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Apicio (s. I)
Al parecer serían cuatro romanos quienes llevarían el nombre ilustre de Apicio (Apicius). Uno de ellos, Marco Gavio Apicio, escribió la que es considerada la primera obra gastronómica de la historia: De Re Coquinaria.
Los cuatro Apicio vivieron bajo el Imperio romano en una época que iría desde Lucius Cornelius Sila (91 a.C.) hasta Cómodo, en 192 de nuestra época, pasando por Tiberio, Nerón y Trajano.
Ningún lazo de parentesco reconocido uniría a estos cuatro romanos. Su apego a las artes de la mesa constituye su mayor denominador común.
Notables romanos
Uno de los Apicio, contemporáneo a Trajano (98-117 de nuestra era), fue notable porque inventó un método para conservar las ostras frescas. Todos ellos se consideran grandes gourmet, porque, para ellos, la comida dejó de considerarse como una mera necesidad energética para ser elevada a la categoría de arte, que se disfruta con los cinco sentidos.
El más célebre de estos notables Apicio es, sin dudas, Marco Gavio Apicio, quien vivió bajo el imperio de Nerón. El filósofo Séneca, consejero de Nerón, lo cita en sus escritos.
Gran gastrónomo, vivió una vida corta, pero intensa, siempre dominada por el exceso, hasta el punto que se suicidó cuando, tras dilapidar la inmensa fortuna que había heredado de sus padres, se vio en la tesitura de tener que moderar su estilo de vida y gula insaciable.
Empleó numerosos cocineros y creó recetas que son la prueba de su perfecto dominio técnico y su gran refinamiento. Preocupado por la calidad de los productos utilizados, engordaba a las cerdas con higos secos y vino con miel (método que se utilizaría más tarde para cebar las ocas).
Como deseaba transmitir sus conocimientos culinarios, el gran Apicio abrió una escuela de cocina y, también, escribió una obra culinaria conocida con el nombre De Re Coquinaria (en latín, Sobre la materia de la cocina).
El primer libro sobre la cocina
Se trata de una de las pocas obras completas en latín conocidas hoy en día y una de las más antiguas que se relaciona con la gastronomía. El libro ofrece no solo un conjunto de recetas, sino que enseña diversos trucos culinarios para reutilizar, por ejemplo, las sobras de los alimentos cocinados o preparar platos similares, pero con mayor complejidad y costos diferentes.
Al igual que Nerón que, tras incendiar Roma, organizaba festines legendarios en la Casa del Oro, el gran Apicio invitaba a “lo más selecto de Roma” a banquetes y recepciones. Así gastó sumas enormes. Al constatar un día que sus recursos no le permitían mantener estos fastos, invitó a sus amigos a una última gran comilona y después se envenenó.