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Las tres grandes variantes en nuestro mercado de restaurantes de cocina asiática son: los de comida china (los más numerosos); también, cada vez más, surgen restaurantes de comida coreana y tenemos los restaurantes de comida japonesa, que posiblemente sean los más antiguos en nuestra capital, Asunción. Cada uno tiene su estilo, pero muchas veces sus ingredientes tienen mucho en común, lo que simplifica un poco el estilo de bebida que acompaña bien a estas comidas.
La cocina china
Suele ser algo más pesada, ya que se utiliza bastante la fritura o la combinación de aceites en sus platos. Nunca falta una gran variedad de verduras, también la utilización de diferentes carnes y pastas. En estos casos, se pueden usar vinos blancos, como el Sauvignon Blanc, bien seco y con toques cítricos, o un Chardonnay bien cremoso, sería una de las mejores opciones si los platos contienen pastas de harina. Si los platos fueran de carne de cerdo, los acompañaría con un Riesling (ligeramente amargo y bien cítrico), en el caso de platos de ave (que suele ser pollo) el Chardonnay o un tinto de Pinot Noir acompañarían muy bien. En algunos casos, pero muy raros, usan carne roja y allí, probablemente, usaría un vino tinto como un Carmenere o Merlot (sin pasaje por barrica de roble), ya que el vino es suave, fácil de beber y acompaña bien ese estilo de platos, ya que casi no usan picantes. Por otro lado, la cerveza, generalmente, también es una buena compañía para los platos de cocina china.
La comida japonesa
Es probablemente de las más variadas de todas, porque va desde pescados crudos hasta salteados de carne vacuna, pero así como la comida china, con muy poca presencia de picantes en su composición. Sus sopas son de sabor muy suave, como la Misoshiru, por lo que un vino blanco del tipo Viura, Chardonnay o Viognier, sin madera, la acompañan muy bien. Si uno consume de entrada uno de los platos más tradicionales como el Hiyayakko (queso tofu sin cocinar), lo acompañaría con un vino Chardonnay, pero que sí haya pasado por barrica. El Gyoza, uno de mis platos preferidos y que me encanta cuando está bien tostado, como es relleno de carne de cerdo, va muy bien con un vino tinto suave sin crianza como un Tempranillo, Carmenere o Zinfandel. Para los amantes del Maki Sushi o del Nigiri, para muchos aquí llamado simplemente sushi, uno de mis vinos preferidos es el blanco Torrontés que combina verdaderamente a la perfección y si por algún motivo no consigo ese tipo de vino, la segunda opción sería un Albariño que de igual manera acompaña muy bien. Una tercera opción sería un Sauvignon Blanc. Como ven, hay variedades para sentir y disfrutar. Un Yakiudon va bien con un vino Chardonnay bien cremoso, con un Pinot Noir o con un vino Blend sin crianza. Para los amantes del Sukiyaki, como hay un poco de todo en ese plato, pero todo cocido con salsa de soja, me inclino nuevamente hacia los vinos tintos, pero aquí sí podríamos escoger un Malbec sin mucha presencia de madera que lo acompañaría excelentemente. Para muchos en Japón, todos estos platos se acompañan con té verde o con sake (destilado de arroz). Es cuestión de gustos, pero la verdad es que no quedan nada mal.
La comida coreana
Es, de lejos, la más aromática, distinta y fuerte entre estos tres tipos de cocina asiática. El Kimchi (fermentado) es realmente un plato delicioso para algunos y detestable para otros, pero tanto si fuera de verduras como de pescado, ese sabor característico lo hace ideal para ser acompañado de un vino blanco tipo Riesling o Gewürztraminer, una cerveza, o soyu (bebida fermentado de arroz). Otro plato típico que nunca falta en las cenas coreanas es la sopa de Daenijang (sopa de soja macerada) que va de maravillas con un vino tinto suave como el Pinot Noir, un Carmenere o un Merlot sin pasaje por barrica. Ahora, un coreano, más que vino, siempre los va a acompañar con cerveza o soyu.
Apreciados lectores, salud y que disfruten de la fantástica cocina asiática. Hasta el próximo sábado.
oligayet@hotmail.com