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Maridamos los vinos blancos comúnmente con pescados, y es lo correcto, ya que son carnes de sabor bastante neutral y no soportan mucho los taninos fuertes (que contienen los vinos tintos), aunque los vinos blancos también acompañan muy bien a los quesos en general, especialmente los quesos duros.
Para aquellos a los que les gustan las ensaladas, nada mejor que un vino blanco, ya que la acidez natural de las hojas verdes combina muy bien con la acidez o sabor cítrico de vinos como el Sauvignon Blanc o un Riesling.
Algunos ejemplos muy sencillos
Siempre me piden que escriba qué vino va mejor con tal o cual comida. Estas son algunas opciones de maridaje que no los van a defraudar.
Sauvignon Blanc: con frutos de mar en general (menos camarones, pulpo y langosta), ensaladas con hojas verdes y pescados magros. En el caso de este vino, los cítricos le dan el toque ácido que les falta a los platos.
Riesling: con carne de cerdo en general, con un chucrut bien completo, con ensaladas de hojas verdes, con pescados ahumados. Es un vino que absorbe muy bien las grasas y al mismo tiempo limpia la boca.
Chardonnay: con pescados grasos (salmón, pacú, surubí y trucha), con quesos en general, con frutos secos (nuez, almendra, damasco), con pastas con salsa de crema. La cremosidad del vino combina de maravillas con las grasas de los platos.
Viognier: al igual que el Chardonnay, es un vino cremoso, por lo tanto va muy bien con los mismos tipos de platos.
Rosados secos: van muy bien con ensaladas, con pescados en general (se sienten increíbles con sardinas enlatadas), con charcutería también y con carnes frías. Este tipo de vino es realmente un gran comodín ya que combina con muchísimos platos. Resalta su frescura, su fruta, su acidez baja y su temperatura para combinarlo con todo tipo de plato frío que lo requiera.
Rosados dulces o semidulces: combinan preferentemente con postres a base de helados, frutas blancas, frutas rojas maduras, pero muy poco cítricas. También es un vino que se puede beber solo, como muchas personas lo suelen hacer, ya que su nivel de azúcar gusta mucho a aquellas personas que no conocen bien el mundo de los vinos. Al ser dulce o semidulce, el vino solo combina con postres en general.
Espumante blanco brut: combina bien con casi todos los platos de comida en general, pero la verdad es que no ayuda mucho en el caso de las carnes rojas calientes. Estos vinos son, por lo general, ligeramente secos, con un ligero toque cítrico, lo que los convierte en muy maleables y aptos con todos los tipos de platos.
Espumante rosé brut: al igual que el blanco brut, va con casi todo, solo que a este se le pueden sumar los postres. Es que el toque de frutos rojos ayuda mucho a que pueda acompañar postres y cortar el exceso de azúcar que los mismos puedan tener.
Espumante demi sec: la verdad es que idealmente son para acompañar postres en su gran mayoría, combinando muy bien con ellos. El dulce combina con dulce, es una regla muy sencilla y verdaderamente es así. Un pescado con este tipo de vino es matar al plato o, en consecuencia, al vino.
Apreciados lectores, espero que estas combinaciones les sirvan para continuar disfrutando del calor que mucho aún tenemos por delante. ¡Salud a todos!, y hasta el sábado que viene.