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En general, todos ellos aportan beneficios: son una excelente fuente calórica y proteica, antioxidantes, disminuyen el colesterol malo, combaten la fatiga y el cansancio, disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares y evitan la osteoporosis, entre otros.
Almendras: cada 100 g aporta un valor energético de 575 kcal, proteínas, además de vitaminas B1 o tiamina, B2 o riboflavina, B3 o niacina, B5 o ácido pantoténico, B6, B9 o folato y una importante cantidad de vitamina E que es antioxidante. También es valioso su aporte de minerales esenciales, como el zinc, hierro, calcio, magnesio, fósforo y potasio. Debe evitarse su consumo en caso de alergia a las mismas.
Avellanas: cada 100 g aporta un valor energético de 600 kcal, vitaminas E y C, antioxidantes y es fuente de proteínas y grasas saludables que protegen al corazón.
Castañas de cajú: cada 100 g aporta un valor energético de 550 kcal, proteínas, además vitaminas del complejo B, vitamina C, calcio, hierro, magnesio, fósforo y potasio.
Nueces: cada 100 g aporta un valor energético de 670 kcal. Es el fruto seco más saludable para el corazón. El 90 % de las grasas de la nuez son insaturadas; contiene ácidos grasos poliinsaturados esenciales Omega 3 y Omega 6 que reducen el nivel de colesterol de la sangre y protege de enfermedades del corazón. Estos ácidos grasos diferencian las nueces de los otros frutos secos y de la mayoría de los alimentos. La proporción entre ácidos grasos saturados y poliinsaturados que contiene la nuez es de 1 a 7, proporción difícil de encontrar en otros alimentos naturales. Las nueces se consideran un importante antioxidante gracias a su contenido en vitamina E, que previene de el envejecimiento, y ciertos tipos de cáncer y de enfermedades cardiovasculares. Aportan cantidades apreciables de vitaminas B1 y B6 que favorecen el buen funcionamiento de los músculos y el cerebro. También proporcionan minerales, como el cobre, el zinc, el potasio, el magnesio y el fósforo. Son ricas en fibra, que beneficia el tránsito intestinal y previene varios tipos de cáncer, como el de colon.
Pistachos: ofrecen un buen aporte de potasio y menor de sodio, con efectos benéficos en hipertensión, también colaboran en la eliminación de líquidos del organismo. Tienen un importante contenido de vitaminas A y C, y al igual que otros frutos secos contiene las del grupo B. También hierro y calcio, aunque este último en menor cantidad en relación al fósforo, por lo que su aporte no es suficiente para cubrir las necesidades.
Precauciones
Maníes, almendras, castañas y nueces pueden ser consumidos por personas que padecen enfermedad celíaca, pero con la precaución de que tengan su cáscara o estén envasados, pelados y sus rótulos informen que son “aptos para celíacos”, para evitar la contaminación cruzada. Muchas veces son tostados con agregados de harinas o colorantes no aptos para celíacos. Otra opción es consumirlos en preparaciones culinarias, pero con las precauciones de que se utilicen insumos “aptos para celíacos”, sean estos premezclas de harinas, azúcar, aceite, frutos secos que reúnan las características mencionadas anteriormente y, preferentemente, de las listas oficiales de alimentos permitidos. Si son preparados en casa, considerar los cuidados necesarios.
Los que se deben evitar son frutos secos a granel y suelen estar en grandes dietéticas. La persona que los sirve puede utilizar cucharas o elementos contaminados con TACC y aumenta el riesgo de contaminación cruzada.
También evitar frutos secos pelados y sin envase y frutos secos que hayan modificado sus caracteres organolépticos, como color, olor, etc. (porque pueden ser viejos).
El procedimiento adecuado para una persona con enfermedad celiaca es comprar considerando las pautas anteriormente mencionadas y luego remojarlos en recipiente adecuado (sin elementos contaminantes, como restos de algún alimento que contenga TACC) sin necesidad de dejarlos secar; o procesarlos con similares precauciones.
Las frutas abrillantadas
La fruta confitada es el producto en el cual el agua celular está sustituida por azúcar. La concentración de azúcar en la fruta debe ser entre 70 y 75 %. Por el elevado contenido en azúcar, este producto se conserva durante largo tiempo sin medidas especiales.
Las personas con enfermedad celíaca pueden consumirlas siempre y cuando estén envasadas, con rótulo claro y la inscripción “apto para celíacos”, porque se corre el riesgo de que en ese proceso de abrillantado o confitado se produzca contaminación cruzada por utilización de cucharas, ollas u otros utensilios que hayan tomado contacto previo con alimentos con TACC.
Fuente: www.larevistadelceliaco.com.ar