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Si bien la Bodega Pisano es la más antigua entre las presentes en el país provenientes del Uruguay, es poco conocida en la capital, ya que su importadora no participa de la Expo Vino, que es una de las vitrinas más grandes que existen en el Paraguay para dar a conocer y posicionar marcas en el mercado nacional. Pero, sin dudas, si se encuentran con alguna botella de esta bodega, no duden en comprarla, ya que sus vinos son excelentes y los van a disfrutar.
La importadora Brumado introdujo hace ya unos años los vinos de la vinícola Don Pascual, perteneciente a Establecimiento Juanico, con una gama bastante completa. Cabe destacar su vino Don Pascual Reserva Pinot Noir, que viene en una clásica presentación de botella de tipo Borgoña y, además, con un sello de garantía que es la tapa a rosca, para así mantener su frescura en todo momento. Otro que me gusta mucho de esta misma bodega es el Don Pascual Crianza en Roble Tannat, un vino del que muchos dirán: “El Tannat es muy fuerte”, pero justamente es todo lo contrario: es un vino de carácter cierto, pero elegante y suave en boca, fácil de beber y para acompañar platos a base de carne roja.
Brumado también trae los vinos de Familia Deicas, una selección bastante reducida, pero muy bien seleccionada. Por un lado, el Preludio, que es un Blend de cinco o seis cepas dependiendo de la añada. Este es un vino de guarda del que particularmente soy muy fan, pero que no puedo descorchar todos los días, ya que su precio está cerca de los USD 45 la botella. Otro ícono de la bodega se llama Máximo Deicas y es un 100 % Tannat de aquellos que necesitan de guarda y, después de abierto, debe dejarse por 2 h en el decantador, para así poder disfrutarlo en su plenitud.
Monalisa también trae vinos del Uruguay; en este caso, los de la Bodega Bouza, entre los que resaltan el blanco Albariño (para mí, uno de los mejores que el país oriental produce), siempre fresco y agradable. La línea es bastante completa, pero el Tannat de ellos también es muy bueno y se deja disfrutar con un rico asado.
El Imperio hace como dos años trae los vinos de Bodega Garzón; hoy en día, la estrella del Uruguay con sus hermosas instalaciones en el departamento de Maldonado, a solo 35 km de Punta del Este. A la línea de vinos ya completa que traían se sumaron dos nuevas etiquetas: Marselan, una nueva variedad en el mercado nacional que causó bastante curiosidad, y Pinot Noir, que es muy frutal, y estoy seguro de que será del gusto y paladar de los paraguayos.
Decanter también incursionó en el mercado con vinos uruguayos, trayendo del departamento de Salto, donde se localizan algunos de los viñedos más antiguos del continente. Se eligió la Bodega H. Stagnari, por su calidad de vinos. En total son siete etiquetas nuevas en el mercado, entre los que resaltan el blanco Chardonnay de Virginia, que me sorprendió, y el Merlot Premier, que me gustó mucho con esa típica característica del Merlot bien redondo y aterciopelado. Su viejo Tannat estaba excelente y, si es decantado, queda mucho mejor.
Caminos del Vino, de Ciudad del Este, también incursionó con los vinos uruguayos; en este caso, los de la Familia Pizzorno de la región de Canelones, cerca de Montevideo. Unos vinos de mucho carácter y, sobre todo, agradables.
Bebidas Nativas trae los vinos de Bodega Narbona, que estuvieron presentes en varios eventos, pero esta fue su primera Expo Vino. Dos vinos que siempre me gustan de ellos y por los cuales vuelvo al estand para degustarlos son el Narbona Sauvignon Blanc (para mí, uno de los más interesantes del mercado) y su tinto Luz de Luna, que es un Tannat delicioso.
Apreciados lectores, cada vez me gusta más el mercado paraguayo y cada vez tenemos más para elegir. ¡Salud a todos! y hasta el próximo sábado.