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La acidez estomacal, los cuadros de inflamación gástrica (gastritis) y el reflujo de ácido hacia el esófago (reflujo gastroesofágico) son muy frecuentes en la población adulta. El uso de medicamentos conocidos popularmente como “antiácidos”, que bloquean en forma muy efectiva la producción de ácidos, ha revolucionado el tratamiento de este tipo de afecciones, dada su alta respuesta terapéutica.
Si bien son medicamentos seguros y de venta libre, en los últimos tiempos se han recibido reportes de algunos riesgos para la salud el consumir demasiados antiácidos, como los denominados “inhibidores de la bomba de protones” (omeprazol, pantoprazol, lanzoprazol, rabeprazol, esomeprazol y otros). Entre los riesgos figuran
- Deficiencia de vitamina B12.
- Disminución de los niveles de magnesio en sangre.
- Anemia.
- Desarrollo de daños neurológicos.
- Aumento del riesgo de demencia.
La Entidad Reguladora de Medicamentos y Dispositivos Médicos del Reino Unido (MHRA) detectó cuadros severos de hipomagnesemia (disminución de los niveles de magnesio en el cuerpo) en aquellas personas bajo tratamiento con este tipo de medicaciones. La Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos y la Administración Nacional de los Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica de la Argentina (ANMAT) recomendaron monitorear los niveles de magnesio en aquellos pacientes bajo tratamiento contra la acidez, gastritis o reflujo gastroesofágico que reciben en forma prolongada alguna de las drogas de la categoría “inhibidores de la bomba de protones” por más de seis meses, aunque la deficiencia –advierten– ya se evidencia al tercer mes de terapia.
Consejos
Es importante entender que todos los medicamentos –incluso los antiácidos que algunos son de venta libre– deben ser supervisados por el médico.
El abuso o consumo excesivo es perjudicial para el organismo, por lo que se debe acudir al médico para que determine cómo tratar el malestar que se tiene.
Hay que tener en cuenta que las mujeres tienen mayores riesgos por el consumo de altas dosis de antiácidos que los hombres, y las consecuencias en la salud son más rápidas y complejas, por eso son las que más deben cuidarse.
Los problemas estomacales, como el reflujo, gastritis y acidez estomacal, se pueden tratar con una dieta adecuada, remedios caseros y naturales, entre otros tratamientos que ofrecen una solución definitiva.
Señales de alarma
Los antiácidos no pueden tratar problemas más serios, como apendicitis, úlcera estomacal, cálculos biliares o problemas intestinales. Consulte un médico si usted tiene:
- Dolor o síntomas que no mejoran con los antiácidos.
- Síntomas todos los días o por la noche.
- Náuseas y vómitos.
- Sangrado en las deposiciones u deposiciones oscuras.
- Distensión o cólicos.
- Dolor en la parte baja del abdomen, en un costado o la espalda.
- Diarrea severa o que no desaparece.
- Fiebre con dolor abdominal.
- Dolor torácico o dificultad para respirar.
Además, los antiácidos pueden cambiar la manera como el cuerpo absorbe los otros medicamentos que usted esté tomando, sobre todo si:
- Tiene enfermedad renal, hipertensión arterial o cardiopatía.
- Está en una dieta hiposódica.
- Está tomando calcio u otros medicamentos todos los días.
- Ha tenido cálculos renales.
Fuente: www.blogdefarmacia.com