Los quesos más famosos

Los quesos son tan diversos desde su origen, textura, tipo de leche, color, sabor e incluso en su combinación con otros alimentos. Es importante conocer sus características para apreciarlos mejor. En esta página, una guía para que los amantes de los quesos puedan compararlos, desde sus texturas hasta con qué acompañarlos mejor.

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S (cont.)

Swiss Alp Panorama: Hecho al estilo tradicional de los quesos típicos de montaña, como el Gruyere, el Swiss Alp Panorama es de pasta semidura con algunos ojos grandes y se elabora utilizando leche pasteurizada de vaca. Es un queso suizo del cantón de Lucerna, que desarrolla un sabor dulce y picante, con notas fuertes de los ocho tipos de hierbas alpinas que lo cubren por el exterior. Es de color amarillo pálido y tiene una corteza comestible. Mientras que las hierbas son solo visibles en el revestimiento exterior comestible, el queso entero está impregnado de su aroma. Es ideal para comer con galletitas saladas en tablas de quesos con un Chardonnay, un Chablis o un Champagne.

Szegzardina: Este queso se fabrica desde hace 110 años en Kaposvár, Hungría. Lo produce la empresa Fino Food, que empezó su actividad en 1889. Se trata de un queso artesanal hecho a base de leche cruda de vaca. Tiene pasta blanda y corteza lavada. Durante la maduración, los quesos se frotan y voltean a mano uno por uno cada dos o tres días. La corteza se lava con salmuera y se producen los coryneformes Brevibacterium linens (llamado fermento del rojo). La corteza queda de color amarillo a rojo anaranjado. El período de maduración óptimo del Szegzardina es de unas tres semanas. La textura resulta suave, untuosa, casi carnosa, la pasta tiene un color amarillo cálido que contrasta con su corteza rojiza. Como todos los quesos de corteza lavada, tiene un olor penetrante y fuerte, fácilmente reconocible, pero el gusto es suave con un distintivo sabor a manteca. Para no perderse ningún detalle de su riqueza de sabores, conviene sacarlo de la heladera una hora antes, para consumirlo a temperatura ambiente. El Szegzardina puede comerse en raclette, fundido sobre pan tostado o papas calientes y cebollas finamente cortadas. Se puede servir al final de la comida con mermeladas, en canapés o ensaladas. Se acompaña con cerveza o vinos de la zona, como un Mészáros Pinot Noir o Nyakas Riesling Buda.

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Taklilt: Este queso es también conocido como amazigh, es un queso seco vinculado a las prácticas ancestrales de los nómadas de los oasis marroquíes. Es producido por las mujeres, a veces con leche de cabra, pero sobre todo con leche de camella. La leche fermentada se calienta durante varios minutos para que se coagule, y se vierte a continuación en un paño de muselina. El queso se hace a mano en pequeñas bolas y se deja secar al sol. El Taklilt tradicionalmente se conserva en un paño blanco limpio durante varios meses. Se puede comer tal cual, como postre o en platos salados (en ambos casos se tritura hasta convertirlo en polvo) en ensaladas, sopas, salsas, cuscús, postres y muchos más platos. Se considera una comida completa cuando se consume con dátiles. El Taklilt es una importante fuente de proteínas para los nómadas durante el invierno y los viajes largos. También se suele consumir durante el mes de Ramadán, en fiestas religiosas y reuniones familiares. Hoy el Taklilt todavía se produce en los oasis de Marruecos, en particular en Figuig. Es un producto de origen nómada, pero las familias lo producen y envían a sus familiares en cualquier lugar de Marruecos.

Recientemente, las cooperativas gestionadas por mujeres han comenzado a producir Taklilt personalizado para los consumidores que lo aprecian. Sin embargo, el Taklilt incluso puede desaparecer porque el nomadismo está en declive, y las prácticas de producción y de conservación se encuentran en peligro. Se acompaña mejor con un té de menta.

Taleggio: Es uno de los quesos de pasta blanda más antiguos. Lo elaboraban en el siglo XI familias de la pequeña ciudad de Taleggio, situada en Bérgamo, en Lombardía, Italia. Actualmente, pueden encontrarse versiones de fábrica y de granja. La mayoría se elaboran en piezas cuadradas de unos 20 cm, aunque algunas pueden ser de mayor tamaño. El Taleggio posee una corteza lavada de color naranja rosáceo oscuro, bastante fina al principio, pero más gruesa y con estrías oscuras con la maduración. No debe presentar grietas. La pasta es suave, de color marfil claro, con algún agujero. Las mejores versiones de granja emanan un exótico aroma a pasas, nueces y limones ácidos, con notas a granja. Se funde en la boca y su sabor es pleno y afrutado, a almendras tostadas, con un final cremoso. Este queso tiene la DOP Europea desde 1996. Se sirve con un Chianti Classico Riserva o un Recioto di Soave.


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