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La filosofía del finger food ahora va mucho más allá: es el arte de combinar lo chic e informal, lo gourmet y práctico, lo delicado y divertido. Un conjunto de recetas de cocina tradicionales o actuales presentadas en pequeños bocados individuales con un toque vanguardista, conformando un menú completo: entradas, platos principales y postres; todos ellos dispuestos en un bufé en el cual cada uno se sirve lo que quiere.
Es un concepto de comida más bien informal y distendida, en el cual los invitados están de pie y pueden sociabilizar con todo el mundo, mientras se sirven la comida y bebida a su gusto, sin necesidad de cubiertos ni mesas para los asistentes.
El menú
La clave del éxito de los finger food es conseguir sintetizar un plato, con todos sus sabores concentrados en tan solo un bocado. La idea es que pueda ser fácilmente tomado con los dedos y llevado a la boca, sin mayores complicaciones.
En un bufé de este tipo es importante la diversidad de platos, texturas, sabores y presentaciones. Para elaborar cada receta es vital tener en cuenta la filosofía de los cinco sentidos, que consiste en que sea atractivo para la vista, olfato, gusto, tacto y oído.
Además de sabrosos, que sean visualmente atractivos y creativos: la presentación es clave, juega con colores, texturas y sabores. Los invitados se sorprenderán al descubrir sabores espectaculares, aromas deliciosos, y texturas apetitosas, crujientes, cremosas y espumosas.
El bufé de finger food tiene una atractiva presentación que lo convierte en algo goloso y muy apetitoso para los invitados. El anfitrión o cocinero se ahorra tiempo y energía al ser confecciones en miniatura. Los tiempos de cocción son mucho más cortos y permite presentar una gran variedad de platos en el menú, para todos los gustos, incluso platos saludables y bajos en calorías.
Como no podemos servir los platos excesivamente calientes, nos da la posibilidad de poder preparar y cocinar todos los platos con antelación, de esta manera el anfitrión o cocinero se puede olvidar de la cocina durante todo el evento y disfrutar junto con sus invitados.
Al ser una celebración con muchos comensales es difícil acertar con el gusto de todo el mundo, por eso es recomendable hacer un menú muy equilibrado en el que encuentres un poco de todo y para todos los gustos.
Si tu intención es hacer un cóctel por la tarde, donde reúnes amigos antes de cenar, se calcula poner entre cinco y siete platos por persona. Pero si lo que quieres hacer es una comida ligera, lo más recomendable es elaborar un menú de entre ocho y 10 platos por comensal.
Para una comida completa, lo mejor es elaborar entre 15 y 20 platos variados en un menú equilibrado, en el que se empieza por las entradas, continúan los pescados y las carnes, y acaba con los postres.
Diseña el menú con alimentos y cocciones de todo tipo, verduras, carnes, hortalizas, pescados, procurando ser innovador, pero pensando en que le guste al máximo de comensales posibles. Puedes incluir desde platos tradicionales a las recetas más modernas, cremas, arroces o risottos, brochetas, sandwichitos, guisos; todo en miniatura y con un emplatado espectacular. La premisa es dosis pequeñas, concentradas con el máximo sabor en un solo bocado. Incluso, platos vegetarianos que no son, para nada, sinónimo de aburridos o malos.
Hay infinidad de modalidades de presentar los finger foods, desde cremas, espumas y ensaladas en pequeños vasos tipo shot. La comida en brochetas (de tempura de mariscos, de carne en salsa, pinchos de verduras o pescado con aliños) y espumas, cremas y salsas originales donde mojarlas.
Otra opción es presentar en minicazuelitas cocciones como un salmón teriyaki, un pollo thai o un risotto de hongos. Todo tipo de pequeños sándwiches fríos y calientes, incluso hamburguesas, siempre y cuando sean originales y sofisticadas.
No te olvides de los postres, dedica dos o tres platos de tu menú a los postres, que sean variados para que gusten a todos, una espuma de fruta para los vegetarianos y los que están a dieta, algo de chocolate y algo de repostería, como unas minicrepés dulces.
La idea es organizar un gran cóctel, creativo o temático, con salsas y toppings donde los invitados puedan terminar de crear sus platos. ¡Lo van a pasar genial!
El emplatado
Es un elemento de gran importancia. En esta comida informal, los invitados comen de pie, y se sirven la comida y la bebida de un bufé con los dedos, sin necesidad de usar cubiertos, mientras charlan con el resto de asistentes.
