Más agua, menos gaseosas

El consumo de agua embotellada supera al de los refrescos por primera vez en los Estados Unidos, ya que creció un 9 % el año pasado, estableciéndose un consumo per cápita anual de 147,6 l, mientras que el de los refrescos se situó en 145,7 l, según la Beverage Marketing Corporation (Corporación de Comercialización de Bebidas) y la International Bottled Water Association (Asociación Internacional de Agua Embotellada). A finales de la década de los 90, el consumo medio de refrescos se situaba en 180,2 l, ahora; la diferencia es significativa. El consumo de agua ha ido acelerándose en los tres últimos años. Según los datos del estudio de la BMC (Bottled Water Association), desde 1977 el volumen de ventas de agua embotellada ha ido creciendo de forma sostenible. El preciado líquido se ha convertido en un bien deseado por las grandes compañías (las mismas que comercializan los refrescos); estas buscan continuamente fuentes de agua mineral natural para explotar y garantizar el suministro y los beneficios. También crecen de forma significativa la venta de las aguas saborizadas y carbonatadas. Otro segmento que está creciendo rápidamente es el de las aguas de origen vegetal. En el 2016 este segmento experimentó un crecimiento del 21 % y se espera que el mercado se triplique para el 2020.

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