Los quesos más famosos

Los quesos son tan diversos desde su origen, textura, tipo de leche, color, sabor e incluso en su combinación con otros alimentos. Es importante conocer sus características para apreciarlos mejor. En esta página, una guía para que los amantes de los quesos puedan compararlos, desde sus texturas hasta con qué acompañarlos.

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Munster: El Munster o Munster-géromé es un queso francés del este de Francia. La leyenda dice que la receta de este queso fue entregada a los nativos por un monje irlandés de paso en el siglo IX. Su nombre proviene de la villa de Munster (Alto Rin), a su vez, procedente del término latino monasterium. Para otros, la receta se remontaría a la época de Carlomagno, en la que los monjes fueron a cristianizar la región, aportando su conocimiento en la fabricación de quesos. Lo que parece seguro es que, como otros quesos históricos, el Munster fue creado para conservar la leche excedente y servía como medio de pago. Es un queso a base de leche de vaca pasteurizada, de pasta blanda y corteza lavada. Masa sin prensar, sin cocer, y corteza de color amarillo a rojo anaranjado. Como todos los quesos de corteza lavada, tiene un olor penetrante y fuerte fácilmente reconocible, pero el gusto es suave. Hay variedades, como el que lleva semillas de alcaravea o de comino, lo que facilitaría su digestión. Se sirve en raclette, fundido sobre pan tostado, papas calientes y cebollas, o, al final de la comida, en canapés o ensaladas, con cerveza o vinos de la zona como el Gewürztraminer, Pinot Gris, o tintos con cuerpo como el Borgoña Pinot Noir.

Mycella: Es un queso azul cuyo nombre deriva de la palabra latina “mycelium” (moho común de los hongos), la cepa penicillium con el que se inocula para producir las preciadas vetas azules que contribuyen a formar su sabor. Elaborado en forma de ruedas de 20 cm de diámetro, 10 cm de alto y un peso de 5 kg, con una corteza pardo-anaranjada, el Mycella es la respuesta de Dinamarca al Gorgonzola. Elaborado con leche pasteurizada de vaca, se trata de un queso suave y cremoso. Tradicionalmente los quesos azules solo se prensan ligeramente para que las esporas de moho puedan crear su camino de forma natural en el queso, pero en este caso las esporas se agregan durante la producción y los quesos son perforados con largas agujas de acero inoxidable para dejar entrar el aire.

Este queso tiene varias cualidades: es húmedo y cremoso, no es demasiado salado, no es demasiado azul, y nada amargo en absoluto, en otras palabras, está muy bien equilibrado. El Mycella ganó una medalla de oro en su categoría, en el concurso de quesos World Championship del año 2010. Se puede servir en una tabla de quesos, en sándwiches y en ensaladas. Su mejor maridaje se realiza con cerveza danesa.

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Neufchâtel: Es un queso francés con denominación de origen protegida, fabricado en los alrededores de Neufchâtel-en-Bray, en la Alta Normandía. Es pequeño (250 g), de pasta cremosa y blanda, corteza natural blanca y aterciopelada, hecho a base de leche de vaca. Aunque tiene aroma y sabor a setas, también es bastante áspero y salino. Algunos entusiastas de este queso lo prefieren cuando ha madurado y la corteza ha tomado una pigmentación rojiza y huele a amoníaco; esto indica un sabor amargo, salado y acre. Se elabora en varias formas: cuadrados, redondos, corazones y cilindros altos. Es el más antiguo de los quesos normandos, ya se fabricaba en el siglo VI. Durante la Guerra de los Cien Años la leyenda cuenta que las jovencitas ofrecían a los soldados ingleses quesos en forma de corazón como muestra de amor. Manida muy bien con un Cahors, Madiran, Saint-Emilion, Sauvignon Blanc o Sancerre.

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