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Spätzle
para 4 porciones
350 g de harina de trigo
3 huevos grandes
1 pizca de nuez moscada
200 cc de agua caliente (aprox.)
Sal, a gusto
1. Poner en un bol amplio la harina previamente tamizada. Añadir los huevos (puede añadirlos ligeramente batidos), nuez moscada y sal a gusto.
2. A continuación, poco a poco, mientras va mezclando con una espátula, ir incorporando el agua caliente. La cantidad de agua necesaria puede variar según la harina que se use, cada una tiene un nivel de absorción diferente, aunque sea harina normal de trigo. Se debe obtener una masa que sea más densa que la de los panqueques, que al levantarla con la cuchara tarde un poco en caer.
3. Dejar reposar la masa unos minutos. De esta forma la harina se hidratará más y la masa se hará algo más densa.
4. Poner una olla con agua a calentar y, cuando rompa el hervor, añadir 1 cda. de sal gruesa. Utilizar la prensa para spätzle con el disco de agujeros grandes y separados o la parte más gruesa del rallador. Ir volcando la masa y haciéndola pasar por la prensa o los agujeros del rallador, de manera que formen hilos que se irán rompiendo al caer en el agua, y se irán al fondo.
5. Pasados unos segundos, mover los spätzle para que no se peguen y cuando vayan subiendo a la superficie, cuando floten, retirarlos con un colador para escurrirlos y deposítarlos en un plato.
6. Repetir la operación hasta terminar con la masa. Luego estarán listos para servirlos solos, con salsa o como guarnición de una carne o guiso.
Los Spätzle
Son muy populares en la cocina alemana y austríaca. Pueden tener forma de ñoquis o fideos cortos, de acuerdo al instrumento utilizado para colar la pasta. Se los sirve como acompañamiento del gulash (guiso de carne) o solos, con manteca y queso. La masa se mezcla a veces con otros ingredientes como espinacas o hígado de cerdo e incluso con manzana rallada para servirlos como postre.
Ñoquis de sémola a la romana
para 4 personas
1 litro de leche
250 g de sémola
50 g de manteca
3 yemas
1 pizca de nuez moscada
¾ taza de queso rallado
Condimentos, a gusto
1. Deshacer las yemas en un bol, añadir el queso rallado y unas cucharadas de leche y reservarlas.
2. Hervir el resto de la leche con sal, nuez moscada y la manteca. Cuando esté en ebullición, añadir la sémola en forma de lluvia moviendo sin parar y cocinar a fuego bajo unos 3 a 4 min, removiendo siempre con cuchara de madera hasta que la preparación se espese y se desprenda de la cacerola.
3. Retirar del fuego e incorporar las yemas poco a poco, removiendo con la cuchara para que no se cuajen.
4. Volcar la preparación en una fuente previamente mojada con agua y escurrida. Extender bien para que quede pareja y de alrededor de 1 cm de grosor. Dejar enfriar un poco y luego llevar a la heladera para que termine de endurecer la masa.
5. Cortar la masa con un cortapastas de 5 cm de diámetro y acomodar los ñoquis en una fuente de horno ligeramente aceitada.
6. Colocar un trocito de manteca en cada ñoqui y espolvorear con el queso rallado. Gratinar en el horno hasta que se doren.