Es vital presentar versiones miniaturizadas de tus platos, dosis pequeñas que puedas tomar con los dedos y comer de un solo bocado. Ya sean del recetario tradicional o la cocina más moderna, tendrás que pensar cómo presentar tus platos de manera sofisticada y minimalista. Suena difícil, pero no lo es tanto. Hay mucha vajilla en miniatura para ello, ya sea de plástico o porcelana, y se te ocurrirán ideas fantásticas para presentar en ella.
Sorprende a tus invitados, no te conformes con el emplatado de cada receta, busca, además, una bandeja o base original en la cual disponer los finger food, cada plato tiene una necesidad distinta. Tejuelones, mármoles, maderas, cerámicas, todo vale.
Presentaciones originales
Una de las tendencias más innovadoras es presentar la comida en unas cucharas de diseño, en las que se puede poner desde un bocado de pulpo a la gallega, un arroz negro, unos calamares con mayonesa, lo que se nos ocurra. Sobre todo, hay que ser original con la vajilla, usar pirotines, latitas, cucuruchos comestibles; todo lo que se nos ocurra.
No nos olvidemos de los postres, por ejemplo, uno más refrescante, sano y menos calórico, como una brochetta de frutas con chocolate. Otro podría ser un clásico, algo que siempre funciona, como un postre de chocolate, y, finalmente, algo de repostería creativa y ligera, un mini lemon pie o un cheesecake con frutos rojos servido en vaso.
Vajilla comestible
Los ingredientes o alimentos más habituales para hacer una vajilla comestible son la masa de pan, la base de pizza, la masa filo o el hojaldre; todo ello, incluso podemos hacerlo nosotros mismos en casa. No te conformes con los clásicos formatos, el volován, el canapé o la quiche, vamos a añadir un poco de creatividad y preparar recipientes más originales y espectaculares.
‡ Cuencos de masa. Podemos usar como base la masa de pan de molde o de prepizza y cortamos unos minicuencos para poner una ensalada del tamaño de 2 a 4 cm de diámetro, lo justo para comerlo en un par de bocados. Simplemente con un cortador redondo cortaremos tantos cuencos como se necesiten. Ahora solo falta darle forma de cuenco y ponerlo en el horno. Una vez cocido, se deja enfriar y se rellena.
‡ Cuencos de queso. Para hacer una vajilla de parmesano necesitamos rallar mucho de este rico queso italiano u otro similar, bien duro. Con papel de aluminio realizaremos unos minicuencos que cubriremos con el queso rallado y, seguidamente, los pondremos al horno. Hay que retirarlos justo antes de que se doren, ya que si se oscurece demasiado, el queso toma un sabor amargo muy desagradable. Luego se rellenan con una crema espesa o una miniensalada.
‡ Moldes de chocolate con globos. Para hacerlos, hay que inflar un globo hasta conseguir el tamaño deseado. Como se trata de un bocado, con 2 a 4 cm de diámetro ya será suficiente; repite este paso tantas veces como cuencos necesites. Fundir el chocolate cobertura en el microondas 15 s, y unta las bases de todos los globos en el chocolate hasta conseguir una capa homogénea y uniforme. Colocar los globos sobre una mesada de mármol o en una bandeja; si cabe, ponerlo en la heladera y, una vez que se haya secado bien, ya se pueden pinchar los globos.
Bebidas
Otro elemento a tener en cuenta en un cóctel es la bebida, que nunca debe faltar ni se debe acabar. Una manera de no estar pendiente de quién se ha quedado sin bebida es poner un bufé de bebidas, en el cual cada uno se sirve lo que quiere.
Puedes hacer varios bufés para que no haya aglomeraciones, por ejemplo, un bufé con lo clásico, el vino y el champán, otro con aguas aromatizadas y, finalmente, un bufé de cócteles, con la fruta pelada y cortada, el hielo, los alcoholes de alta graduación, jugos, etc., para que cada uno se prepare el trago a su gusto.
No te olvides de poner en todas las mesas servilletas de papel pequeñas y en las mesas de bebida, muchos vasos para cada tipo de bebida que ofrezcas, ya que a menudo el dueño del vaso lo pierde y, rápidamente, va a buscar otro. Si es una cena informal, puedes usar vasos de plástico y, si es más sofisticada o de pocas personas, de vidrio o cristal.
Fuente: www.directoalpaladar.com