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La leyenda
Una leyenda cuenta el origen del sope que ya preparaban los toltecas. Dicen que para no tener que cargar con tantas viandas, que fácilmente podían perderse en las campañas militares, decidieron poner carne de venado en bolsas cocidas de maíz, pero les falló porque las bolsas se rompían. El emperador Quetzalcóatl ordenó que en vez de meter la carne de venado, los frijoles y la salsa en la bolsa los pusieran por separado y preparasen tal y como ordenó. O sea que sobre la tortilla pellizcada usaran frijoles finamente machacados, salsa (la que gustaran, siempre que tuvieran chiles), carne de venado (no había vacas ni cerdos) y/o guajolote (pavo), un poco de piloncillo (una especie de azúcar en cono o melaza) para quitarle el mal sabor de boca.
Pasaron los años y estas tortillas preparadas con harina de maíz se convirtieron en los "antojitos" que la clase pobre y los trabajadores comían en los puestos de las calles de México. Sin embargo, nadie –ni ricos ni pobres– estaba al margen del consumo de los antojitos según la usanza indígena, que en el caso de la élite, seguramente acostumbraba comerlos en privado, en el secreto de las cuatro paredes de su domicilio o la intimidad de las fondas o restaurantes de cierto nivel, que en algún momento ofrecieron enchiladas y envueltos a sus comensales, adquiriendo el estatus de platillos. Era tan generalizada su venta y consumo entre la propia crema y nata, que se quiso transformar y modernizar su elaboración, eliminando su origen indígena.
Al estrellato mundial
La actriz Salma Hayek, quien vive en Londres con su esposo, el multimillonario Francois-Henri Pinault, y su hija, Valentina Paloma, posteó en su cuenta de Instagram los sopes que preparó junto con otras madres para una fiesta del colegio de su hija. Casi de inmediato tuvo más de 132.000 likes y los sopes se convirtieron en la receta más buscada en Google. Pero Salma Hayek y sus compatriotas no solo se metieron en la cocina, también decoraron su puesto de comida con motivos típicos mexicanos. “Nosotras cocinamos, hicimos las flores, decoraciones y nos divertimos en cantidad”, aseguraba la actriz en su publicación.
La receta
Para la preparación de los sopes, la tortilla se prepara con una masa de maíz fresco y levemente salado, a la cual se le da la clásica forma circular, pero de un grosor mayor que el de una tortilla convencional. Por lo general, la tortilla se fríe en grasa de cerdo, aunque hay quienes utilizan manteca o aceite vegetal (depende de la región y del gusto). Es importante que la parte externa esté bien cocida, mientras que la parte interna guarde una parte de su consistencia suave. En muchas partes se acostumbra formar un reborde a la tortilla ya cocida, moldeando con las yemas de los dedos toda la circunferencia de la tortilla recién frita (se ‘pellizca’, de ahí el otro nombre del sope: pellizcada). Este reborde sirve para que el sope conserve en su interior los líquidos (por ejemplo, las salsas) que se le agreguen.
Los ingredientes que se colocan encima de la tortilla frita son los siguientes: una capa de frijoles refritos, una cama de lechuga picada, cebolla picada, crema fresca de leche de vaca, queso blanco fresco y desmenuzado, carne deshebrada de pollo u otro guiso. Los sabores de salsa más tradicionales que se encuentran en casi todos los restaurantes son: roja (no pica), verde (en ocasiones asada o cruda), ranchera, chipotle y mole. Hay lugares que ofrecen sabores extra para atraer a los clientes, como de frijol, chilpaya, habanero (muy picante) y otros.
Actualmente, existen en algunos estados del centro de la República Mexicana (Estado de México, Morelos, Tlaxcala, Ciudad de México y Guerrero) en donde se hacen sopes de masa blanca, de masa amarilla, de masa azul y de masa mezclada con nopal (sopes de nopal).
Sopes mexicanos
MASA:
1 ½ taza de harina de maíz fresca
1 ¼ taza de agua tibia
4 cdas. de aceite vegetal, manteca o grasa de cerdo
RELLENOS:
1 taza de frijoles refritos
1 ½ taza de carne de res o de pollo deshebrado
2 tazas de lechuga finamente picada
½ taza de crema mexicana
½ taza de queso fresco desgranado
¼ de taza de cebolla blanca finamente picada
Salsa roja o verde, a gusto
GUARNICIONES:
1/3 de taza de rabanitos finamente rebanados
1 aguacate partido en cubos o rebanadas
½ taza de tomate partido en cubos finos
Chiles jalapeños y zanahorias en escabeche
1. Mezclar la harina de maíz con el agua tibia en un tazón mediano y amasar hasta que quede muy bien integrada. Si es necesario, agregue más agua, pero poco a poco, de cucharada en cucharada, hasta que la masa esté suave y muy manejable (pero no pegajosa). Cubrir la masa con una servilleta de tela húmeda para evitar que se seque.
2. Dividir la masa en bolitas del mismo tamaño y cubrirlas de nuevo con la servilleta de cocina.
3. Calentar una sartén antiadherente a temperatura media-alta.
4. Cortar una bolsa de plástico en dos cuadrados iguales, coloque una pieza de plástico en un recipiente y ponga encima una bolita de masa que cubrirá con el otro trozo de plástico. Cerrar el recipiente presionando suavemente para formar una tortilla gruesa de tamaño mediano.
5. Sacar la tortilla del recipiente con cuidado de no romperla, y colocarla en la sartén con un movimiento rápido. Deje que se cocine un minuto por cada lado y vuelva a darle la vuelta. Esta vez, no deje que se cocine más de 30 s.
6. Retirar de la sartén (de nuevo, con mucho cuidado) y dejar enfriar un minuto. Después, empezar a formar el borde, pellizcando las orillas con los dedos. Repetir la misma operación con cada sope.
PARA SERVIR LOS SOPES
1. Retirar los sopes de la sartén y ponerlos en un plato cubierto con una servilleta para absorber el exceso de grasa.
2. Añadir los frijoles, la carne, lechuga y cualquier otro ingrediente que haya seleccionado como relleno o guarnición. Servir con salsa picante a gusto. Y si quieres darle un toque divertido y todavía más mexicano a tus sopes, puedes decorarlos con sombreritos mexicanos.