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Windsor blue: El queso lleva el nombre del municipio de Windsor, situado en el corazón de la región Norte de Otago, en Nueva Zelanda. Está elaborado con leche de vaca pasteurizada con el agregado de crema suficiente para que esté cerca de ser considerado un queso triple crema. La leche es inoculada con un moho de color azul único; poco después de que el queso se haya formado, se traspasa con agujas para crear los túneles de aire, en los cuales el moho puede crecer. El queso madura alrededor de dos meses, durante los cuales desarrolla una fina corteza comestible de color naranja dorado. El Windsor azul no es un queso particularmente complejo. El sabor es simple y directo, no tiene una larga duración en boca, su textura es mantecosa y untable. Los que prefieren quesos azules menos fuertes, tipo Gorgonzola, encontrarán que este neozelandés azul se ajusta a esa descripción. Es cremoso, mantecoso, rico y suave, con la sal suficiente para moldear su carácter, sin ser agresivo. Una vez cortado, el Windsor azul tiende a llorar si se mantiene la humedad a temperatura ambiente durante mucho tiempo. Es aconsejable sacarlo de la heladera solo una o dos horas antes de que vaya a servirse. Si no se termina todo el queso, envuélvalo en papel encerado y guárdelo en un recipiente de plástico con tapa. Su mantecoso interior favorece que se extienda en un pan dulce fresco acompañado de frutas, como higos y peras, junto a un Oporto o un Sauvignon Blanc Semillón.
Winzer Délice: Es un queso hecho con leche pasteurizada de vaca, de pasta semidura, elaborado en Lucerna, Suiza. Durante su maduración, que es de unos cinco a siete meses, el queso se lava periódicamente con vino blanco de postre. De ahí proviene su nombre y su sabor, ya que la palabra alemana winzer, significa viticultor. La pasta en los quesos más jóvenes es de color amarillo claro con algunos ojos dispersos y textura ligeramente desmenuzable. En los quesos más viejos, la pasta es más firme y de color amarillo dorado. La corteza encerada de color negro protege al queso de que seque. Tiene un sorprendente sabor a nueces, dulce y afrutado debido, principalmente, a su curación con vino dulce. Se comercializa en ruedas de 28 a 30 cm de diámetro, 11 cm de alto y un peso de 7 kg. También se vende en cuñas triangulares envasadas al vacío, ideales para una tabla de quesos. Resulta excelente en sopas, servido a un lado o incluso dentro de la sopa. Se sirve con un Syrah con cuerpo o un Sauvignon Blanc.
Woolsery Goat: Es un queso de cabra de pasta dura y corteza natural, con una maduración de cuatro meses, elaborado artesanalmente en Dorset, Gran Bretaña. Tiene una delgada corteza natural, su textura es húmeda y abierta con un distintivo sabor caprino teñido con un sabroso gusto a almendras y piñones. En los últimos años este queso ganó la Medalla de Oro en los British Cheese Awards. Es un queso muy versátil, delicioso con pan crujiente o galletas, va bien con frutas como pera o manzana, funde muy bien para una sabrosa tortilla de queso. Se acompaña con un vino Riesling.
Wynendale: Esta joya de Flandes Occidental (Bélgica) está elaborado con leche pasteurizada de vaca, basado en una antigua tradición de bañar los quesos en vino de Borgoña. El nombre Wynendale está indiscutiblemente ligado a la historia medieval de Borgoña. El Castillo de Wynendale, en medio de los misteriosos bosques y los verdes pastos de Flandes, fue denominado el “castillo de las delicias” de los duques de Borgoña. Este noble queso es una delicadeza para el paladar, de sabor pleno, suave y cremoso, con un toque a nuez, y un regusto de larga duración en boca. Tiene una pasta de color marfil con una textura rica y cremosa. Su corteza bañada de color anaranjado, le da carácter y cuerpo al queso. Es ideal para un postre o merienda de queso, ensaladas y sándwiches, junto a una infaltable cerveza belga.