
La Caoba también trae dos vinos rosados, uno chileno y uno francés, Chateau des Muraires, perteneciente al emblemático Bernard Magurez, un vino del AOC Côtes de Provence, en el sur de Francia, con bastante influencia del mar Mediterráneo. La composición de este vino es de 35 % Cinsault, 35 % Grenache, 15 % Carignan y 15 % Syrah. Su precio aproximado en góndola de supermercado es de G. 178.000.
Distribuidora Gloria tiene dos rosados en el mercado: uno argentino y uno francés. De este último les hablaré un poco, ya que es el más reciente dentro de nuestro mercado. El vino se llama Claud Chaser, del AOC Côtes de Provence, un vino elaborado con siete variedades de uvas en diferentes porcentajes: 50 % Cinsault, 20 % Mourvedre, 19 % Grenache, 3 % Carignan, 3 % Cabernet Sauvignon, 3 % Tibouren y 2 % Syrah. Su precio aproximado en góndola de supermercado es de G. 218.000.
Como habrán notado, los vinos rosados están todos elaborados a base de blends, lo que les da mayor equilibrio, aroma y, sobre todo, un sabor exquisito en boca.
Estos son los vinos ideales para nuestro clima, disfrutar del fresco, del calor y del sol en todo momento, pero, sobre todo, para pasarlo bien disfrutándolos con amigos.
Preciados lectores, ¡salud a todos!, y nos volvemos a encontrar el próximo sábado.